====== LO MEJOR UNA BODA (FINAL)=======

gracias por el capitulo

graciias x el cap niiña hay estos niiños que no se atreven a decir lo que realmente siienten el uno por el otro

Hola chicas aqui tienen el antepenultimo capitulo por la tarde les pongo el final......

CAPÍTULO 12
CON la recomendación de Víctor, Myriam no tuvo problemas para que la aceptaran en la universidad. Empezó a pasar los días de la semana estudiando y volvía durante los fines de semana. Juana contempló el acuerdo con las cejas arqueadas, pero contuvo la lengua y Vicky, para su sorpresa, apenas dijo nada. Estaba feliz con su nueva vida llena de nuevos intereses y los días de semana recibía a Myriam con gran alegría.
Normalmente, Myriam conducía de vuelta el domingo por la noche, pero uno de ellos se quedó hasta el lunes por la mañana y todavía seguía allí cuando Víctor se fue al trabajo. Cuando éste volvió por la tarde, encontró a Vicky y a Juana jugando a las cartas.
-¿Se levantó Myriam bien esta mañana? -preguntó gruñón, desplomándose en una silla con alivio.
-La llevé yo a la estación -le informó Juana.
Hubo un silencio durante el que Víctor se dio cuenta de que su madre y Vicky estaban intercambiando miradas.
-¿Qué pasa? -preguntó.
-Creemos que ya es hora de que nos cuentes lo que está pasando.
-¿Y por qué debía estar pasando algo? -preguntó él.
-Porque mami dijo que no volvería el próximo fin de semana -contestó Vicky.
-Está muy ocupada con su curso -replicó Víctor con debilidad.
-¿Eso es todo? -preguntó Juana.
Él le dirigió una mirada que decía: «delante de Vicky no», pero su madre no pareció notarla.
-Estáis haciendo una montaña de un grano de arena, las dos.
-¿Y por qué está mami tan infeliz? -preguntó Vicky.
-Sinceramente, cariño, eso son imaginaciones tuyas...
-No, no lo son. Es infeliz -Vicky fijó la vista en su padre con expresión acusadora-. Tú no te has dado cuenta, ¿verdad?
-¿Y cómo iba a dármela? Supongo que las dos creéis que es culpa mía.
-Probablemente lo sea -comentó Juana.
-Esto es ridículo -dijo él, acosado-. No hacía falta. Le dije que estaba siendo ridícula.
Vicky y Juana hablaron con tono de indignación.
-¿Que tú le dijiste eso?
-Hay cosas que... Myriam y yo... -miró a Vicky con impotencia-. Las cosas eran diferentes cuando tú estabas enferma. Entonces la necesitabas.
Podrían ser imaginaciones suyas, pero le pareció que su hija lo miraba con lástima.
-Pero, ¿qué pasa contigo? -preguntó ella-. ¿Tú no necesitas a mami?
Él la miró anonadado. Después de un momento se recuperó.
-Cariño, hay muchas cosas que no entiendes...
-No trates a la niña como si fuera tonta -le amenazó Juana-. A mí me parece que no es Vicky la que no entiende.
En el silencio que siguió, Víctor creyó que el aire le pitaba alrededor de los oídos. Tenía la sensación de que la tierra se había desplazado de su eje y todo se había transformado por completo.
-Creo que cuanto antes recuperes a Myriam, mejor -siguió Juana como si nada hubiera ocurrido-. Entonces, quizá dejes de actuar como un oso con la cabeza rota.
Vicky lo estaba mirando de nuevo y algo le advirtió que sería mejor que midiera sus palabras.
-¿Es así como me he estado comportando?
La niña asintió.
-Horrible. Sobre todo, cuando suena el teléfono y no es ella.
-Mira, cariño, será mejor que nos enfrentemos a los hechos. El motivo por el que Myriam se ha ido fuera es porque... -era extraño lo difícil que le resultaba encontrar las palabras-. Supongo que no me quiere. Te quiere a ti, pero no a mí.
Vicky frunció el ceño.
-Pero si ella sí te quiere.
-No, no me quiere.
-Sí.
-No.
-¡Sí!
Víctor se contuvo a tiempo de negarlo de nuevo y se preguntó dónde habría empezado todo aquello.
Juana murmuró:
-¡Que dios me dé paciencia!
-Sinceramente, papá -dijo Vicky, mirándolo con exasperación.
Víctor miró a Vicky y después a Juana. Siempre había sabido que Vicky era una mezcla de Helen y de sí mismo. No se le había ocurrido que también era muy parecida a su abuela.
-Estás completamente equivocada. Myriam no me quiere.
-Ella me ha dicho que sí -anunció Vicky.
-Eso es imposi... ¿Cuándo?
-Hace unas semanas. Se lo pregunté y me dijo que te quería mucho -anunció Vicky con aire triunfal.
Víctor sintió una oleada de ansiedad y esbozó una sonrisa forzada.
-Por supuesto que sí, cariño. Supongo que tendríais una charla adorable.
Con sentido de incredulidad, Vicky lo miró indignada.
-Bueno, pues ahora ya lo sabes -intervino su madre.
Víctor se levantó con el ceño fruncido.
-Creo que las dos habéis perdido el sentido. Esto es la realidad, no un cuento de hadas y la realidad es que Myriam estaba aquí por el bien de Vicky, no por el mío. Tú estabas enferma, cariño, pero ahora no y Myriam quiere volver a su vida de siempre.
-Bueno, pues eso es culpa tuya -dijo su madre.
-¡Maldita sea! -gritó antes de salir por la puerta.

