= TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
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Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
Gracais por los Caps. Saludos Atte: Iliana
myrithalis- VBB PLATINO
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Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
graxias x el capitulo
mariateressina- VBB PLATINO
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Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
gracias por los capis muy buenos donde estara myriam sss
nayelive- VBB PLATINO
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Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
CAPÍTULO 11
- No puedo creer que te marcharas así como así.
- Pues así fue.
- ¿Sin decir nada? ¿Sin decirle a nadie adónde ibas?
La expresión de Myriam era de crispación. Había sido sometida al incensante interrogatorio de Elizabeth durante la última media hora y ya estaba harta.
- Ya te he dicho que estaba en San Francisco.
- ¿Y cómo se supone que ibamos nosotros a saber eso?
- ¡No se supone! -gritó Myriam-. De eso se trataba. Quería estar solo durante un tiempo. Soy mayor de edad. No sabía que necesitaba el permiso de nadie para tomarme unas vacaciones.
Thad levantó la mano para silenciar la siguiente contrabución de su esposa a la discusión.
- Comprendemos que necesitaras unas vacaciones, Myriam. Pero tienes que admitir que el momento no era precisamente el más apropiado.
- La impulsividad es parte de mi personalidad.
<<¿Por qué no se irán a su casa y me dejarán sola?>>, pensó. Todavía no tenía ganas de ver a nadie. Sin duda, no estaba preparada para justificar su última escapada. Todavía no encontraba una razón que explicara por qué se había dado a la fuga de la casa de Victor, menos aún podía justificarlo ante otras personas.
- La impulsividad es peligrosa y esta vez roza casi la irresponsabilidad -dijo Elizabeth reprendiéndola-. Abandonaste a Victor cuando más te necesitaba. Sin una sola palabra. Sin una pizca de educación para darle una dimisión formal o un simple adiós. Agarraste y te largaste.
- Victor sobrevivirá. Él mismo me lo dijo. Antes de que yo me fuera, él dijo que era capaz de hacer cualquier cosa. Yo le creí.
- Pero tu trabajo no había terminado. Él todavía te necesitaba.
Myriam lo negó rotundamente con la cabeza.
- A mí no. A cualquier fisioterapeuta. A cualquiera. Su actitud había dado un vuelco. Lo estaba haciendo increíblemente bien. Antes de abandonar Oahu, me detuve de camino para ver al dortor Arno. Él me aseguró que podría encontrar un excelente sustituto de inmediato.
- Según he oído, el doctor Arno se hizo cargo -dijo Tgad, dirigiéndose a las dos-. Según dicen, Victor se está recuperando excepcionalmente bien. Incluso ha vuelto a asumir el mando de su empresa.
- ¿Lo ves? -dijo Myriam-. Todo está en orden.
- Pero eso no explica que abandonaras tus obligaciones.
- Entonces, no me pagues. Me llevo a cambió unas estupendas vacaciones. Lo he pasado realmente bien.
- No te hagas la indiferente conmigo, Myriam.
- Entonces, no seas tan altiva, caramba -dijo ella bruscamente-. Me cansé de estar encerrada en esa montaña tropical. Necesitaba cambiar de aires.
- Pero ¿por qué San Francisco?
- Nunca había estado allí. Quería conocerlo.
En realidad, era la primera cuidad a la qque había llegado tras su vuelo nocturno procedente de Honolulú. Era un buen lugar para recuperarse de su sufrimiento. Había visto muy poco de la cuidad, había pasado la mayor parte del tiempo en la habitación del hotel. Pero no quería que supieran el porqué.
- ¿Y qué estuviste haciando allí? -le preguntó Elizabeth.
- Pasárlmelo pipa.
- ¿Sola?
- No he dicho que estuviera sola.
- Me acabas de decir que fuiste allí para estar sola.
- Bueno, pues he cambiado de opinión -dijo Myriam irritada.
- ¿Estabas con algún hombre?
Últimamente, Myriam no conseguía controlar su temperamento. Su mal humor no había mejorado cuando, prácticamente nada de más llegar a casa, Elizabeth y Thad se habían presentado en su puerta.
-¿Habéis contratado espías para que me vijilen? -había preguntado ella, invitándoles a entrar de mala gana. Apartir de ese momento, la conversación se había ido deteriorando. Ahora, se enfrentaba a su hermana conm enérgica animosidad-. No creo que sea asunto tuyo si estuve en San Francisco con un hombre o con media docena-
- ¿De veras, Myriam? -Elizabeth rompió a llorar. Thad se apresuró a consolarla sentándose en la silla más cercana.