espero muchos comentarios.....

A QUE VICTOR TAN NECIO JAJAJA

ESPERO EL CAPITULO FINAL QUE TRISTE QUE YA VALLA A TERMINAR

aaaaaaaaay apenas estaba agarrando viada y se acabo el capitulooo

gracias !!

graciias por el cap niiña me encanto hay por que viictor es tan neciio y no se quiere dar cuenta de que myriiam lo quiiere

Que hombreeee tan necioooooo que se de cuenta que el tambien la ama Saludos y esperamos el final Atte: Iliana

Graciasssss me encanta lo nevela!!!
p,d:Ash cuando te diga Victor osea que terco y tonto que no puedas ver y entender que myriam te quere ah que esperas a ir x ella!!

gracias por el capitulo

Hola chicas aqui tiene el final de esta novela... espero y le alla gustado mucho....

Final.....

Cuando había empezado a ir a la universidad, a Myriam le había preocupado de poder estar a la altura. Pero pronto descubrió que con su poderosa memoria y su mente ordenada, lo conseguía con facilidad y su confianza empezó a aumentar. Aquello era para lo que la naturaleza le había dotado, decidió. Su amor por Víctor no era más que una aberración que sería mejor olvidar. Se lo dijo con firmeza y muy a menudo.
Por el día, con la cabeza muy ocupada, conseguía superarlo bastante bien. Pero por la noche, echada sola en la oscuridad, el cuerpo le dolía de añoranza de los brazos de Víctor alrededor de su cuerpo. Pero el dolor más auténtico lo tenía en el corazón.
Se atormentaba constantemente preguntándose si habría hecho lo correcto. ¿Debería haberse quedado con Víctor por el bien de Vicky? Pero Vicky no la necesitaba de verdad más, o al menos no como antes.
En cuanto al mismo Víctor, por supuesto que había querido que se quedara con Vicky. Pero Myriam sabía que si aceptaba aquellos términos se sentiría como una prisionera. Era mejor así. El futuro se extendía delante de ella en el que se haría rica y, probablemente, triunfaría utilizando su cabeza a la altura de su capacidad. Y sin utilizar su corazón en absoluto.


Víctor parpadeó cuando las cifras del monitor empezaron a danzar ante sus ojos. Eran las tres de la mañana y debería llevar mucho rato dormido, pero aquellos días le costaba mucho subir a la habitación. La cama matrimonial que le había servido tan bien en el pasado, ahora parecía un desierto.
Dejó el ordenador y se fue a echarse al sofá. Mientras el sueño empezaba a adueñarse de él, oyó abrirse la puerta del estudio y cerrarse. Parpadeó de nuevo preguntándose si se estaba imaginando la pequeña figura en camisón que permanecía de pie. Pero la figura le dio un fuerte tirón y gritó:
-¡Papi!
El se frotó los ojos.
-¿Qué estás haciendo levantada a estas horas?
-Quería hablar contigo.
-¿No puedes esperar hasta mañana?
-No, es de mamá.
-Cariño, ya lo hablamos todo esta tarde.
-No -dijo Vicky con ansiedad-. Quiero decir mami y mami.
Él la miró fijamente y habló con cautela:
-No estoy seguro de... -algo le advirtió que lo que podía decir a continuación era de vital importancia-. ¿Quieres decir como Oswald y Oswald?
Ella soltó un suspiro de alivio. -Sabía que lo entenderías.
-Del todo no. Quizá sea mejor que te expliques. Víctor extendió el brazo y Vicky se acurrucó en el sofá a su lado mientras empezaba a contárselo.


El sonido de una llamada en la puerta a las nueve de la noche hizo que Myriam cruzara la habitación con el corazón acelerado.
-¡Oh, eres tú! -dijo incapaz de ocultar el desencanto en la voz.
Denis suspiró:
-Bueno, eso me dice lo que quería saber. ¿Ni siquiera me ofreces una taza de café?
Myriam se repuso.
-Pasa, Denis. Me alegro de verte.
-Pero te hubieras alegrado más de ver a Víctor, ¿verdad? ¿Qué quiere decir ahora ese encogimiento de hombros?
-Quiere decir que todo se ha acabado entre Víctor y yo. Ya ni siquiera pienso en aquellos días.
-Pequeña mentirosa. Me odias por no ser él.
Myriam esbozó una amarga sonrisa.
-Sólo por un momento. ¿Qué estás haciendo aquí?
-He venido a verte, por supuesto. Pensé que ahora podría tener alguna oportunidad, pero eso ya me lo has contestado.
-Siéntate y cuéntame todas las noticias. ¿Cómo está todo el mundo?
-No te puedo contar mucho. Víctor nunca buscó exactamente mi compañía y, desde que supo que tú me atraías, me tiene por persona non grata.
-Eso es una bobada. Víctor y yo nos casamos por el bien de Vicky.
-¿Quién está diciendo ahora bobadas? Se puso celoso como una mona el día que te di aquel besito en Navidad.
-No estaba celoso. Sólo tenía miedo de que Vicky pudiera verlo.
Denis se quedó en silencio un momento antes de decir:
-Myriam, para ser una mujer tan inteligente a veces pareces tonta. Pero claro, tu marido todavía lo es más. ¡Ah, café! ¡Gracias!
Se quedó media hora más hablando de sus payasadas habituales, pero enseguida, con más sensibilidad de la que ella hubiera esperado, la dejó en paz. Myriam se quedó sola para pensar sus palabras. Parecían contener algo de esperanza, pero ella había terminado con la esperanza. Lo que hubiera podido haber entre Víctor y ella se había acabado y eso era todo.
Cuando sonó la segunda llamada a la puerta, ella ya estaba en la cama. Se puso una bata y cruzó adormilada hasta la puerta. Pensó que sería de nuevo Denis y cuando abrió, ya estaba diciendo:
-No puedes venir a esta hora de la...
Entonces se detuvo con la respiración acelerada.
-¿Puedo pasar? -preguntó Víctor. Ella se apartó a un lado y cerró la puerta tras él-. ¿Quién creías que era? ¿Denis?
Ella consiguió recuperar la voz.
-Estuvo aquí antes.
-Ya lo sé. Le vi llegar y esperé a ver cuánto se quedaba.
-Apenas media hora -susurró Myriam.
Había algo en la cara de Víctor que nunca había visto antes y se le aceleró de repente el corazón.
-Sí, media hora. Y te diré una cosa: si se hubiera quedado toda la noche, hubiera desaparecido y nunca te hubiera vuelto a ver.
-De eso nunca ha habido dudas. ¿Por qué estás aquí, Víctor?
Ella miró durante un largo momento en silencio antes de decir:
-Quiero llevarte a casa.
-Esta es mi casa ahora.
-Ésta no será nunca tu casa. Tu casa está conmigo. Y con Vicky. Si quieres todo esto -señaló sus libros-, puedes llevarlo. Podrás hacer el trabajo que quieras si significa mucho para ti.
-Víctor, tú no sabes lo que significa mucho o nada para mí.
El frunció el ceño.
-Eso es lo que dijeron ellas.
-¿Quién?
-Vicky y mi madre.
-¿Estás aquí porque te han enviado ellas?
-Sí... no... es mucho más que eso. Es duro de explicar. Lo único que tengo claro es que quiero que vuelvas. La casa no es un hogar sin ti.
Víctor vio que la cara de Myriam seguía todavía impenetrable y supo que no había dicho lo adecuado. Sintió una oleada de alarma, el Gran Arreglador, cuya lengua de plata reducía a sus adversarios a un furioso silencio.
Pero ahora sólo podrían ayudarle las palabras adecuadas y no sabía cuáles eran.