- No te preocupes, Elizabeth. No es bueno ni para ti ni para el bebé.
- ¿Cómo no me voy a preocupar? La irresponsabilidad de mi hermana ha hecho una loca escapada de dos semanas para hacer turismo sexual en San Francisco. Pero ¿qué le pasa?
- Tú siempre has dicho que era muy suya.
- Pero ya debería haber cambiado a estars alturas. Está peor que nunca. Pero ¿por qué?
- ¿Sindrome premenstrual? -sugirió Thad.
- Tengo una marnífica idea -interrumpió Myriam con falsa amabilidad-. Si van a ponerse a discutir sobre mí como si yo no estuviera, ¿por qué no lo hacen en su casa? Estoy cansada. Quiero deshacer la maleta. Tengo que llamar al hospital y decirles que estoy preparada para volver al trabajo. Para ser sincera, quiero que se vayan.
Elizabeth parecía dolida, pero se puso de pie.
- Con mucho gusto, pero necesito ir al baño primero.
- Pues, tú misma. -Myriam le indicó el camino con un teatral despliegue de brazo.
Después de que Elizabeth abandonara la habitación, Myriam se volvió para comprobar que Thad la estaba observando detenidamente. Se sentó frente a él y encontró algo desconcertante a la expresión de su cara.
Él fue el primero en romper aquel incómodo y largo silencio.
- Siempre has sido muy tuyo, pero aun así me caes bien.
Su declaración se hizo eco de algunas palabras que ella había escuchado recientemente. El recuerdo era agridulce. Ella sintió cómo las lágrimas le escocían los ojos, pero se obligó a reír.
- Gracias, supongo.
Thad se reclinó sobre la silla y se llevó las manos a la nuca.
- ¿Sabes? Resulta extraño.
- ¿El qué?
- Que estés tan susceptible esta noche, después de unas vacaciones y todo lo demás.
- Viajar es agotador.
- No, lo extraño es la coincidencia. He hablado con Victor varias veces con las últimas dos semanas y cada vez lo he encontrado igua de susceptible. No pareces feliz, aunque me diga que lo está. De hecho, parece empeñado en convencerme de su felicidad. Algo parecido a tu actitud con Elizabeth y conmigo esta noche.
- Yo estoy feliz de la vida.
- Ajá -dijo Thad con una cándida sonrisa-. Y sea lo que sea que te hace tan feliz debe de ser la misma cosa que hace tan feliz a Victor. En cualquier caso, ustedes dos son precisamente las personas más felices que he conocido. Y qué asombroso resulta que se esfuercen tanto en asegurarnos de que todo el mundo lo sepa.
Thad la miró compasivo, Myriam realmente tenía ganas de llorar en ese momento. Pero no tuvo oportunidad. Elizabeth se paró entre los dos y anunció con sorprendente tranquilidad:
- Acabo de romper aguas.
Ambos saltaron como si hubieran habierto fuego sobre ellos con una ametralladora. Thad dio un salto y la agarró de los hombros.
- ¿Estás segura? ¿Estás bien? ¿Qué deberíamos hacer?
- Deberiamos ir al hospital y tener el bebé -dijo ella riendo-. Myriam la señorita Alder está con Megan y con Matt. Haz favor de llamarla y preguntarle si le importaría pasar la noche allí.
- Claro, claro. ¿Algo más?
- Sí, quita las manos de Thad de mis hombros. Me está cortando la circulación.
Con el aplomo que la caracterizaba, Elizabeth dio a luz a una niña poco antes del amanecer de la mañana siguiente.
- Es tan diminuta -susurró Myriam, con veneración-. Tan suave. -Le frotó la mejilla contra su bonita cabeza velluda. Sujetando al bebé con el interior de su brazo, Myriam se maravilló ante el milagro de una vida tan pequeña-. No te preocupes. Cuando tu madre empiece a ponerte pichis con ositos, patitos y bordados, la tía Myiam vendrá a rescatarte. Te compraré ropa a la moda.
La diminuta boca del bebé hizo una pompa. Myriam se lo tomó como si el bebé le estuviese dando su aprobación. Se estaba riendo cuando la puerta de la habotación del hospital se abrió de par en par. Su sonrisa desapareció al instante. Él estaba apoyado en una muleta con una mano y sujetaba un ramo de flores frescas en la otra.
La cara de Victor mostraba el mismo grado de asombro al ver a Myriam, sentada al borde de la cama del hospital, sujetando al bebé contra su pecho. Pero su expresión tan sólo duró un momento. Entonces, sus rasgos se volvieron fríos y hostiles.
- Esperaba encontrarme a Elizabeth.
- Pues mira tú qué mala suerte. En su lugar, vas y te encuentras conmigo.
- ¿Qué estás haciando aquí?
- Eso mismo digo yo.
- Yo pregunté primero.
Myriam se rindió encogiéndose de hombros en señal de que el enfrentamiento no merecía la pena. Esperaba que él no se diera cuenta de su respiración entrecortada.
- Estoy aquí debido a una de esas meteduras de pata del hospital que siempre suceden a la hora de dar el alta. Ya le habían entregado el bebé a sus padres cuando se descubrió en problemilla técnico en el libro de registros. Así que Lizzie y Thad han ido a solucionarlo y me pidieron que me quedara con la nena.
- Ellos no debe de querela mucho.
- ¡Qué cosas más desagradables dices!
Victor no se disculpó. En lugar de eso, atravesó la habitación cojeando y dejó el ramo de flores sobre la mesa.
- ¿Cómo se llama?
- Milly.
- Milly, ¿eh? Muy bonito. ¿Y cuánto pesó?
- Cuatro quinientos y doscientos cincuenta gramos. ¿Dónde está tu silla de ruedas?
- ¿Más de cuatro quinientos? Vaya, vara. Ya no necesito esa maldita silla.
- ¿Y qué haces con una muleta?
- Ahora camino.
- ¿Con una muleta? ¿Sin proteger las rodillas? ¿Ese fisioterapeuta tuyo debe de tener paja en la cabeza en ves de cerebro?
- Aparentemente. él opina que estoy listo.
- Pues yo no.
- Tú ya no eres mi fisiotepauta, ¿o me equivoco? -Su voz era suave, pero su mirada cortante-. ¿Cómo es que se decidieron por Milly?
- ¿Qué? Ah, dejaron que Matt escogiera el nombre.
-¿Matt?
- Estaba disgustado porque el bebé no fuera un chico. Prefería un hermanito. Para calmarlo, le dejaron escoger el nombre. Sugirió Milly porque iba bien con Matt y con Megan. Todos con empiezan por M y tal. Es demasiado ideal para mi gusto, pero ellos no son... Mira, puede que ya no sea tu fisioterapeuta, pero sé diferenciar un buen consejo médico de uno malo y no creo que estés preparado para las muletas, ni mucho menos para una sola.
- ¿Cómo puede saber para qué estoy preparado? Ni siquiera me has visto en dos semanas y tres días.
Y siete horas y cincuenta y dos minutos, podría haber añadido Myriam, pero no lo hizo. En vez de eso, añadió:
- No has tenido tiempo bastante para fortalecer esos músculos lo suficiente para que te sostengan.
- He estado trabajando noche y día.
- Otro error por parte del fisioterapeuta. Sabía que Bo Arno era un matasanos -dijo ella echando humo-. Si fuerzas esos músculos podrías tener un esguince o una sobrecarga muscular. No deberías forzarlos a hacer algo a lo que no estás acostumbrados.
- Pareces saber instintivamente para qué estoy preparado. -Los ascuros ojos de él penetraron en los de ella-. ¿No es así?
Milly sacudió los brazos, golpeando a su tía en la barbilla. Myriam se lo agradeció mentalmente. Le estaba agradecida por la distracción, por darle un excusa para mirar hacia otro lado. Mientras le atendía, aprovechó la oportunidad para cambiar de tema de paso.
- ¿Qué tal te fue en el vuelo?
- Sin problemas -dijo él.- El personal de vuelo me cuidó muy bien.
Myriam giró la cabeza. La engreída sonrisa de Victor le dio ganas de dar un chasquido.
- No lo dudo.
- Un equipo sensacional de azafata. Lo hicieron realmente bien ayudándome a meterme y a salir de mi asiento, trabajando los calambres de mis piernas, estimulando la circulación de mi sangre.
- Qué agradable.
- Sí, lo fue.
- Podrías haberte quedado, ¿sabes? Elizabeth y Thad lo habrían entendido. No tenías por qué apresurarte a cruzar el océano sólo para ver a Milly.
- Soy su padrino. No podía esperar a verla.