-No lo entiendo -dijo Myriam-. Denis se fue hace una hora. Si tú lo viste, ¿por qué esperaste tanto antes de llamar?
Y, de repente, él supo cuáles eran las palabras.
-Tenía miedo -dijo simplemente.
-¿Tú? ¿Miedo?
-Esto me importa mucho. Si me equivoco y tú no me amas...
Myriam no estaba segura de haber oído aquello. Susurró con incredulidad:
-¿Amarte?
-Vicky dice que sí. Dice que se lo dijiste tú. Yo pensé que se habría equivocado, pero insistió mucho.
La miró con interrogación en los ojos.
-¡Oh, tonto! -jadeó ella-. Eres un tonto.
-Ya sé que soy tonto -confirmó él con rara humildad-. La única cuestión es: ¿qué tipo de tonto?
Ella le respondió de la única forma que podía, rodeándole con sus brazos y posando los labios sobre los de él en el primer beso de amor mútuo. Por instante, él pareció demasiado anonadado como para reaccionar. Pero la vida volvió a sus miembros y la alcanzó en un feroz abrazo.
-Te quiero -dijo una y otra vez-. Te he querido desde hace meses, pero no encontraba la forma de decírtelo. Estabas tan distante.
-Yo pensé que era eso lo que tú querías. Me seguías recordando que lo estábamos haciendo sólo por Vicky... que teníamos un trato.
-¿Es que no lo entiendes? ¡Te quiero!
Se detuvo de forma abrupta porque ella le cubrió la boca con la suya. Aquél era el beso de ella, una afirmación de poder, el momento en que le reclamaba.
-Estaba intentando tranquilizarte -dijo Víctor, cuando pudo respirar-. Sabía que el trato era importante para ti.
-¡Al diablo con el trato! -dijo ella con fiereza contra su boca-. ¿Crees que me casé contigo por dinero o por una carrera? ¿Es de verdad eso lo que creías?
-Ya no sé qué pensar. Nada parece ser verdad.
-Esto es verdad -murmuró ella, frotando con suavidad sus labios.
-Sí -gimió él-. Esto es verdad... sólo esto...
-Amor mío, ¿por qué estamos perdiendo el tiempo?
-Tienes razón -dijo él, alzándola en sus brazos y abriendo la habitación con el pie-. Tenemos años por delante para todas las explicaciones. Dejemos que esperen. Myriam, cariño mío.
Era como hacer el amor por primera vez. El pasado no contaba. Lo único que importaba ahora, era descubrirse el uno al otro como amantes. El descubrimiento fue precioso, ardiente de dulzura, de entrega y donación, cargado de promesas de una vida juntos para siempre.
Después, mientras seguían acurrucados el uno los brazos del otro, se adormilaron en una dicha bendita para despertarse y descubrir aún más bendición.
-No puedo creer que me quieras de verdad -murmuró ella.
-Créelo -susurró él, apretando el cuerpo de ella contra sí.
-Pero, ¿cómo, cuándo sucedió?
-Me sacudió como una ola. Estabas tan bonita cuando te acercabas por el pasillo de la iglesia hacia mí... Sólo había pensado en ti para Vicky, pero de repente, te encontré encantadora. Pero sentías tanta reticencia a casarte conmigo.
-Sólo por lo de Verónica.
-Yo no lo sabía. Pensé que debía tratarte con cuidado. A veces parecías acercarte a mí, pero después me apartabas de nuevo. Cuando hicimos el amor, pensé que tenía una oportunidad, pero nada pareció cambiar después.
-Te vi mirando la fotografía de Helen esa noche y una de Vicky...
-Vicky contigo. Eras tú a la que miraba.
-Pero parecías preocupado. Pensé que te sentías culpable por Helen.
-Me estaba despidiendo de ella. Tardé mucho en hacerlo, pero también estabas tú y llenaste mi corazón como ninguna mujer lo había llenado desde que ella se había muerto. Te amaba tanto, Myriam... y tú no cedías ni un ápice.
-¿Que yo no...? ¡Pero si eras tú!