- ¿Y si eso te causa una recaído y tienes que volver a tu silla de ruedas?
- No voy a volver a una silla de ruedas. Eso te deja a merced de algunas personas sin escrúpulos que no son para nada fiar.
- Te refieres a mí, supongo.
- Quien se pica...
- Vete al infierno.
Milly protestó por el intercambio de gritos soltando un vagido. Myriam comenzó a acunarla entre sus brazos. El bebé continuaba llorando. Ella miró a Victor.
- Ahora mira lo que has hecho.
Victor se acercó hasta el borde de la cama y se sentó, apoyando la muleta contra el colchón.
- ¿No tienes instintos maternales?
- Sí, claro que lo tengo. Toda mujer lo tiene.
- Entonces, haz que pare de llorar.
- ¿Y qué crees que le pasa?
- Puede que esté mojada.
- Thad ya se ha llevado los pañales al coche.
- Puede que tenga hambre.
- Tampoco va a tener suerte en ese sentido. Yo no estoy debidamente equipada.
- Tú estás equipada.
Los ojos de ambos se encontraron. Por un momento, una mirada suave y enternecedora remplazó a la hostiles miradas que habían estado intercambiando. Recordaron los tiempos en los que la boca de él absorbía con fervor los pechos de ella.
Myriam se obligó a mirar hacia otro lado, temiendo que si no lo hacía, caería en sus brazos y le suplicaría que la sujetara y que nunca más la dejara marchar.
- Se está tranquilizando -observó ella innecesariamente.
- Sí.
Cuando la inquietud de Milly amainó, Myriam examinó la cara de Victor de cerca-. Pareces cansado.
- Tú tampoco tienes tu mejor cara.
- Gracias. -Myriam sonrió torciendo la boca-. Ni siquiera puedo ofenderme porque sé que tienes razón. Los últimos días han sido frenéticos. He estado haciando recados para Lizzie, tratando de mantener a Thad con los pies en la tierra y relevando a la señora Alde, la canguro. Megan y Matt se han comportado como indios salvajes, considerando al nuevo bebé una amenaza, estoy segura. Intentan llamar la atención de todo mundo comportándose como dos verdaderos demonios.
- Tú crees en toda esa psicología, ¿no es así?
El tono de su pregunta la hizo ponerse a la defensiva.
- A veces -contestó sin anterarse.
- Pero especialmente con tus pacientes. Tu te imaginas lo que necesitan y se lo das, ya sea una broma o una reprimenda o... cualquier cosa.
- Si tienes algo en mente, Garcia, ¿por qué simplemente no eres directo y lo dices?
- De acuerdo. ¿Por qué te escapaste de mi lado?
- Ya había conseguido lo que me había propuesto.
- ¿Seducirme?
Los ojos de Myriam adoptaron un cariz atormentado.
- Consegui que caminaras.
- Todavía no caminaba.
- Pero estabas a punto. La mañana que me fui tú mismo dijiste que podrías hacer cualquier cosa. A mí ya no me necesitabas.
- ¿No es eso algo que los médicos deberían decidir? ¿O me equivoco? ¿O es que eres por naturaleza más lista que el resto?
- No iba a quedarme por allí para que luego me deseharas.
- ¿Ganando mi dólares al día? -gritó él con incredulidad-. Debes de tener una razón de peso para renunciar a eso.
- Estaba cansada del maldito buen tiempo.
- ¿Por qué te acostaste conmigo, Myriam? -preguntó él con brusquedad-. ¿Un regalo de despedida? ?Eras tú una medalla al merito que me había ganado? ¿O era yo la que habías ganado tu?
Myriam reaccionó como si la hubiece abofeteado.
- ¿Cómo te atreves a decirme algo así?
- Entonces, ¿por qué? Dímelo.
- Sabía que necesitabas probar que eras un hombre hecho y derecho.
Él se echó a reír, aunque no tenía ninguna gracia.
- ¿Y acaso eso no está a la orden del día? A todo joven paciente varón le preocupa eso. Y tanto tú como yo sabemos que a los otros pacientes no les has proporcionado esa prueba. ¿Qué hizo que yo fuera diferente? ¿Por qué te acostaste conmigo?
- Porque me dio la gana -gritó ella. La bebé Milly protestó ante la repentina explosión de gritos.
- ¿Por qué?
- Por curiosidad -dijo ella con toda tranquilidad-. Lo había retrasado demasiado. Quería saber de qué iba todo eso.
- Mentirosa. -Myriam se quedó boquiabierta-. Estabas respondiendo a la química que había surgido entre nosotros desde el primer momento en que nos conocimos -dijo Victor acercando su cara a la de ella-. Incluso desde que dijiste <<¿Cómo hago el qué?>> yo he querido llevarte a la cama y averiguarlo. Tú también estabas atraída por mí, a pesar de que ambos nos negemos a admitirlo.
<<Pero finalmente sucedió. Nos rendimos sin poder evitarlo, y fue maravilloso, pero te cagaste del miedo. Hasta ahora, habias logrado hacer una farsa de las otras relaciones de tu vida y no te veías capaz de afrontar algo real. Cuando descubriste lo que había detrás de tu coqueteo verbal, metiste el rabo entre las piernas y saliste corriendo.
- Estás podrido por dentro, Garcia.
- Eres una cobarde. Sales corriendo antes de qye las cosas se puedan torcer.
- ¿Y por qué no? No estaba por la labor de quedarme allí, cuidándote hasta que pudieras volver corriendo a los brazos de blancanieves von Elsinghouse...
- Hauer. Von Elsinghauer.
- Lo que sea. ¡No iba a quedarme para por ver cómo volvías corriendo a ella con los brazos abiertos! -Para aumentar aún más su mortificación, Myriam fue consciente de que estaba llorando. Enfadada, se limpió las lágrimas de la cara-. ¡Maldito seas, idiota irlandés! Sabes de sobra por qué me acosté contigo. Me enamoré de ti. Y sí, hubiese hecho cualquier cosa, cualquiera, para devolverte la movilidad en las piernas y el estilo de vida que tenías antes.
<<Más de lo que deseaba seguir respirando, deseaba verte dar tus primeros pasos hacia mí. Pero no quería ver cómo te elajabas de mí. No iba a quedarme contigo y que te deshicieras de mí en cuanto no me necesitaras más. No iba a permitir que continuaras haciéndome el amor, confundiendo gratitud con pasión, mientras yo ponía tu cuerpo a tono para otra mujer. Y, por último, no creo que estés preparado para las muletas todavía. No sabes el daño que podrías...
- Myriam.
-.... estar haciéndote. Idiota. Y eso...
- Myriam.
-.... terapeuta que me reemplazó debe de ser un idiota también. Porque ningún experto te permitiría correr tanto.
- Myriam.
- Y otra cosa -dijo ella, frotándose las lagrimás de los ojos-, sabía que algo iría mal si alguna vez me acostaba con un hombre. Y, sin duda, algo va mal. Se me ha atrasado el periodo desde hace una semana. ¡Podría matarte, Garcia!
Victor le apretó la mandibula antre sus dedos.
-Caray, es la única manera eficaz que he encontrado de que te calles la boca.
Acercó sus labios a los de ella. Fue así sin más. En un segundo, estaban formando un arco sobre Milly para besarse vorazmente. Finalmente, tras despegarse de su boca, Victor gruñó:
- Debería estrangularte por haberme hecho pasar por este infierno. No vuelvas a abandonarme así otra vez. Nunca.
- ¿Me has echado de menos?
- Que va. He echado de menos el revuelo y el ruido y el caos absoluto quete rodea.
- Echabas de menos tener a alguien con quien pelearte.
- Hum. Como me gusta pelearme contigo.
- ¿De verdad? ¿Por qué?
- Porque te vuelves loca y te vibran los pechos. -Victor extendió los brazos, sorteando al bebé, y metió las manos por debajo del jersey de Myriam para acariciarle los pezones erguidos-. Es suficiente para que un hombre moribundo...
- ¿Interrumpimos?
Myriam y Victor se volvieron hacia la puerta. Los Randolph estaban allí. Elizabeth los miraba atónita con los ojos completamente abiertos. Thad trataba de contener la risa. Victor retiró la mano de debajo del jersey de Myriam, aunque sin apuros.
Ninguno de los cuatro sabía muy bien qué hacer para reaccionar ante tan anómala situación. Finalmente, Myriam rompió el hielo.
- Bueno, no se queden ahí como dos pasmarotes. Vengan a agarrar al bebé para que Victor y yo podamos ir a mi apartamento como dos tortolitos.
- ¿Qué voy a hacer con esa lengua de trapo que tienes?
La sonrisa de Myriam era absolutamente malintencionada.
- Tengo una idea fantástica.
monike- VBB PLATA
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Fecha de inscripción : 22/01/2009
Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
Él la miró con recelo.
- No quiero oírla.
- Sí, sí quiere. Te mueres por oírla. -Ella le susurró su idea al oído hasta lograr que se le sonrojara la oreja.
- Tienes razón -dijo él con voz ronca-, es una magnifica idea. Nos pondremos a ello en cuanto aclaremos unas cuantas cosas. Entre ellas, qué voy a hacer con esa lengua de trapo tuya cuando no estemos desnudos en la cama y haya más gente alrededor. Gente importante, majestuosa, elegante, adinerada, como la que patrocina mis hoteles.
- ¿Voy a estar tanto a tu alrededor?
- Si eres la señora Garcia, vas a estar pegada a mí como si nos hubiesen echado pegamento.
- ¿Voy a ser la señora Garcia?
- Ni que lo digas. Un período que se retrasa una semana es motivo más que suficiente para una boda, si es que alguna vez he escuchado alguno.
- ¿Es esa la única razón para casarte conmigo?
- No creerás que me casaría contigo si no tuviera que hacerlo, ¿no? -Sigilosamente, ella se frotó el cuerpo contra el de él. Victor gimió-. Aunque pensandolo de nuevo. -Myriam le deslizó suavemente la mano hacia abajo sobre el pecho. Él resopló de placer cuando ella lo encontró relajado y excitado a la vez-. Está bien, está bien, me casaría contigo de todas formas.
Ella frotó sus labios de un lado a otro contra los de él.
- Pormeto ser una niña buena.
- Tampoco demasiado bueno, espero. Basta que me avises cuando vayas a hacer o a decir algo realmente vergonzoso para que pueda esconderme. Y nunca, nunca seas una niña buena en la cama. -Victor la puso boca arriba, se puso encima y la abrazó.
- Buen malabarismo, machote -dijo ella bromeando-. ¿Quién te enseñó eso?
- Una fisioterapeuta que tuve una vez, que era como un buen dolor en el culo.
- Si no recuerdo mal, eras tú el que sufría dolores en el trasero. ¿Te acuerdas de esas úlceras de decúbito?
- ¿Las úlceras de decúbito?
- Han desaparecido. -Myriam deslizó sus manos sobre su trasero y se besaron. Cuando finalmente él levantó la cabeza, sus ojos parecían preocupados-. ¿Qué? -preguntó ella rápidamente-. ¿Te duele algo?
Él dijo que no con la cabeza.
- No, no es eso. -La miró por encima de la cabeza durante un momento, antes de volver a mirarla a los ojos-. Mi diagnóstico es todavía incierto, Myriam. Vi a Arno el otro día. Me somentió a una serie de pruebas. Sigue convencido de que me recuperaré algún día, pero existe una remota posibilidad de que pueda tener que caminar con un bastón para siempre, con una cojera pronunciada.
<<Creo que, si hubiera tenido que hacerlo, hubiese lanzado esa muleta y te hubiese perseguido por los pasillos del hospital hasta alcanzarte. -Se detuvo por un momento-. Pero puede que nunca sea capaz de perseguirte en ningún lugar. Simplemente quería que supieras eso.
Ella ladeó la cabeza.
- Garcia, realmente te gusta provocarme. ¿No sabes a estas alturas qué te querría aunque lo único que pudieras hacer el resto de tu vida fuese arrastrarte sobre la barriga? Si tú puedes soportar mi lengua de trapo, lo menos que puedo hacer yo es pasar por alto un bastón o una cojera.
Victor deslizó los dedos por su pelo y le sostuvo la cabeza mientras se besaban acaloradamente.
- Dios, cómo te quiero.
- Bien, aleluya. Pensé que nunca llegarías a decirlo. Y sólo para que conste. No ligué con nadie en el Sugar Shack la noche que fui a Lahaina.
La había besado desde el cuello hasta los pechos. Ahora la mordisqueo con los labios en el pezón.
- Ya lo sé.
- ¿Lo sabes?
- Hum. Ya estábamos bien encaminados a esto por entonces. El único hombre que deseabas aquella noche era yo. -Con la lengua, Victor describió húmedos círculos sobre los pechos de Myriam.
Gimiendo y arqueando la espalda hacia atrás como acto reflejo, ella suspiró.
- Estabas muy seguro de ti mismo, ¿no es así?
- No del todo. -Le supuso un sacrificio, pero al final dejó lo que estaba haciando y la miró-. Caer de esa montaña no fue nada en comparación con enamorarme de ti, Myriam Montemayor. Sabes que Elizabeth siempre dice que yo no sabía estarme quieto, ¿cómo es que siempre dejaba a la gente sin aliento a mi paso? -Myriam, fascinada por la sinceridad que desprendían sus ojos, asintió en silencio-. Bien, tú no sólo hiciste que me tomara las cosas con más calma, sino que además conseguiste que me detuviera. Y no estoy hablando de cuando estaba inutilizado, tumbado de espaldas, incapaz de moverme. Tú derribaste al poderoso Victor Garcia la primera vez que te vio con esos irrespetuosos pantalones de cuero negro. Desde aquel preciso instante, lo tenia muy difícil y yo lo sabía. Es por eso que luché con todas mis fuerzas.
Myriam encontró sus palabras difíciles de digerir y se quedó sin habla. Él se echó a reír.
- No me digas que te he dejado sin palabras.
El comentario dio lugar a una sonrisa y a una broma por su parte.
- Casi, Garcia, pero estoy cansada de hablar. Todavía debes saber contar hasta tres para que empiece estar película.
- ¿Y si no qué?
Ella le guiñó un ojo.
- Entonces, tendrás que contar hasta cuatro.
Titulo original ingles: "Adam´s fall"
Autora: Sandra Brown
Traducción de: Bruno Menéndez
Editorial Talismán.
- No quiero oírla.
- Sí, sí quiere. Te mueres por oírla. -Ella le susurró su idea al oído hasta lograr que se le sonrojara la oreja.
- Tienes razón -dijo él con voz ronca-, es una magnifica idea. Nos pondremos a ello en cuanto aclaremos unas cuantas cosas. Entre ellas, qué voy a hacer con esa lengua de trapo tuya cuando no estemos desnudos en la cama y haya más gente alrededor. Gente importante, majestuosa, elegante, adinerada, como la que patrocina mis hoteles.
- ¿Voy a estar tanto a tu alrededor?
- Si eres la señora Garcia, vas a estar pegada a mí como si nos hubiesen echado pegamento.
- ¿Voy a ser la señora Garcia?
- Ni que lo digas. Un período que se retrasa una semana es motivo más que suficiente para una boda, si es que alguna vez he escuchado alguno.
- ¿Es esa la única razón para casarte conmigo?
- No creerás que me casaría contigo si no tuviera que hacerlo, ¿no? -Sigilosamente, ella se frotó el cuerpo contra el de él. Victor gimió-. Aunque pensandolo de nuevo. -Myriam le deslizó suavemente la mano hacia abajo sobre el pecho. Él resopló de placer cuando ella lo encontró relajado y excitado a la vez-. Está bien, está bien, me casaría contigo de todas formas.
Ella frotó sus labios de un lado a otro contra los de él.
- Pormeto ser una niña buena.
- Tampoco demasiado bueno, espero. Basta que me avises cuando vayas a hacer o a decir algo realmente vergonzoso para que pueda esconderme. Y nunca, nunca seas una niña buena en la cama. -Victor la puso boca arriba, se puso encima y la abrazó.
- Buen malabarismo, machote -dijo ella bromeando-. ¿Quién te enseñó eso?
- Una fisioterapeuta que tuve una vez, que era como un buen dolor en el culo.
- Si no recuerdo mal, eras tú el que sufría dolores en el trasero. ¿Te acuerdas de esas úlceras de decúbito?
- ¿Las úlceras de decúbito?
- Han desaparecido. -Myriam deslizó sus manos sobre su trasero y se besaron. Cuando finalmente él levantó la cabeza, sus ojos parecían preocupados-. ¿Qué? -preguntó ella rápidamente-. ¿Te duele algo?
Él dijo que no con la cabeza.
- No, no es eso. -La miró por encima de la cabeza durante un momento, antes de volver a mirarla a los ojos-. Mi diagnóstico es todavía incierto, Myriam. Vi a Arno el otro día. Me somentió a una serie de pruebas. Sigue convencido de que me recuperaré algún día, pero existe una remota posibilidad de que pueda tener que caminar con un bastón para siempre, con una cojera pronunciada.
<<Creo que, si hubiera tenido que hacerlo, hubiese lanzado esa muleta y te hubiese perseguido por los pasillos del hospital hasta alcanzarte. -Se detuvo por un momento-. Pero puede que nunca sea capaz de perseguirte en ningún lugar. Simplemente quería que supieras eso.
Ella ladeó la cabeza.
- Garcia, realmente te gusta provocarme. ¿No sabes a estas alturas qué te querría aunque lo único que pudieras hacer el resto de tu vida fuese arrastrarte sobre la barriga? Si tú puedes soportar mi lengua de trapo, lo menos que puedo hacer yo es pasar por alto un bastón o una cojera.
Victor deslizó los dedos por su pelo y le sostuvo la cabeza mientras se besaban acaloradamente.
- Dios, cómo te quiero.
- Bien, aleluya. Pensé que nunca llegarías a decirlo. Y sólo para que conste. No ligué con nadie en el Sugar Shack la noche que fui a Lahaina.
La había besado desde el cuello hasta los pechos. Ahora la mordisqueo con los labios en el pezón.
- Ya lo sé.
- ¿Lo sabes?
- Hum. Ya estábamos bien encaminados a esto por entonces. El único hombre que deseabas aquella noche era yo. -Con la lengua, Victor describió húmedos círculos sobre los pechos de Myriam.
Gimiendo y arqueando la espalda hacia atrás como acto reflejo, ella suspiró.
- Estabas muy seguro de ti mismo, ¿no es así?
- No del todo. -Le supuso un sacrificio, pero al final dejó lo que estaba haciando y la miró-. Caer de esa montaña no fue nada en comparación con enamorarme de ti, Myriam Montemayor. Sabes que Elizabeth siempre dice que yo no sabía estarme quieto, ¿cómo es que siempre dejaba a la gente sin aliento a mi paso? -Myriam, fascinada por la sinceridad que desprendían sus ojos, asintió en silencio-. Bien, tú no sólo hiciste que me tomara las cosas con más calma, sino que además conseguiste que me detuviera. Y no estoy hablando de cuando estaba inutilizado, tumbado de espaldas, incapaz de moverme. Tú derribaste al poderoso Victor Garcia la primera vez que te vio con esos irrespetuosos pantalones de cuero negro. Desde aquel preciso instante, lo tenia muy difícil y yo lo sabía. Es por eso que luché con todas mis fuerzas.
Myriam encontró sus palabras difíciles de digerir y se quedó sin habla. Él se echó a reír.
- No me digas que te he dejado sin palabras.
El comentario dio lugar a una sonrisa y a una broma por su parte.
- Casi, Garcia, pero estoy cansada de hablar. Todavía debes saber contar hasta tres para que empiece estar película.
- ¿Y si no qué?
Ella le guiñó un ojo.
- Entonces, tendrás que contar hasta cuatro.
Fin...
Titulo original ingles: "Adam´s fall"
Autora: Sandra Brown
Traducción de: Bruno Menéndez
Editorial Talismán.
monike- VBB PLATA
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Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
Gracias a todas y cada una de ustedes niñas que leyeron esta novelita, espero pronto volver a ponerles otra historia por ahi sales, y otra vez gracias
Nos estaremos leyendo chao chao
Nos estaremos leyendo chao chao
monike- VBB PLATA
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Fecha de inscripción : 22/01/2009
Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
Gracias por la Novela Gracias Atte: Iliana
myrithalis- VBB PLATINO
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Fecha de inscripción : 09/11/2008
Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
Muchas gracias por el final, estuvo padrisima esta novela.
alma.fra- VBB DIAMANTE
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Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
gracias por la nove me encanto muy bueno el final
nayelive- VBB PLATINO
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Fecha de inscripción : 07/01/2009
Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
graxias x la novela estuvo muy bonita
mariateressina- VBB PLATINO
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Fecha de inscripción : 28/11/2009
Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
gracias por la novelita estuvo padrisima, buenisima y demás...Muchas gracias
jai33sire- VBB PLATINO
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Fecha de inscripción : 23/05/2008
Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
Muchas gracias por la novelaa!
Me encantoooo!
Me encantoooo!
FannyQ- VBB DIAMANTE
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Fecha de inscripción : 24/05/2008
Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
miil graciias por la noveliita niiña me encanto
Dianitha- VBB PLATINO
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Fecha de inscripción : 22/07/2009
Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
MUCHAS GRACIAS POR LA NOVELA ESTUVO MUY INTERESANTE, SALUDOS
mats310863- VBB PLATINO
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Re: = TENTACIÓN = Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
GRACIAS POR LA NOVELA
dany- VBB PLATINO
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