Pero, de repente, ya no importaba. Ella se estaba riendo y él con ella y no había nada en el mundo salvo júbilos y risas.
-Me seguías haciendo creer que tenía una oportunidad -le dijo ella-, y después me rechazabas. La noche de la fiesta, cuando te enfadaste conmigo, estabas magnífica, con los ojos relampagueantes, el pecho agitado y no sé cómo no te arrastré hasta la cama y te tomé en aquel mismo momento.
-Pues yo hubiera deseado que lo hicieras -suspiró ella-. Te deseaba tanto. Te he deseado todo este tiempo, de todas las formas posibles.
Él la besó.
-El día de Navidad estaba dispuesto a matar a Denis.
-¿Por aquel inocente beso bajo el muérdago?
-Aquel inocente beso casi me enloqueció. Sabía que te amaba, pero no cuánto hasta que me volví loco de celos. Descubrí entonces que soy un hombre muy celoso y posesivo. Vendrás conmigo mañana por la mañana, ¿verdad? Puedes estudiar negocios de otra manera si quieres. Pero no aquí, no lejos de mí.
-Nunca más me separaré de ti, amor mío. Siempre que tú me quieras.
-Te quiero. Pero también tengo que confesarte...
-¿Qué es?
Él sonrió.
-Vicky me amenazó con que, si no conseguía llevarte a casa, más valía que yo tampoco volviera.
La risa le asaltó y ella se contagió.
-Oh, me va a encantar ser su madre -dijo ella, secándose los ojos.
-¿Por qué nos dejaste? Cuando Vicky se puso mejor, yo creí que todo iba bien, pero tú no podías esperar para irte.
-Porque pensé que ya no me necesitabas más. No podía vivir con medias tintas. Dolía demasiado.
-Yo siempre te necesitaré, de todas las formas posibles -dijo él con suavidad, atrayéndola contra él-. Y te lo demostraré todos los días de mi vida. Ven a mí, amor mío...
Más tarde, él dijo en voz muy baja:
-Hay algo que tengo que decirte. Yo mismo no lo supe hasta ayer, cuando Vicky me lo dijo. Cuando salió de la operación y dijo: «mami estaba ahí», quería decir mucho más de lo que nosotros pensábamos.
-Quería decir Helen -dijo Myriam-. Yo siempre lo he sabido.
-Sí, pero también se refería a ti. Yo no lo entiendo del todo, pero fuera como fuera, estabais las dos allí, Helen y tú. Oswald y Oswald. Mami y mami. Para ella es perfectamente sencillo.
Era la última pieza que encajaba, lo único que ella necesitaba oír para que su felicidad fuera completa. Myriam atrajo a su marido hacia ella, ahora verdaderamente su marido, y le dio las gracias con pasión desde lo más profundo de su corazón.


A la mañana siguiente, volvió a casa muy temprano. Estaba amaneciendo cuando el coche paró frente a la casa y el mundo seguía dormido.
Excepto alguien en la ventana de arriba, que se desvaneció tan pronto como Myriam salió del coche y bajó volando las escaleras para arrojarse a dos pares de brazos que la recibieron ansiosos.

FIN.

espero sus comentarios sobre esta novelita....

aaaaaaaaaaay me encanto toda la novelaaa muchisiiiiismas gracias!! la disfrute muchooo

graxias x la novela esta muy bonita graxiasssss

Gracias por la novelitaaa! ... Me encantooo! ... Saludos!

Gracias por la novela me encanto muy hermosaaaaaaaaaa Gracias y te esperamos con otra si otraaaa Saludos Atte: Iliana

Me Encanto Gracias Por Compartirla

muchas gracias por la novelita me encanto.

me encanto niiña miil graciias x la noveliita super liinda

QUE HISTORIA TAN TIERNA, ME ENCANTO MUCHAS GRACIAS.

muy hermosa la nove ya la habia leido ajaj pero no postie ajja mis agradecimientos esperemos que nos pongas mas noves saludos nena

GRACIAS POR LA NOVELA

lo mejoooooooooooooooorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr