Vicco y la Viccobebe
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Mensaje  Bere Lun Mayo 02, 2016 12:03 am

Bueno niñas me puse a trabajar en un one shot que sera pequeñito pero lindo les traere proximamente la historia basada en una cancion hermosa de Davis Bisbal.



Última edición por Bere el Mar Oct 11, 2016 11:59 pm, editado 1 vez
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Mensaje  Bere Mar Oct 11, 2016 11:33 pm

Pues me tarde mas de lo planeado pero no quedo tan one shot...

Disfrútenla... estoy cumpliendo mi promesa un banner por mes una historia adaptada y una toda nueva aquí va chicas

OLVIDE RESPIRAR

Me Olvide De Soñar
Mientras Lanzaba Piedras A La Luna
Con La Fuerza De Una Lágrima

Me Olvide Despertar
A La Voz De Tu Caricia Muda
Quisimos Buscar A Oscuras
La Luz Que No Vimos Nunca, Nunca

Y Olvide Respirar
Con Un Beso Bajo El Agua
Y Olvide Respirar
Al Sentir Dejarte Atrás
Ya No Hay Oxigeno De Mas
No Hay Palabras
Ya No Hay Tiempo…. No Puedo Mas

Desanúdame La Piel
Y El Corsé De Mis Labios
Me Adentrare Con Mis Dedos
En La Geografía De Tu Espalda

Quisimos Borrar Las Dudas
Y No Arrepentirnos Nunca, Nunca

Y Olvide Respirar
Con Un Beso Bajo El Agua
Y Olvide Respirar
Al Sentir Dejarte Atrás
Ya No Hay Oxigeno De Mas
No Hay Palabras
Ya No Hay Tiempo

Sale Una Esperanza Que Nos Lleve Lejos,
Lléname Las Ganas De Volverte A Amar

Y Olvide Respirar
Con Un Beso Bajo El Agua
Y Olvide Respirar
Al Sentir Dejarte Atrás
Ya No Hay Oxigeno De Mas
No Hay Palabras
Ya No Hay Tiempo
No Puedo Más, Me Olvide… Me Olvidas.
Olvide Respirar


La arena se siente dura bajo mi espalda, mientras me pierdo mirando las estrellas, saco la última bocanada de humo y estiro los pies para que el agua del mar me moje los dedos, tengo que volver a casa; me enderezo y respiro profundo mientras me acomodo el chal que me cubre los hombros, apago el cigarrillo en la arena y vuelvo a perder la mirada en las olas que se rompen; puedo distinguir las luces lejanas del puerto de Cozumel, los ferris que avanzan surcando la marea hacia el puerto, desde donde yo estoy parecen pequeñas manchas, como luciérnagas que se mueven sobre el cielo, cierro los ojos y me dejo llevar por el recuerdo de la noche, el recuerdo de la primer noche de mi vida.

********************************************************************************

Tenía 21 años y un cuerpo de envidia; la mayoría de mis amigas decían que tenía un metabolismo de envidia pues podía comer como un camionero y no subir de peso ni un gramo; algunos me llamaban flacucha pero la verdad es que yo me sentía muy agosto con mi peso, no tenía un busto prominente pero tampoco es que fuera una tabla, me veía justo como quería verme y me sentía igual de bien, en aquella época el cabello me llegaba al hombro y lo llevaba de un color rojo carmesí que contrastaba con mi excesiva piel blanca; esa noche llevaba puesto un vestido color negro asimétrico que dejaba descubierta una parte de mi espalda y un largo escote que casi podía llegarme al ombligo, todo hacia juego con unas sandalias de tocón alto con brillantes que contrastaban en mis piernas; apenas hacia un par de meses que me había mudado a Playa del Carmen con mi familia así que aún no tomaba ese característico tono moreno de los costeños y estaba empezando a pensar que no lo tomaría nunca.

Mis amigas de la universidad estaban de vacaciones en Playa del Carmen así que habíamos estado de festejo los pasados dos días, la verdad las extrañaba mucho desde que me había mudado de Monterrey; me había sido muy difícil acoplarme a esta nueva vida en la playa, aún que la mayoría de la gente creería que vivir en un lugar paradisiaco era de envidia la verdad es que el calor, y las oportunidades de trabajo no eran tan buenas si no te desenvolvías en un ramo turístico, pero ese fin de semana no estaba pensando en todas mis broncas, ni en los quince mil pesos que necesitaba para obtener mi título, ni en las dos míseras entrevistas de trabajo que había logrado conseguir en todo el tiempo, solo estaba pensando en pasarla bien y servirme otro shot de tequila.

Cuando salimos del último antro acompañadas de dos chicos rubios que no hablaban ni un pelo de español entendí que la fiesta que estábamos llevando se estaba pasando de la raya, y no es que nosotras no hubiéramos ido de fiesta antes, pero la verdad cuando María Inés se puso a bailar sobre la barra y Alejandra lanzo su blusa al público me di cuenta que las cosas se estaban saliendo de control.

— Chicas, yo creo que es hora de pararle… les dije mientras empujábamos la puerta de salida
— No seas aguafiestas Myriam apenas son las 12… Me recrimino Alejandra
— Si pero hemos estado festejando desde ayer, necesitamos dormir…
— Hay Myriam no seas tan Mamá por favor… Me dijo Colette mientras me jalaba del brazo
— Si además no vamos a dejar ir a estos chiquitos que llevamos aquí mujer… comento Maria Inés mientras le sonría coquetamente al chico rubio que esperaba su coche en la entrada.
— Ok pero solo vamos a dar una vuelta y regresamos, tengo como 50 llamadas perdidas de mi casa y si no me reciben me voy a tener que regresar a Monterrey con alguna de ustedes
— hay pues te vienes conmigo, me ofreció Alejandra sonriente

El Jip de los chicos se estaciono al minuto siguiente y las 4 subimos apretujadas a la parte de atrás, mientras aceleraban entre las calles, Inés era la única con buen manejo del inglés así que ellas les daban instrucciones de hacia dónde dirigirse.
— Inés que les estas diciendo hacia dónde vamos
— Ustedes no se preocupen vamos a divertirnos un rato
— Quedamos que solo una vuelta
— Claro va a ser una vuelta promesa del dedo chiquito

Me dijo al mismo tiempo que sus brillantes ojos verdes resplandecían con las luces de los coches alrededor, la verdad es que era difícil resistirse a esa chica, tenía una sonrisa de ángel que convencía a cualquiera; Después de un par de vueltas el Jip por fin se estaciono en el puerto y los chicos dijeron algunas cosas indicándonos que bajáramos aprisa; algunas tenues nubes se formaban en el cielo, mientras el puerto seguía igual de movido que si fuera medio día.

— ¿A dónde vamos?… dije yo a las chicas que corrían tras Inés
— A dar una vuelta; grito esta desde el frente… Vamos a dar una vuelta en Ferri
— en que… le dije deteniéndome de golpe
— Vamos a dar una vuelta en ferri y será mejor que corras por que sale en 5 minutos y no lo quiero perder

Apenas logramos subir entre risas y empujones los dos chicos rubios que creo se llamaban John y Michel abrazaban a Inés y Alejandra respectivamente entre el tumulto mientras Colette y yo permanecíamos en la orilla viendo como nos alejábamos del puerto.

— Mis padres van a matarme cuando regresemos; comente con un deje de preocupación
— Pues si te matan te unes a mí en el cielo;
— Y ahora qué hiciste
— Pues reprobé la materia que tenía en terceras
— ¿Qué? Pero si antes de que viniera dijiste que te había ido excelente en el examen
— Pues me equivoque… el estúpido de Briseño me odiaba
— y no se lo has dicho a tus padres
— No, están demasiado emocionados con la fiesta de graduación que no he tenido corazón para decirles que no voy a pasar... y tú no piensas volver para asistir a la fiesta
— hay Colette no tengo un peso para el titulo mucho menos para la fiesta, nada ha salido como planeaba mi idea era conseguir un trabajo vivir en la playa e independizarme de mis padres en un par de años y ahora creo que en un par de años apenas abre logrado conseguir empleo
— ha pero las señoritas querían estudiar derecho
— debí haber sido docente
— o vender Avon… las dos reímos demasiado fuerte mientras algunas personas nos volteaban a mirar…
— oye habrá baño por aquí esos últimos shots me están matando necesito hacer pis
— pues no se ve a dar la vuelta te espero aquí
— ok pero no te vayas a ir o a ligar con algún gringo como aquellas dos, no me quiero quedar sola como moco
— ok lo mismo te digo te veo aquí en un rato

Estaba tan cansada que me decidí a quitar las sandalias de tacón alto que había llevado desde la noche anterior apenas estuve descalza sentí como todo mi cuerpo se relajeaba, sí; había perdido 12 centímetros de altura pero mis pies estaban ganando comodidad estuve mirando el horizonte por un rato sintiendo como el agua que se levantaba por la borda me mojaba el vestido, estaba tan concentrada en eso que no me percate cuando el agua dejo de llegarme del mar y comenzó a caer del cielo, había comenzado a llover hacia poco pero el agua arreciaba con fuerza, la mayoría de la gente se refugiaba en la parte techada del Ferri y yo parecía ser la única loca que se estaba mojando en la borda, me dispuse a buscar a Colette antes de moverme del lugar no quería que se perdiera así que mire en todas las direcciones hasta percatarme que estaba en la esquina contraria muy contenta hablando con un chico que se veía bastante cariñoso con ella; sonrió al recordar su comentario, esas eran mis maravillosas amigas siempre encontrando chicos a su paso y luego estaba yo la loca que se mojaba bajo la lluvia.

El ferri aumentaba su velocidad y las olas parecían cada vez más duras, así que decidí quitarme de la orilla era la mejor decisión que podía tomar por ahora, apenas me había dado la vuelta cuando un gran surco hiso que el ferri se moviera en todas las direcciones y yo sentí como todo mi centro se movía mientras perdía el equilibrio, pensé que iba a caer al suelo cuando unas manos fuertes me sujetaron por la cintura y me detuvieron con fuerza, mientras la nave se seguía moviendo agitadamente, me aferre al cuello de aquella camisa blanca con fuerza y una voz que parecía salida de mis sueños me hablo al oído.

— No voy a dejarte caer pequeña

Me volví para encontrarme con los ojos negros más enigmáticos que había visto en toda mi vida, todo él; cabello oscuro, sonrisa perfecta, labios marcados, piel canela y no es que estuviera cantando una canción, pero es que el tipo que me tenía en sus brazos era la imagen de mis sueños.

— Gracias…
— No tienes por qué dármelas pequeña
— Ya puedo sostenerme sola, le dije sin muchas ganas de soltarme de sus brazos
— No te preocupes puedo llevarte hasta la parte techada, no me gustaría perderte por la borda
— Gracias volví a decir como hipnotizada.

Cuando llegamos a la sección techada me dirigió directo a una banca en la que me sentó, en cuanto me soltó de sus brazos me sentí un poco desprotegida y por un momento pensé en volver a pedirle que me abrazara pero entonces lo vi quitarse el saco que llevaba puesto encima de la camisa blanca y ponerlo alrededor de mis hombros, para después sentarse a mi lado.

— Víctor García, dijo extendiendo su mano para que yo la estrechara
— Myriam Montemayor, le respondí sonriente
— Y señorita descalza bajo la lluvia, me podría decir porque es que había tomado la decisión de ganarse una pulmonía
— No… he yo no quería mojarme solo que no me percaté de que comenzó a llover
— pues debes haber estado muy concentrada en tus pensamientos… un dólar por ellos
— No estaba pensando en nada… solo concentrada en lo hermoso del mar
— estas vacacionando aquí
— no, vivo aquí
— vaya eso es más sorprendente, vives aquí y te sigue sorprendiendo el mar
— en realidad me acabo de mudar así que aún me dejo sorprender y tú que te trae a este paradisiaco lugar
— Pues trabajo… me gustaría venir en otra ocasión para disfrutar de todo lo hermoso que tiene… me dijo al mismo tiempo que me miraba de una manera que me derretía
— Y vas a quedarte muchos días más
— solo una semana, aunque podría encontrar alguna razón para quedarme un poco más… me dijo al mismo tiempo que volvía a mirarme de ese modo tan hipnotizaste
— Y que parte de Cozumel quieres visitar, aunque creo que por la hora no encontraras muchos lugares
— Nombre solo voy con unas amigas a dar una vuelta regresamos en un rato
— y en que se supone que planeas regresar
— Pues en el Ferri
— Pues creo que para eso tendrás que esperar un buen rato porque este es el último ferri del día el siguiente sale a las 7 am
— ¿Qué? Dije en un grito poniéndome de pie – Tiene que haber otro modo de regresar
— La verdad con esta tormenta no creo que nadie tenga ganas de navegar de regreso pequeña.
— Demonios, me van a matar
— Quien podría ser capaz de una infamia así
— Mis celadores
— ¿tus padres?
— sí, la verdad es que he pasado los últimos dos días festejando y no creo que estén muy contentos con que me tome un tercero
— pues por ahora ya no puedes hacer nada… y a todo esto donde están tus amigas
— deben estar perdidas por ahí con unos chicos
— me gustaría invitarte a mi hotel, bueno a todas y claro a los chicos que las acompañen; aunque eso cambiaria un poco si me dices que hay un chico que también te está acompañándote a ti en ese caso el no estaría invitado
— la verdad es que ningún chico nos acompaña, Inés y Ale conocieron unos chicos en el antro y Cole creo que acaba de conocer a alguien así que pues les avisare,
— perfecto por que no las buscas vamos a desembarcar en unos minutos, si están interesadas las veo en la entrada del muelle.

Ni siquiera sé cómo o por que aceptaron pero un par de horas después mis amigas bailaban como locas en la terraza del Secrets Aura Cozumel, junto a John, Michel y el chico del Ferri que recién descubrimos se llamaba Stefano y era italiano; Víctor y yo estábamos sentados en una de las mesas del bar bebiendo una copa…

— ¿Quieres salir? Me pregunto Víctor en medio del ruido de la música
— ¿Qué? Le dije sin escucharlo
— ¿Qué si quieres salir?
— ¿A dónde?
— A dar un paseo… fuera del ruido; me repitió casi gritando
— Si claro…

Me puse de pie y el me tomo de la mano para guiarme fuera del tumulto de gente que se arremolinaba en la terraza; en cuanto salimos pensé que me soltaría pero aferro sus dedos a los míos con fuerza y nuestras manos se entrelazaron.

— Y bien Víctor, yo ya te conté que me acabo de graduar de la universidad que soy de Monterrey que hace dos meses que vivo en playa del Carmen, que estudie derecho, que soy desempleada y que hace tres días que estoy festejando y probablemente mis padres no me admitan de regreso en mi casa pero y tú solo me has dicho que estas aquí por trabajo.
— No solo eso… también te he dicho que eres muy hermosa
— no… eso no lo habías dicho antes… dije sonrojada
— pues ya lo dije
— hablo en serio cuéntame algo de ti
— Pues soy de Tamaulipas, vivo en el DF desde hace algunos años, soy arquitecto, tengo…trabajo para una empresa que diseña hoteles, estoy aquí para diseñar el nuevo Secret en Holbox, este es mi primer proyecto en solitario, así que estoy bastante emocionado.
— wow, eso fue un excelente resumen administrativo si fuera una entrevista de trabajo te contrataría
Se río mientras me respondía — y me contratarías como arquitecto solamente… dijo mientras me cortaba el paso para quedar de pie frente a mí
— pues no se tal vez algún día te pida que me diseñes una casa
— pues si tal vez algún día podríamos diseñarla y vivir ahí
— si claro nos conocemos hace cuanto cinco minutos
— Y eso que; tú me encantas Myriam, me dijo muy serio mientras sus nudillos recorrían mi barbilla — Te mentiría si te dijera que no me gustas o que no quiero besarte justo ahora.
— A ha… fue el único sonido audible que salió de mi boca, mientras lo veía como tonta
— Pero voy a irme en una semana y no, no quiero ilusionarte… me dijo con seriedad al mismo tiempo que volvía a permitirme el paso y me jalaba para que lo siguiera en el camino
— Yo.. hem… no sé qué decirte
— Myriam me gustas mucho…. Pero acabo de conocerte y la verdad no sé si es este lugar o la playa o que se yo pero de verdad desde que te vi sentí como que algo cambio,
— Como que...
— no se no me hagas caso, hablemos de otra cosa
— ok… le respondí un poco seria y confundida por su actitud – y vas a diseñar un hotel como este
— pues aún no lo sé; la empresa de mi… de mi jefe ósea para la que trabajo, me está permitiendo presentar un diseño en solitario, puede que les convenza o puede que no
— Pero si los convences estarás aquí un tiempo
— Pues si probablemente si mi diseño les gusta estaré viajando constantemente pero no lo sé no creo que les guste
— Porque dices eso,
— digamos que soy la persona con menos probabilidades de todo el grupo
— ha ok…

Caminamos un momento en silencio hasta llegar a la orilla, podía escuchar las olas del mar con fuerza a unos metros; el mar se veía obscuro profundo había dejado de llover hacia un rato pero el cielo aun parecía extrañamente distante y por primera vez desde que vi a Víctor en el Ferri me sentí incomoda a su lado, solté su mano y camine hasta que el agua toco mis pies y me quede ahí mirando el horizonte.

No sé cuánto tiempo paso antes de que se llegara hasta mi lado; ya no llevaba puesto el saco que me había cubierto en el Ferri y su camisa blanca estaba desabotonada sus pies estaban descalzos cuando se paró justo detrás de mí, su sola cercanía me pareció eléctrica y una corriente me recorrió la espalda como si fueran sus propias manos las que me estuviesen tocando.

— Es lindo el paisaje no… le dije intentando romper ese incomodo silencio que se había formado entre ambos
— Es mucho más que lindo, yo diría que es hermoso
Cuando me volví sus ojos estaban fijos en mi rostro y solo pude sonreír mientras me sonrojaba – Víctor… no seas coqueto
— Ouch… se todo el pecho en sentido de ofensa… — eso me dolió me han dicho mucha cosas pero coqueto nunca más bien me considero un admirador de la belleza femenina
— Si como no… le respondí mientras caminaba unos pasos para alejarme de el
— Myriam… me llamo mientras me jalaba del brazo, dándome un estirón tan fuerte que me dejo pegada a su pecho – Myriam necesito preguntarte algo
— A ha… volví a decirle con un hilo de voz mientras me deje hipnotizar por sus ojos
— Myriam… volvió a repetir mi nombre como si fuera una plegaria mientras su aliento comenzaba a recorrer mi mandíbula
— A ha… articule apenas embriagada por su caricia
— ¿puedo besarte? Me lo dijo casi como una súplica al mismo tiempo que enredaba sus dos manos en mi cabello para sostener mi cabeza.

Ni siquiera pude responderle solamente cerré los ojos mientras me dejaba llevar por ese éxtasis de sensaciones, podía sentir su aliento por todo mi cuello sus labios no me tocaban su sola respiración acelerando mi pulso, por fin sus labios me dieron un pequeño beso en la mejilla izquierda y después propago una ráfaga besos que me parecían alas de mariposa haciendo cosquillas; paso de largo mis labios, besando mi barbilla y mi nariz, finalmente su pulgar acaricio mi labio suavemente y sentí como su boca se acercaba a la mía primero con un beso tímido, pausado solo nuestros labios bailando un lento vals, puse mis brazos alrededor de su cuello dando un paso para quedar más cerca, al mismo tiempo que el soltaba mi cabello y sus manos se deslizaban hasta quedar enredadas en mi cintura acercándonos aún más, la sensación de sus manos en mi espalda descubierta por el vestido, sentir la dureza de su pecho presionando contra mí; encendió nuestros ánimos, sus labios se volvieron más ávidos reclamando los míos, sus dientes presionaron contra mi carne y mi boca se abrió para recibir a su lengua invasora; el beso era apasionado lleno de fuego, parecía como si hubiésemos esperando toda la vida para encontrarnos; podía sentir como una ola de pasión se encendía desde mi vientre y se deslizaba por todos los poros de mi cuerpo buscando una salida, las piernas me flaquearon pero sus manos me mantenían fuertemente aprisionada contra él, su mano descendió por mi cintura, hacia mi espalda baja y más haya fue entonces cuando la última gota que había de cordura en mi cabeza me hiso reaccionar.

— Víctor… espera… le dije separándome de aquel magnifico beso
— Lo siento, me dijo mientras regresaba su brazo lentamente hacia mi cintura de vuelta
— No… discúlpame tu he, yo no hago estas cosas, tal vez mis amigas pero yo…
— Ok… dijo mientras me besaba de nueva cuenta apenas rozando nuestros labios con un suave toque – No tienes que explicarme nada, si no quieres no pasa nada
— No… si quiero, pero acabamos de conocernos ok y yo no
— No me tienes que explicar nada de verdad... Porque no nos sentamos
— ¿Aquí? Le dije sorprendida
— Si aquí que tiene; quiero seguir hablando contigo

Nos sentamos en la arena el me envolvió con su piernas y sus brazos y yo me recargue en su pecho mirando al horizonte el latido de su corazón me tranquilizaba y el olor de su cuerpo me embriagaba era una combinación peligrosa.

No sé cuántas horas pasamos así hablando a ratos, besándonos en otros, en ciertos momentos únicamente abrazados en silencio cuando me percate las luces del amanecer estaban casi sobre nosotros.

— Casi es hora de irme
— No quiero soltarte, dijo aferrando sus brazos con fuerza a mí alrededor
— Yo tampoco quiero irme... Esta ha sido una de las mejores noches de mi vida
— También de la mía pequeña; me repitió mientras me besaba los labios de nueva cuenta... antes de que te vayas necesito tu teléfono y tu dirección
— Y si te dejo mis zapatos, le dije en tono de broma
— Mira cenicienta en esta época será mucho más difícil encontrarte solo con tus zapatos, pero créeme que por volver a verte lo intentaría

Nos besábamos de nueva cuenta cuando escuche los gritos de Colette a lo lejos de la playa; Alejandra a Inés caminaban detrás de ella sujetándose la cabeza en señal de molestia tenían la ropa desarreglada y el maquillaje corrido cualquiera que las mirara pensaría que un huracán había pasado por ellas.

Una hora después Víctor y yo nos dependimos en el puerto nos besamos durante un rato largo e intercambiamos nuestros teléfonos; nuestras manos permanecieron tomadas hasta que subí al ferri; me sentía como en medio de una nube pero un rato después cuando ya estábamos todas poco más despiertas y con mejor aspecto comenzamos a pensar en que les diríamos a mis padres para remediar los tres días de fiesta que acabábamos de pasar.
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Mensaje  Bere Mar Oct 11, 2016 11:34 pm

— Podemos decirles que nos perdimos... Decía Colette con aire cómico
— Claro y también perdimos nuestros teléfonos para no llamara a nadie, recrimino Inés
— Podríamos decir que nos secuestraron, propuso Alejandra
— Pues ustedes tres si tienen pinta de un secuestro... les dije yo mirándolas totalmente desalineadas.
— Huy señorita me veo súper fresca, me dijo Colette en tono de burla — Tu parece que no dormiste en toda la noche... que estuviste haciendo con ese papacito
— Que rico toda la noche; ¿Qué onda entonces te salió súper aguantador el chico? Me dijo Inés con cara de picara
— Pues yo no sé por quién me toman pero Víctor y yo solo estuvimos hablando toda la noche
— Huy pues que aburridos; yo si me acosté con Michel y el tipo es un tigre en la cama, comento Inés con orgullo
— Óyeme... no tú te acostaste con John yo me acosté con Michel, le recrimino Alejandra
— De verdad, la verdad es que no recuerdo quien de los dos era pero era un tigre
— Ustedes se pasan de loquitas de verdad, aprendan de Cole… verdad amiga imagino que tú no te acostaste con Stefano o sí
— No, claro que no.... bueno la verdad es que no recuerdo que paso ayer y no sé porque recuerdo que también yo me acosté con Michel

Las cuatro reímos a carcajadas el resto del viaje, cuando llegamos a casa de mis padres estaban más preocupados que molestos pero en cuanto nos vieron la pinta entendieron que no podríamos soportar un regaño muy grande, mi madre nos alimentos y nos dio más bien una plática acerca de las responsabilidades y el peligro de los secuestros, dormimos lo que restaba de la mañana y al atardecer mis padres y yo acompañamos a las chicas al aeropuerto; cuando regresamos había una persona de pie en la entrada; por un momento se me alegro el corazón pensando que podría ser Víctor pero de inmediato me di cuenta que era solo un mensajero y una punzada de dolor me dio en el pecho; desde que nos hubimos despedido en no me había mandado ni un solo mensaje y la verdad es que no quería parecer una loca obsesionada y ser la primera en hacerlo.

Entre a la casa sin prestar atención al mensajero con el que mi padre se quedó charlando estaba por subir a mi habitación cuando lo escuche llamarme.
— Myriam, hija hay un sobre para ti
— para mi… le dije son sorpresa mientras lo tomaba

Cuando me entrego aquel paquete mi corazón volvió a latir con la esperanza de una carta de Víctor pero en cuanto lo abrí mis esperanzas volvieron a decaer; aunque lo que decía aquella carta me saco una sonrisa, un despacho jurídico estaba buscando becarios y me invitaban a un simposio en Cancún los siguientes 3 días, al parecer durante el evento seleccionarían a los becarios que obtendrían un puesto, si por fin algo bueno dentro de toda esta mierda; brinque de alegría abrazando a mis padres mientras les contaba la excelente noticia.

Un rato después y luego de asimilar toda la euforia del momento comenzaron las preocupaciones; en esta familia teníamos un solo coche el cual usaba mi padre así que era imposible que yo viajara en coche a Cancún al simposio durante los siguientes tres días y lo peor que regresará a casa a tiempo; demonios parecía que la primer oportunidad importante de conseguir un empleo se me escapaba de las manos, al final mis padres decidieron que lo mejor sería que esa misma noche partiera a Cancún y buscara un hotel económico en el cual hospedarme los siguientes días así que un par de horas después estaba haciendo una pequeña bolsa con mi ropa más formal, ropa interior y una pijama; guarde mis ahorros en la cartera y a iniciar un sueño.

Luego de una pésima noche en un hotel de cuarta que para colmo estaba a un lado del puerto llegue al Capri Riviera Cancún en donde se llevaría a cabo el simposio; por alguna razón me sentí muy extraña cuando entre ajuarada con mi pantalón de vestir negro tipo palazzo y mi camisa blanca; mi rostro brillaba por el sudor después de haber caminado durante varias cuadras con los tacones de aguja negros; porque demonios me había dejado el cabello suelto, moría de calor, todos en el hotel vestían ligeros me sentía demasiado fuera de lugar; en cuanto me acerque a la recepción el frio del clima me hiso sentir un poco mejor; había una chica rubia atendiendo el teléfono del otro lado del mostrador.

— Buenos días…
— buenos días; me respondió con amabilidad
— Vengo al simposio de derecho
— Al que perdón
— Al simposio de derecho
— Lo siento señorita pero no tengo registrado que vaya a realizarse ningún simposio el día de hoy en este hotel
— ¿Qué? Le dije con sorpresa, — Este es el Cari Cancún verdad
— Es correcto señorita pero no tengo registrado ningún evento el día de hoy de hecho nuestros salones están desocupados hasta el viernes
— Podrías revisar de nuevo tal vez está registrado bajo otro nombre, yo soy Myriam Montemayor se supone que soy invitada
— Montemayor… no de verdad no tengo ningún registro; pero perítame comentarle a mi compañera tal vez ella tenga información actualizada

Los ánimos se me vinieron abajo, algún simpático me había jugado una broma y yo había caído redondita, debí haber llamado antes de cometer esta estupidez, estaba a un segundo de darme la vuelta cuando la chica de recepción volvió apresurada.

— Señorita Montemayor; espere por favor alguien vendrá a buscarla en un minuto no se vaya
Estaba pensando en preguntarle quien me buscaría cuando una mano cálida me cubrió los ojos

— Promete que no te enojaras conmigo, me dijo esa hipnótica voz de nueva cuenta
— ¡Victor! le dije con sorpresa mientras me volvía para mirarlo de frente

Y ahí estaba de nuevo todo él; hipnótico, intimidante, completamente erótico Víctor García vestido con un pantalón de lino color camello y una camisa blanca, algunas gotas de agua brillaban en su cabello seguramente estaba saliendo de la ducha o de la piscina; sonreía mientras en sus mejillas se formaban unos hoyuelos que le daban una apariencia de ternura en su mano derecha un ramo de rosas blancas le cubría la mitad del torso mientras sus ojos reflejaban un brillo de picardía.

— De que va todo esto… le dije con sorpresa
— Ya te lo dije de verdad no te enojes conmigo, te gustan las rosas
— me encantan, le dije tomando el ramo; ¿entonces todo esto es falso?
— Me moría por verte otra vez fue lo único que se me ocurrió
Sonreí aunque creo que mi mirada reflejo algo de melancolía por el empleo inexistente
— Pero si tengo un empleo para ti, me dejas explicarte camino al restaurant

Durante el camino me explico que se había inventado toda la historia del simposio porque no sabía cómo volverse a poner en contacto conmigo, dado que yo le había comentado que mis padres probablemente me castigarían sin dejarme salir, al parecer el Capri era otro hotel de la misma compañía para la que Victor trabajaba y así es como había conseguido la otra dirección para citarme; lo bueno de todo era que al final si tenía una propuesta laboral para mí ya que el despacho legal que trabajaba para el hotel requería becarios y él había conseguido una entrevista y casi firmado un puesto para mí.

— Así que al final si tengo una entrevista para un trabajo… dije dando un sorbo de mi zumo de naranja
— así es el dueño del despacho te va a entrevistar el miércoles a medio día
— Y si me va a ver hasta el miércoles por que me hiciste venir desde hoy
— Porque tengo una propuesta adicional para ti
— A si y se podría saber cuál es
— Te ofrezco ir conmigo a Holbox estos tres días, acompañarme a ver el terreno donde se construirá el hotel, a darme tu opinión sobre mis diseños y pues a pasear conmigo; el miércoles un yate te lleva a tu entrevista y después puedes decidir si volverá tu casa o regresar conmigo a holbox.
— Y que se supone que me vaya contigo así nada más
— Te ofrezco ir de paseo conmigo en el hotel en que nos hospedemos tendrás una habitación para ti, no tendrías que compartir conmigo aun que me sentiría muy feliz si quisieras hacerlo
— Y tú que dijiste chalupa y buenas… Víctor rio ante mi expresión…
— Pues no precisamente
— Y qué pasa si te digo que no acepto ir contigo, ya no tendría la entrevista
— La entrevista y tu puesto en el despacho son un hecho Myriam y los tendrás vengas o no conmigo, no soy el tipo de persona que estás pensando
— Perdón pero me enseñaron a ser desconfiada
— Creo que el sábado te deje claro que puedes confiar en mí
— si lo sé, perdóname por desconfiar, le dije estirando la mano para tocar la suya
Nuestros dedos se rozaron y nos miramos sonrientes
— Y entonces Myriam… aceptas mi propuesta
— acepto le dije sonriente

Una hora después había hecho checkout en el viejo hotel en el que me había hospedado la noche anterior y abordaba con Víctor un pequeño yate con rumbo a Holbox; pensaba en que estaba cometiendo una locura pero la verdad es que deseaba de todo corazón permitirme escapar con Víctor ese hombre tenía algo que me volvía loca.

— Tienes calor, me pregunto Víctor cuando llegamos a la proa
— La verdad me estoy derritiendo le dije sonriente
— Porque no te cambias
— Pues porque pensé que venía a un simposio así que toda la ropa que tengo es como esta, debiste haberme avisado
— Si no te molesta podría conseguir algo de ropa cómoda para ti cuando lleguemos
— No claro que no, no te molestes comprare algo y listo
— De verdad no sería molesta solo tendría que pedirla a la tienda del hotel tengo permitido hacerlo; además tengo algunas ideas de cosas que te quedarían muy lindas me dijo con una sonrisa picara

El resto del viaje estuvimos conversando dentro del camarote para evitar que yo me desmayara por el exorbitante calor, llegamos a un hotel llamado Casa Sandra al parecer era un resort de primera categoría con el que habían hecho un convenio; el lugar era totalmente espectacular lleno de arte y apenas entrar se respiraba una calma que tranquilizaba a cualquiera; el botones nos acompañó a una área alejada del resort principal un lugar llamado la Villa, en cuanto entramos me percate que había dos habitaciones, la maleta de Victor ya estaba colocada sobre la cama de la habitación principal, en la segunda habitación había dos camas coloque mi bolso sobre una de ellas.

— Esto es hermoso Víctor
— lo sé este lugar es encantador te invita a no marcharte jamás
— me encanta gracias por invitarme
— por nada… imagino que quieres darte una ducha o hacer alguna llamada voy a pedir que te traigan la ropa elige lo que te guste
— Gracias… le dije sonriente
— Voy a ir con el capitán del yate a indicarle que debe prepararse zarpamos en una hora
— Pero pensé que iríamos a ver el lugar donde estará el hotel
— Y eso aremos es solo que lo veremos desde el mar

En cuanto Víctor salió de la habitación comencé a desvestirme la verdad es que moría de calor y Víctor no ayudaba en nada a que me sintiera mejor su sola presencia encendía mi lívido a mil, tome mi teléfono y les conté a las chicas lo que había pasado antes de entrar a la ducha; cuando Salí tenía cerca de cincuenta mensajes preguntándome detalles me envolví en una toalla blanca y decidí dejarlas con la duda un buen rato más cuando regrese a la habitación había algunos paquetes sobre la cama, me pregunte si todos los empleados del lugar eran así de silenciosos mientras abría las bolsas que contenían; dos pequeños shorts de lino uno de color blanco y uno camello, dos bikinis uno rojo y uno cian, un triquini color agua los cuales por cierto cubrían muy poca piel, en el otro bolso había varios pareos de colores cortos y largos, finalmente había una bolsa grande que contenía dos hermosos vestidos uno color azul de gaza con cuello en V y escote de corazón era largo y el segundo era corto color blanco con cortes asimétricos en los laterales y muchas transparencias, era notorio que Víctor tenía un gusto excelente, además había sandalias de varios colores y algunos accesorios a juego había pensado en todo.

Mi celular no había dejado de vibrar y cuando regrese tenia bastantes mensajes de mis amigas preguntándome si ya me había acostado con Víctor y cosas así hasta ese momento reaccione que ni siquiera nos habíamos besado de nueva cuenta; es más ni siquiera me había tocado únicamente me había entregado las flores en el hotel y después había sido yo quien le había tocado la mano, esto tenía que cambiar.

Me puse el biquini rojo; la parte inferior tenía dos nudos que sostenían los laterales y dejaba descubiertas una parte de mis nalgas la parte superior eran dos triángulos que cubrían lo básico de mis senos, tenía unas tiras que se amarraban en la parte trasera y superior y un pequeño broche brillante que se perdía en el hueco de mí pecho, pensaba en ponerme uno de los vestidos pero entonces una idea comenzó a rodar mi cabeza; este día iba a volver loco a Víctor García; así que tome uno de los pareos blancos con flores y lo amarre sobre mi cuello a modo de formar un vestido que me cubriera; tome unas sandalias a juego unas gafas y unos pequeños pendientes que resaltaran mis oídos; me acomode el cabello y después y me puse algo de brillo en los labios coloque mi cartera y una toalla dentro de una de las bolsas de playa que había y me dispuse a iniciar mi plan.

Cuando llegue al muelle me percate que Víctor estaba a bordo de un pequeño velero; ya no llevaba el pantalón de lino si no unas bermudas blancas y una guayabera a juego con sandalias color camel en cuanto me miro bajo corriendo.

— Lista… me dijo sonriente
— Tu qué crees le respondí… gracias por la ropa está muy linda y me acerque para besarlo en la mejilla
— No tienes que agradecerme nada, hay un pequeño cambio de planes no iremos en el yate
— Ha no… le dije dudosa de haberme vestido adecuadamente
— No… iremos en el velero solo tú y yo
— Y quien va a manejar el velero
— Yo lo are me respondió con orgullo
— Y sabes hacerlo…
— Claro… crecí en Tampico lo recuerdas
— Si claro…

Demonios había contado con estar en un yate provocando a Víctor toda la tarde mientras me escudaba en la seguridad de un barco lleno de tripulación desconocida, pero estar completamente sola con él en un velero esa era una historia diferente; solo esperaba que manejarlo lo mantuviera lo bastante ocupado.

Subimos al velero para dar una vuelta por la Isla, Víctor corría de un lado a otro liberando las velas y sosteniendo el timón; yo lo veía fascinada, por primera vez conocía a un hombre que me hacía querer perder la cabeza y aunque tal vez era una locura por acabar de conocerlo no iba a desaprovechar esa oportunidad; unos minutos después el viento nos guiaba al oeste y el sol nos pegaba de frente.

— Llegaremos en unos minutos a la altura donde construiremos el hotel quiero que imagines mi idea y que me des tu opinión
— Si claro me encantaría
— No vas a tomar el sol me dijo con una sonrisa picara
— si claro; le dije y camine a la punta del velero

Me volví para mirarlo de frente mientras me desanudaba el pareo que cubría el bikini rojo; y vi como los ojos se le salían de las orbitas; quise sonreír al ver su expresión pero me volví mostrándole mi trasero mientras me agachaba para acomodar el pareo en la punta del velero y tirarme a tomar el sol, jale mi bolso y saque una botella de bloqueador…

— Te importaría ponerlo en mi espalda, le dije sin volverme solo mostrándole la botella

En ese momento sentí que me quitaba la botella con una de las manos mientras la otra se colocaba en mi cintura para atraerme, su nariz se deslizo por mi cuello hasta llegar a mi mandíbula y yo cerré los ojos al sentir su respiración.

— Tienes un olor increíble Myriam
— eso te parece
— Creo que eso le parecería a cualquiera que se te acercara, túmbate voy a ponerte esto en la espalda no quiero que te quemes

Me coloque de espalda mientras sentía como sus manos esparcían aquella crema por mi espalda era una sensación fresca que contrataba con el abrazador calor del sol que se reflejaba en mi piel pero aun así yo sentía que mi cuerpo ardía por completo por donde Víctor colocaba las manos, sus dedos se deslizaron por los costados de mi cintura y tocaron mi ombligo enviando sensaciones electrizantes al resto de mi cuerpo luego siguió su deliciosa tortura por todos mis brazos y al final me pidió que me diera la vuelta; cuando lo hice pude ver por fin el reflejo de sus ojos eran obscuros llenos de deseo su respiración estaba acelerada igual que la mía, esparció el líquido por mi vientre causando de nuevo aquel cosquilleo abrazador, pensé que colocaría más sobre mi pecho pero decidió frotar mi cuello sus dedos eran largos y podía sentir como tocaban la comisura de mis senos cerré los ojos mientras me mordía el labio al mismo tiempo que el detuvo su caricia.

— Listo me dijo sonriente
— Gracias le respondí un poco frustrada; así que quería jugar pensé

Navegamos un rato más yo tumbada boca abajo en la proa del velero y el manejando las velas con agilidad desde el costado al final pude ver como la parte habitada de la isla iba quedando lejos de nosotros, ya no había hoteles y tampoco se veían veleros o yates cercando seguramente estaríamos entrando a un área deshabitada en la que planeaban colocar el nuevo hotel; después de la osadía de Víctor al ponerme bronceador decidí que sería un buen momento para continuar con mi juego había notado como me observaba así que me puse de pie y me desanude la parte inferior del sostén dejándolo solo sostenido por mi cuello después con un movimiento ágil pase el bañador por mi cabeza y lo coloque a un lado tumbándome de nueva cuenta boca abajo, cuando me di cuenta Víctor estaba de pie a mi lado.

— señorita, le aviso que vamos a detenernos en unos minutos y bajaremos para llegar hasta la orilla para que pueda continuar tomando el sol en la playa, espero que no le moleste mojarse un poco
Volví mi rostro sonriente y sin levantarme le hable – por mí no te preocupes estoy aquí para hacer todo lo que quieras
— espero que así sea, me respondió sonriente y una ola de calor subió por mi vientre.

Quince minutos después Víctor atraco el velero a unos metros de lo que parecía una playa totalmente pacifica, en el lugar no se veía más que naturaleza, él fue el primero en bajar el agua le llegaba apenas arriba de las rodillas, yo que ya vestía mi traje de baño completo de nueva cuenta salte tras el elevando mi bolso por encima de mi cuerpo mientras sentía el agua fresca mojarme la parte baja del bañador.

— El agua esta deliciosa, me sostienes le dije… y le entregue mi bolso para después dejarme caer al agua y nadar unos pocos metros hasta la orilla, cuando salí el caminaba con grandes zancadas tras de mí, me levante empapada y me acomode el cabello, no seas lento le grite
— Señorita Montemayor, estará usted en serios problemas muy pronto
— eso espero le dije desafiante

Nos detuvimos por un minuto frente a un enorme pasaje desolado no había un alma en toda esa sección de la isla, Víctor puso su mano en mi cintura y mi piel se erizo por completo pensé que me acercaría pero en cambio comenzó a explicarme la idea que tenía para el hotel, caminamos entre la playa alejándonos entre el bosque en cada sección que pasábamos me contaba un poco de su idea según el ese lugar era una parte de una reserva que el dueño de la empresa se había encaprichado en comprar; su idea para el resort era más bien un pequeño lugar ecológico que fuera cien por ciento sustentable con generadores solares, que produjeran su propia energía y un sistema de drenaje sostenible que alimentara toda un área verde en la que generar una reserva para animales que habían estado en cautiverio, su idea era hermosa y pensar que todo era por ayudar a la naturaleza me conmovió mucho más.

— Tu idea es hermosa Víctor, le dije mientras caminábamos de regreso a la orilla de la playa porque, crees que el dueño no esté de acuerdo
— pues digamos que él tiene en mente algo diferente más lujoso como el Secret de Cozumel mi idea no encaja con el
— yo creo que deberías intentar convencerlo eres bueno logrando que la gente haga lo que tú quieras
— eso piensas
— pues estoy aquí contigo en una playa desolada cuando te conozco apenas hace un par de días bien podrías ser un asesino en serio o un violador
Rio con sarcasmo – y sin embargo confías en mi
— La verdad… solo vine por el viaje quería conocer Holbox le dije sonriente
— Señorita Montemayor acaba usted de despertar al asesino serial que llevo dentro
— pues espero que no me alcance le dije mientras corría y me lanzaba al agua

Víctor se quitó la camisa y se lanzó al agua tras de mí apenas había avanzado unos metros cuando sentí sus brazos alrededor de mi cintura, me levanto con un solo brazo manteniéndome pegada a él y luego me lanzo al agua de nueva cuenta, me volví con agilidad en el agua escapando de su abrazo para después ponerme de pie y lanzarle una buena cantidad de agua en el rostro, me sentía una quinceañera jugando con el de aquel modo pero Víctor provocaba esas cosas en mi sentirme libre, alegre sin preocupaciones; seguimos jugando de aquel modo durante bastante rato, yo gritaba como una chiquilla pero no había nadie que pudiera escucharnos, Víctor recreaba voces monstruosas y yo fingía asustarme y nadar lejos pero ya estaba tan cansada de pelear bajo el agua que decidí levantarme y correr a la orilla, aun no salía por completo cuando Victor detuvo mi camino lanzándome al suelo, yo caí aun riendo mientras él se colocaba encima de mí.

— Me rindo… le dije colocando mis manos en alto
— Justo así quería verla señorita, rendida me dijo sonriente y con la respiración acelerada, se ha portado usted muy mal este día me ha estado provocando desde que subimos al velero
— ha si y que piensas hacer al respecto
— voy a hacer algo que he deseado desde que te apareciste en la entrada del hotel

Y esta vez sin aviso me dio un beso que me dejo sin respiración su lengua reclamo mi boca y su sabor me invadió por completo, sus manos se deslizaron por mi cintura y bajaron hasta mi muslo y de ahí a mi trasero, en cuanto su palma me toco sentí toda una sensación eléctrica recorriendo mis terminales nerviosas, su otra mano subió hasta mi cuello y desato la parte superior de mi bikini, yo quería hablar decir tantas cosas, gritar, gemir, llorar pero lo único que podía hacer era pensar en que aquello estaba sucediendo ahí justo en medio de una playa desolada, su boca por fin abandono mis labios y se deslizo por mi cuello dando besos que me aceleraban el pulso, su nariz se deslizo justo bajo mis hombros mientras su mano derecha descubría mi seno y la izquierda continuaba aquella deliciosa tortura en mi trasero, en cuanto su boca cubrió mi pezón pensé que me desmayaría aquella era una sensación espectacular no tenía nada que ver con nada que hubiera sentido antes era como si mil estrellas estallaran en mi vientre, me obligue a cerrar los ojos mientras aquella tortura continuo por un rato más, en cierto momento las olas del mar subían tanto que nos cubrían el rostro, pero aquello no me importaba yo solo podía sentir a Víctor tocándome como nadie nunca lo había hecho antes.

Cuando la mano que sostenía mi trasero comenzó a desatar el nudo de la parte baja de mi traje de baño agradecí que mis amigas me hubieran regalado la depilación brasileña antes de mudarme a Playa del Carmen, su mano se deslizo entre mis muslos y sus dedos comenzaron a trazar círculos en la parte superior de mi vulva, ahora sí que iba a desmayarme, justo entonces las palabras salieron de mi boca como un tren que se descarrila

— soy virgen

Su mano se detuvo en el lugar en que estaba, dejo de besarme, y me miro a los ojos con la mirada confusa

— ¿qué dijiste?
— que soy virgen

Su mano salo de mi traje de baño y comenzó a anudarme con agilidad el bikini, después me dio un pequeño beso en los labios y comenzó a ponerse de pie, me llene de pánico no sabía que hacer… las palabras se me atragantaron y las saque a regañadientes

— pero… le dije confusa… de verdad quiero estar contigo Víctor
— y yo también hermosa… pero esta es tu primera vez y no te mereces un revolcón en una playa, no quiero que sea así no para ti, ponte de pie es hora de irnos
Me levante y comencé a anudarme el Palazzo alrededor de la cintura, no entendía porque pero me sentía extraña como triste
— Hey… me dijo Víctor tomándome del brazo y jalándome hacia el – No pongas esa cara, te deseo muchísimo y no tienes idea de lo que me está costando contenerme justo ahora, pero te mereces que las cosas sean de otro modo ok.

Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro mientras caminábamos al velero, apenas entramos al mar y me alzo en sus brazos para llevarme hasta el barco, grite para que me bajara en medio de un caos de risas pero no lo conseguí, de hecho solo conseguí que me alzara sobre su hombro y me diera un par de nalgadas antes de dejarme en las escaleras que me permitían subir al velero…

— señorita póngase cómoda y siga tomando el sol es hora de volver
— estoy bastante ofendida después de esas nalgadas así que te ignorare el resto del viaje… le dije conteniendo la risa
— pues me parece perfecto, tendré más tiempo para concentrarme en llevar este barco a puerto lo más rápido posible porque tengo demasiadas cosas que preparar
— pues espero que puedas cumplir tu objetivo sin desconcentrarte mientras yo tomo el sol

Respire hondo mientras me desanudaba la parte superior del bikini rojo esta vez mirándolo de frente me quite la prenda por completo y la deje caer al suelo, pude ver sus ojos clavados en mi cuerpo y una punzada volvió a sentirse en mi vientre me desanude el Palazzo y lo coloque de nuevo en la proa mientras me ponía las gafas y me recostaba dejando que el sol quemara por completo mi cuerpo.

Navegamos por no sé cuánto tiempo, podía sentir a Víctor moverse de un lado a otro preparando el velero que de verdad se movía mucho más rápido que en el viaje de ida, en cierto momento sentí a Víctor parado frente a mí.

— Señorita, aunque esta vista me tiene loco y me encantaría seguirla contemplando todo el día estamos a nada de volver a la sección de la isla que está habitada y no me gustaría compartir mi espectáculo personal con nadie más…

Sonreí sin decirle nada y me puse de pie, colocándome la parte superior del bikini, los dedos rápidos de Víctor me anudaron la parte trasera mientras me daba un pequeño beso en el hombro y después una nalgada; cuando desembarcamos tres personas del hotel nos estaban esperando, ellos ayudaron rápidamente a Víctor a detener el velero en la orilla mientras él y yo bajábamos por un pequeño puente de madera que se dirigía directo a la playa.

— Y que quieres hacer ahora…le dije sonriente
— Tengo que atender algunos asuntos nena así que no voy a poder estar en la tarde contigo pero por que no vas a la alberca o al spa y te relajas un rato
— ha ok… le dije un poco contrariada
— ¿Qué pasa?
— pues pensé que continuaríamos lo que estábamos haciendo en la playa
Se sonrió de esa forma tan particular que lograba derretirme y después me dijo muy serio — aún tenemos ese asunto pendiente, pero eso será más tarde, quiero que te pongas más linda de lo que ya eres y cenemos juntos
— me parece… le dije mucho más sonriente
— te parece si te recojo 7:30
— pero si compartimos habitación Víctor
— no importa… quiero que esto tenga toda la galantería que se requiere ok
— está bien a las 7:30 entonces… le dije adelantándome un poco a sus pasos
— Myriam… me dijo y me volví a mirarlo mientras extendía el brazo para que nuestras manos se tocaran; tal vez es una locura pero ya te quiero
— pues entonces creo que ambos estamos locos… le dije sonriendo mientras caminaba a la habitación de regreso

Estuve más de una hora al teléfono en una llamada de tres a la vez con Inés, Cole y Alejandra contándoles todo lo que había sucedido en la playa, lo caballeroso que se había portado conmigo y esa promesa impresa en sus palabras de la cena de esta noche; estaba excesivamente nerviosa respecto al tema del sexo; siempre había sido muy conservadora en ese tema alguna vez me había sentido lo suficientemente preparada para estar con un chico pero al final nada había funcionado y había agradecido no haberme entregado a él, ahora estaba cien por ciento segura de que Víctor era el indicado en todos los sentidos, luego de colgar con la chicas bajo la promesa de llamarles al día siguiente y contarles todo con puntos y comas; decidí tomar un baño para quitarme toda la arena que llevaba pegada al cuerpo, mientras me duchaba pude escuchar sonidos en la habitación que extraño había pensado que todos los camareros de ese lugar tenían pies de plumas al final deje de escuchar ruidos y decidí salir envuelta en una enorme bata de baño que se sentía sumamente suave.

Cuando entre a mi habitación casi pego un brinco del susto una chica con un uniforme color rosa me esperaba ahí; mi cama había sido reemplazada por una mesa de masajes además de un sauna portátil y una pequeña tina de hidromasaje.

— Señorita Montemayor
— Si…
— El señor García me envió vamos a tener una sesión de belleza y SPA si no le molesta
— Vamos le dije un poco confusa
— si está de acuerdo el resto del equipo entrara a la habitación
— si claro le respondí aun dudosa

Antes de que me percatara tres chicas más entraron a la habitación; una de ellas me entrego un traje de baño color blanco y después de eso todo fue una locura; primero una depilación completa con miel; después un tratamiento con chocolate para suavizar la piel, luego un masaje que me hiso perderme por un muy buen rato, un tratamiento capilar, una mascarilla de arcilla, treinta minutos en el sauna, manicura, pedicura; me sentía como una reina atendida por tantas personas, por ultimo una de las chicas se encargó de secar y planchar mi cabello para después hacerme una coleta lateral me preguntaba como Víctor podría pagar todas esas cosas; al final la chica me dijo que podía pasar a la habitación contigua para cambiarme; cuando entre a la habitación de Víctor me di cuenta de que todas mis cosas estaban ahí, mi ropa estaba colgada en el closet junto a la suya y la enorme cama con dosel ahora llevaba una simple sobrecama color blanco; el vestido color azul estaba encima del sofá lateral, junto a unos hermosos pendientes con brillantes blancos y azules y unas sandalias de tacón corrido que parecían hacer juego con los aretes.

Me vestí con calma me sentía totalmente relajada después de esa maravillosa tarde de spa, el cabello me quedaba espectacular y combinaba perfecto con el escote del vestido; me maquille apenas un poco solo poniendo rímel y algo de brillo en mis labios, estaba terminando de abrochar mis pendientes cuando el timbre de la habitación se escuchó y una extraña sensación se arremolino en mi vientre.

Cuando abrí la puerta me topé con un Víctor sonriente, llevaba un pantalón color beige con zapatos camello a juego y una guayabera color azul que hacia juego con mi vestido, llevaba el cabello peinado con goma hacia atrás y un enorme ramo de rosas blancas en los brazos dentro del ramo había una sola rosa roja al centro con un pequeño brillante.

— Buenas noches…me dijo mientras me besaba la mejilla
— Buenas noches, le respondí sonriente mientras tomaba el ramo de rosas… son hermosas
— no más que tu
— eres todo un coqueto…
— creo que esta noche le permitiré decirme lo que usted quiera
— y eso
— pues esta noche mi razón es complacerla en todo nos vamos… comento y me extendió la mano

Cuando salimos de la villa por un camino lateral de madera distinguí a lo lejos un cumulo de pequeñas luces en cuanto nos acercamos me di cuenta que había una palapa cubierta de leds y al centro una mesa con un mantel color arena que se perdía con la misma playa dos sillas blancas acojinadas y un candelabro con 4 velas color rojo encendidas, al lado de la mesa un sofá de dos plazas cubierto por un velo que lo hacía parecer una nube y un camino de pétalos de rosa rojos que partía del final del camino de madera y rodeaba la mesa y el sofá.

— y esto…dije entre risas
— nuestra cena; me respondió Víctor mientras me daba la mano para bajar a la arena
— espera quiero quitarme los zapatos… le dije sonriente
— permíteme hacerlo; se agacho sonriente y comenzó a desatar mis sandalias… había querido ayudarte con esto desde aquella noche en el ferri
— ha si, le respondí mientras daba los primeros pasos sobre la arena y las rosas; cuanto tiempo llevabas observándome aquel día
— no quiero que pienses que soy un acosador
— vamos cuéntamelo por favor, le suplique mientras separaba la silla para que pudiera sentarme
— digamos que me percate de tu presencia mientras corrías al ferri
— tú ya estabas arriba… pregunte dudosa
— Yo acababa de llegar a Cancún, en el ferri anterior
— ¿Qué? Y regresaste solo por mí
— así de interesante fuiste para mi
— me estas mintiendo verdad
— claro que no; la verdad es que esa fiesta del secret me parecía de lo más alocada así que decidí tomar el ferri para llegar a Cancún y quedarme en la habitación del Capri, acababa de desembarcar cuando te vi corriendo hacia el ferri tomada de las manos con tus amigas, no sé si fue el vestido, el contraste de tu piel blanca con tu cabello alborotado, no se la verdad es que no lo pensé solo compre otro boleto y subí de nuevo.
— y que tal que hubiera estado acompañada o que alguien me estuviera esperando
— era un riesgo que tenía que tomar
— cuéntame que hiciste después
— pues en cuanto tus amigas comenzaron a esparcirse por ahí con los gringos esos supe que era mi oportunidad para acercarme a ti
— y cole… ¿Qué planeabas hacer con ella?
— pensé en tirarla por la borda pero no pensé que fuera una buena tarjeta de presentación, la verdad es que no pensaba en nada solo estaba ahí de pie mirándote a lo lejos, luego tu amiga se alejó y ese chico italiano había estado intentando hacerme conversación durante todo el camino así que se me ocurrió decirle que tu amiga estaba buscando a alguien que hablara italiano que por que no se acercaba a ayudarlo y me funciono
— eres un tramposo tu mandaste a Stefano con Colette y yo pensando que me había abandonado a propósito
— si me declaro culpable por eso; la verdad es que en ese momento quise acercarme pero entonces te agachaste y te quitaste los zapatos y me hipnotizaste fue justo cuando comenzó a llover que te vi ahí tan perdida en tus pensamientos que supe que había encontrado algo que no estaba buscando, aunque no entendía muy bien que era
— y ya lo entendiste… le pregunte mientras acercaba mi rostro al de el
— sí, eres todo lo que no buscaba y a la vez todo lo que necesitaba

Sus palabras me embriagaron el corazón, y esta vez fui yo quien acerque mis labios a los suyos y lo bese, fue una caricia tierna, me sujeto el rostro y me acaricio las mejillas; un mesero llego para servirnos una copa de vino blanco a cada uno e interrumpió nuestro beso luego un ejército de personas se acercaron a la mesa primero nos sirvieron una ensalada de pulpo, papa y pimiento rojo asado, después langosta a la plancha con salsa holandesa acompañada de una ensalada de arugula y frutos secos con una vinagreta de crema agria y de postre una crema de frutas cada uno de los platos era un manjar más exquisito, me sentía en medio de un sueño y no quería que se terminara nunca.

— todo estuvo delicioso, gracias Víctor no tengo como agradecerte por todo esto, el spa de esta tarde fue delicioso, la ropa, el viaje, todo ha sido como un sueño para mi
— quiero que no sea un sueño hermosa, quiero que sea real
Le acaricie el cabello y una parte del rostro – ni siquiera estoy segura de que tú seas real
— Si lo soy hermosa, y esto será solo el inicio te lo prometo

Nos levantamos de la mesa y nos sentamos en el sofá, sin hablar solo a observar la noche podía, desde donde estábamos podía escuchar con claridad las olas del mar rompiendo contra las rocas.

— Te amo, Myriam

Me volví para mirarlo sorprendida mientras lo repetía

— Llámame loco, si quieres hacerlo pero de verdad te amo no sé cómo ni porque pero ya te amo
— pues entonces estamos locos ambos; le respondí, porque también te amo

Nos besamos por largo rato, lento nuestros labios acariciándose, siguiendo la cadencia de las olas del mar como si fuera música que controlaba nuestros cuerpos, el beso era cada vez más intenso sus labios recorrían mi cuello, sus manos se apretaban alrededor de mi trasero y una punzada de calor vibraba en mi entrepierna, sus ojos estaban obscurecidos por el deseo, los recordaba igual que esa tarde en la playa, de pronto se puso de pie y me tomo de la mano.

— hora de volver
— tan pronto, le respondí con un deje de decepción en la voz
— esto es solo el comienzo pequeña, es solo el comienzo

Caminamos abrazados por el sendero de madera repleto de luces hasta la entrada de nuestra habitación una punzada de nervios se arremolinaba en mi estómago cuando llegamos a la puerta, de pronto Víctor se detuvo en la entrada de la puerta.

— tengo una sorpresa para ti, pero tienes que cerrar los ojos
— ok, le dije con una enorme sonrisa, no quiero caerme
— yo voy a sostenerte, confía en mi
— confió en ti, le respondí besando sus labios

Cuando entramos a la habitación, Víctor me abrazaba por la espalda y sus manos cubrían mis ojos, me lleno de besos el cuello sin descubrirme los ojos y me guio por lo que supuse era el pasillo hasta la alcoba cuando sus manos se separaron de mi rostro pensé que seguía en medio del sueño la habitación estaba en completa penumbra en todos los muebles había velas encendidas de todos los tamaños, la cama de la habitación principal, estaba cubierta con el mismo velo del sofá de la playa, los postes de la cama dejaban una entrada por cada uno de los lados y al centro sobre la perfecta colcha blanca un corazón de pétalos rojos, los ojos se me llenaron de lágrimas cuando me volví a mirarlo.

— es hermoso
— esto es lo que te mereces, a esto me refería cuando te dije esta tarde que no te merecías un revolcón en una playa, Me entrego una copa con champaña, brindemos
— claro ¿Por qué?
— por nosotros, por habernos conocido en ese ferri que fue lo más hermoso nos pudo pasar
— salud le dije con una hermosa sonrisa

Bebimos de las capas después Víctor me miro a los ojos con una intensidad que hasta ese momento no había visto en sus ojos, después me quito la copa de las manos y la coloco en la mesilla junto con la suya y después me beso, del mismo modo que lo había hecho en la playa sentí que las piernas me flaqueaban pero sus manos se enrollaron en mi cintura y me apretaron contra él, sus manos se deslizaron por mi espalda hasta mi trasero y me acercaron para que pudiera sentir la prueba de su excitación, su mano derecha subió por mi espalda y desanudo la cintilla de mi vestido, que cayó al suelo dejando al descubierto mis pechos, respire mientras Víctor daba un paso atrás y me observaba.

— eres hermosa, y no tienes nada de qué avergonzarte

Sus labios se deslizaron lento, por mi cuello, por mis pechos y después por mí vientre y más abajo, el agua mojo mis pies y la realidad me trajo de vuelta, los vestigios del cigarro yacían a mi lado cuando me puse de pie y me quite la arena del shorts desgastado de mezclilla.

********************************************************************************

— nos vamos, le dije al hombre

No me respondió y se levantó de mala gana, subí al coche antes que él, me puse el cinturón de seguridad esperando a que subiera; abrió la puerta trasera y dejo al pequeño descansando sobre los asesinatos, pobre chiquitín estaba agotado después de un día de diversión, por lo menos alguien la había pasado bien; el subió al coche sin dirigirme la palabra y arranco con velocidad el viejo neón rojo el coche emitió un rechinido y después nos perdimos en la penumbra de la noche, me percate que el pequeño dormía plácidamente y después me volví a mirar al hombre a mi lado, suspire volviendo el rostro para mirar por la ventana intentando volver a perderme en los recuerdos de aquella maravillosa noche

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Mensaje  Bere Mar Oct 11, 2016 11:34 pm

Sus labios recorriendo todo mi cuerpo, mis manos enrolladas en las sabanas, la punzada del dolor virginal perdido en ese cumulo de sensaciones y después nada más que placer, deseo desatado, todas las sensaciones arremolinadas sobre mí y yo cayendo al abismo.

Cuando abrí los ojos había un ventilador apuntado directo a mi rostro y Víctor mirándome con cara de espanto

— ¿Estas bien? Me pregunto con la voz dudosa
— si… ¿Por qué?
— por un momento pensé que te habías muerto me dijo con la voz asustada
Yo solo pude echarme a reír mientras le respondía – pues creo que si llegue al cielo
— Me pegaste un susto de muerte niña, me reprendió mientras me besaba
— lo siento, no fue mi intención, créeme que la estaba pasando muy bien
— Me di cuenta, me respondió orgullos y sus cejas se movieron de forma cómica, ahora si me permites necesito unos minutos de descanso, me empujo a un lado y se acurruco junto a mí con los ojos entrecerrados, mientras me volvía para abrazarlo
— en que piensas, le pregunte
— en todo, en que hice bueno para merecer esto, para merecer a alguien como tu
Lo bese con ternura y deslice mis manos por su pecho – tu eres mi premio mayor, le dije mientras me acomodaba encima de el – quiero sentirte de nuevo, le susurre en el oído
— Mujer vas a matarme, me dijo sonriente y rodamos sobre la cama.

Cuando desperté estaba sola en la cama me sentí un poco desubicada, luego todos los recuerdos de la noche anterior vinieron a mi cabeza y sonreí mientras disfrutaba de la ensoñación, mi cuerpo estaba un poco adolorido, como la última vez que me apunte a correr un 10K sin preparación, pero me sentía diferente, liberada, feliz.

Me envolví en la sabana y camine al baño definitivamente una ducha me sentaría muy bien para sentirme mejor, llene la tina al borde de agua caliente y después me acomode dentro con el cabello colgando en la barra cerré los ojos y deje que el agua hiciera su magia en mi cuerpo, creo que me quede dormida por un rato por que no escuche ningún sonido hasta que el movimiento del agua me saco de mi transe y pude ver al perfecto y desnudo Víctor entrando a la tina junto conmigo, me sonreí mientras con la mirada recorría su cuerpo y un cosquilleo conocido se cernía en mi vientre, mi cuerpo reaccionaba rápidamente con su cercanía.

— Espero que no le moleste compartir el baño señorita
— claro que no le respondí sonriente mientras acomodaba mis piernas para que él se sentara frente a mí– donde estaba, le interrogue mientras erguía mi cuello me sentaba en una posición más vertical dándole un excelente ángulo de mis pechos— cuando desperté no estabas a mi lado
— tengo la mala costumbre de despertar temprano y salir a correr sin importar si son vacaciones o días hábiles, lamento haberte abandonado, te veías tan cansada que no tuve corazón para despertarte
— está bien mis pies no están como para correr una maratón en este momento, le dije sonriente
— eso se puede arreglar fácilmente, me contesto son su voz seductora

Tomo un poco de jabón líquido que había sobre la barra de la bañera y lo froto entre sus manos formando espuma luego tomo mi pierna derecha y comenzó a masajear mis talones, primero haciendo circos en las plantas hasta llegara los dedos de los pies y después de regreso hasta el tobillo, coloco mi pie apoyado sobre su muslo que se sentía duro como una roca, y volvió a tomar la botella de jabón, esta vez esparciendo el líquido desde mi pantorrillas pasando por la rodilla y hasta llegar a mi muslo, sus dedos agiles continuaron el masaje lentamente subiendo sus manos despacio, torturando mi piel, con cada una de sus caricias mi cuerpo se relajaba más y más y el cosquilleo en mi vientre bajaba despacio hacia mi entrepierna, un gemido se escapó de mi boca cuando sus manos llegaron hasta mi muslo interno por la anticipación de que subieran más; pero se restiraron de golpe dejándome deseosa de más, abrí los ojos y pude ver sus sonrisa.

— No desesperes mi pequeña, no desesperes

Continúo la tortura con la otra pierna repitiendo el mismo proceso despacio desde mis dedos hasta mis muslos, esta vez sus dedos subieron un poco más dejándome sentir apenas un pequeño rose entre mis piernas, que me hiso gemir de anticipación, sus manos se volvieron a retirar mientras me pedía que me volviera para lavarme la espalda, sus dedos largos masajearon mi cuello, mi columna y llegaron hasta mi cintura, me pidió que recargara la espalda en su pecho y pude sentir su erección contra mis nalgas, sonreí gustosa, por alguna extraña y animal razón el hecho de que se excitara tocándome me daba una extraña sensación de poderío, recargue mi cabeza en su hombro para darle mayor acceso a mi vientre y mis pechos, sus manos mojadas subieron despacio aprisionándolos, un sonido gutural se atrapo en su garganta, estaba a punto de perder el control podía sentirlo y mi cuerpo se estremecía de la anticipación.

Con un ágil movimiento me giro hasta dejarme de frente a él con nuestras piernas entrelazadas y nuestros rostros casi unidos.

— Creo que el momento del baño ya paso, me dijo casi sobre los labios
— Opino lo mismo le dije acercándome a él para besarlo

Me beso con pasión devoradora mientras me levantaba con agilidad sobre sus piernas para hundirse dentro de mí, mi cuerpo entero convulsiono en cuanto lo sentí y olas de placer me recorrieron hasta perderme.

Un par de horas después caminábamos de la mano por la playa disfrutando de una paleta helada y hablando de cosas sin importancia.

— De verdad tenía un perrito Chihuahua que una vez le gano una pelea a un doverman
— Hay Víctor estas bien loco
— no me crees, algún día te mostrare una fotografía de como dejo al perro
— te gusta este lugar, le dije mientras las olas mojaban nuestros pies
— es hermoso
— me gustaría vivir aquí algún día
— ¿conmigo?
— si tú quieres
— yo estaría feliz de vivir contigo en cualquier parte del mundo
— tendríamos que trabajar mucho para poder vivir en un lugar como este
— Myriam… si yo te dijera que puedo comprarte una casa en cualquier lugar del mundo que tu quieras que me dirías
— que estás loco y alucinas cosas como las de tu perro y mejor ven que tenemos que llegar al barco

Salimos a pasear en el jate casi toda la tarde, Víctor estuvo discutiendo acerca de planos y diseños con dos hombres con los cuales me supongo trabajaba, no me los presento lo cual en un inicio me disgusto pero después me di cuenta que estaba vistiendo el triquini color acua y el pequeño shorts blanco por lo que tal vez aquella había sido la razón, así que deje mi disgusto y aprovecha el tiempo para tomar el sol y leer cuando regresamos, Victor me pidió que me adelantara a la habitación mientras el terminaba de arreglar unos asuntos, así que aprovecha mi tiempo antes de volver a la habitación para caminar entre las tiendas del hotel, entre a una boutique pequeña que tenía ropa muy elegante, ni con todos mis ahorros podría pagar algo de lo que vendían ahí dentro, pero como dicen por mirar no se cobra así que entre a echar un vistazo.

Había ropa muy linda por todo el lugar pero al fondo había un traje sastre color blanco que me enamoro al instante, una falda de tubo color blanca y una blusa sin mangas y de velo a juego, me acerque para tocarla, ni siquiera tenían publicado el precio y me suponía porque, una encargada se acercó hasta mí.

— Le gustaría probárselo señorita Montemayor
— Perdón, le dije sorprendida por que conociera mi nombre
— ¿Qué si le gustaría probárselo?
— ¿cuál es su precio?
— No tiene que preocuparse por eso el señor García dio la orden explicita de que si algo le gustaba se lo entregáramos
— Lo sé pero no quiero que Víctor se meta en problemas con sus jefes por mi culpa
— Créame el Sr. García no se meterá en problemas con nadie por comprarle esta ropa, pruébeselo
Lo mire de nueva cuenta y sonreí, al final ella decía que esto no le causaría problemas a Víctor así que, al final que más daba. – está bien me lo pruebo.

El traje me quedaba genial y no sé por qué razón pero la mujer me convenció de comprar, zapatos y un bolso a juego, la encargada de la tienda era demasiado amable conmigo, me supongo que el hecho de que Víctor construyera el hotel los beneficiara mucho, me estaba empacando las cosas cuando me di cuenta que había una sección completa de lencería por la que no había pasado así que me dije si vamos a gastar dinero de Víctor por lo menos que se lleve algo de ganancia. Había cosas muy lindas y otras muy sexys me imagine la cara de Víctor y se me ocurrió que podría sorprenderlo cuando regresara la habitación así que al fin me decidid por algo y lo agregue a la cuenta, Víctor estaría muy sorprendido esta noche.

Regrese a la habitación y aproveche para llamar a mis padres, les conté que al día siguiente se decidiría acerca del empleo y que la estaba pasando muy bien en el simposio, luego recibir por quinta vez todas las indicaciones de mi madre para cuidarme colgué para llamar a mis amigas les conté los maravillosos días que estaba pasando con Víctor y se volvieron locas, el tiempo se me fue volando así que les colgué prometiendo volver a llamarlas al día siguiente para contarles cómo me había ido en la entrevista, llame al servicio de habitación y ordene una botella de vino como la que Víctor había pedido la noche anterior, también ordene algunas frutas y jarabe de chocolate, le indique al servicio a la habitación que la puerta estaría abierta que colocaran todos en la mesilla de la entrada.

Yo decidí tomar una ducha rápida para quitarme la arena del día, en cuanto entre al baño recordé la maravillosa mañana que habíamos pasado en esa tina y no pude evitar sonrojarme con él solo recuerdo, desee que Víctor no llegara antes que terminara de preparar todo, me envolví en una toalla y comencé a acomodar mi cabello en ondas mientras aún estaba humedecido, me maquille apenas de manera natural los ojos y las mejillas y puse un labial color rojo mate, mientras tanto tome la bolsa de la lencería y saque el traje que había conseguido era una camisón de encaje color piel que me quedaba ceñido al cuerpo, tenía tirantes tejidos que se cruzaban en la espalda y dejaban descubierto el resto hasta la parte baja de mi cintura, en la parte inferior llevaba una tanga a juego, me mire en el espejo y ni siquiera me reconocí, las transparencias del camisón hacían parecer que no llevaba nada puesto, regrese busque una corbata color gris del armario de Víctor después camine de regreso a la sala y me acomode en una silla con la corbata de Víctor puesta y emulando una famosa escena de la película de mujer bonita, un momento después estaba comiendo fresas con chocolate cuando escuche como la puerta se abría con lentitud.

Recobre mi pose con las piernas cruzadas apoyadas en el descansa brazos, mientras jugaba con la corbata de Víctor.

— Buenas noches guapo, le dije sonriente
— wow, voy a dejarte sola más seguido
Me puse de pie y vi la mirada de Víctor recorrerme – te gusta lo que ves
— Me fascina, dijo Víctor mientras se acercaba – linda corbata
— gracias, es tuya
Víctor me abrazo y me apretón contra el – todo lo que tengo aquí es mío
Corrí mis brazos alrededor de su cuello y lo bese – todo es tuyo
— Y que vamos a jugar a las 50 sombras; me dijo sonriente
— Vamos a jugar a lo que tú quieras

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Cuando bajamos del coche, tomo al niño en sus brazos sin decirme una sola palabra entro a la casa dando un empujón a la puerta y dejo al pequeño sobre el sofá.

— Súbelo, me voy a dar un baño; me dijo molesto
— vas a seguir así todo el día, le dije de pie en el umbral
— y cómo quieres que me ponga, esperas que te aplauda, que te haga una fiesta de despedida
— solo serán unos días, además es por trabajo
— No lo se Myriam, al final no creo que ese trabajo sea una buena idea pero sabes que haz lo que quieras
— hay amor… no te pongas así de verdad será solo un fin de semana
— ya te dije haz lo que quieras… me repitió mientras azotaba la puerta

Maldije para mis adentros y tome al pequeño en mis brazos, de verdad este trabajo podía ser un error.

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Como me veo, le dije a Víctor ajuarada en una falda de tubo blanca con flores y una camisa sin mangas a juego.

— Despampanante mi vida, me repitió aun desnudo desde la cama; te comería ahorita mismo de nueva cuenta
— es, en serio Víctor, no juegues de verdad quiero que me den este trabajo, además no quiero hacerte quedar mal… me veo bien ¿ejecutiva y así?
— Mi vida no hay manera, o poder humano de que no te den ese trabajo ok
— no entiendo porque estas tan seguro de que me van a contratar
— Myriam; me llamo tomándome de la mano. — hay algo que debería decirte pero no sé cómo hacerlo así que por ahora prefiero que lo descubras tu
— Víctor me estas asustando, no estas casado ni nada por el estilo verdad
— solterito y sin compromiso te lo prometo
— y entonces que es eso tan importante que no me quieres decir
— es algo respecto al trabajo
— Víctor de verdad es muy confuso no te entiendo
— Mira hagamos esto pide el desayuno yo estaré contigo en 5 minutos para acompañarte al jate
— No vas a ir conmigo hasta la oficina
— No, voy a esperarte aquí; si después de la entrevista decides que quieres regresar conmigo voy a estar en el lugar de construcción del hotel ok, si decides que no puedes volver tomar tus cosas y pedirle al capitán que te lleve de regreso a playa.
— porque no querría regresar ¿Qué es eso tan espantoso que supuestamente tú me ara arrepentirme?
— mejor averígualo tu sola, ok solo recuerda que aunque parezca una locura de verdad te amo
— yo también, por eso es que no imagino algo lo suficientemente malo como para que yo no quiera volver
— ya lo veremos mi vida.

Media hora después me despedí de Víctor con un beso antes de subir al Jate fue muy extraño algo en mi estómago se arremolinaba y me hacía sentir rara, pensé que serían los nervios por la entrevista, pero las palabras de Víctor me daban vueltas en la cabeza ¿Qué seria eso tan malo? Que según él me aria cambiar de parecer. Bajamos del Jate en Cancún y un chofer en un auto color gris nos esperaba en el muelle no me dijo una sola palabra en todo el trayecto por alguna razón me sentía asustada así que mensajee a mis amigas para que me desearan suerte algunas me respondieron con pequeñas caritas y animaron el resto de mi viaje, cuando la puerta se abrió delante de mi tenía un edificio enorme con columnas redondas y ventanales de cristal.

— Que lugar es este, le pregunte al chofer
— Es el edificio Diomeda, señora

El lugar era totalmente vanguardista tenía una decoración espectacular y vista hacia su propio campo de Golf, cuando se abrió la puerta eléctrica una rubia sonriente en un enorme escritorio de ébano me miro con recelo.

— si… ¿puedo ayudarla en algo?
— Mi nombre es Myriam Montemayor vengo a una entrevista
Los ojos se le iluminaron como platos y el semblante se le suavizo varios grados – Señorita Montemayor la estábamos esperando, Mi nombre es Laura por favor acompáñeme

Me guio hacia el elevador y abordo conmigo seleccionando el piso 4 mientras avanzábamos presiono el pequeño auricular en su oreja y llamo a otra chica llamada Fernanda otra rubia que estaba lista para recibirme en cuanto baje del elevador, la otra chica se despidió de mí y esta nueva Fernanda me guio directo a una enorme oficina en cuanto las puertas se abrieron distinguí un piso de madera y decoración con papel tapiz monocromático, había algunos cuadros sencillos colgados en el lugar, además de algunas fotografías de varias personas; un chico de aspecto amable y relajado me esperaba detrás de un escritorio color negro sentado en una majestuosa silla de piel.

— Myriam, bienvenida te estábamos esperando
— Hola mucho gusto, ¿usted es?
— Alejandro, Alejandro Macias mucho gusto me repitió extendiéndome la mano, porque no te sientas
— Gracias; repetí sonriente mientras tomaba lugar en uno de los pequeños sofás rojos que estaban frente al escritorio… Este es mi currículo, le dije entregándole una carpeta color beige
— Gracias Myriam, me encanta que estés tan preparada aunque entiendes que esto es una mera formalidad
— discúlpame, no sé a qué te refieres con formalidad, Víctor solo me dijo que había arreglado la entrevista para mi
— El señor García suele ser así, muy sorpresivo
— Si claro… dije sonriente sin entender muy bien a que se refería
— Entonces hablemos de tu propuesta económica, me dijo entregándome una carpeta color blanco, con un sello grabado al frente… Ahí dentro encontraras el sueldo que la empresa te otorgara por tus servicios, además del listado de coches disponibles para que selecciones el que prefieras, si ninguno es de tu completo gusto, podemos mandar comprar algún otro que prefieras supongo que el señor García, no tendrá inconveniente con eso, contaras con 30 días de vacaciones al año, además de prestaciones y bueno lo siguiente será elegir tu oficina y los muebles que quieres…
— Espera, espera lo interrumpí; creo que ustedes me están confundiendo yo vine por un puesto de una pasantía, este salario es una locura, coche, oficina de que me hablas estoy segura que esta propuesta no es para mi
— Claro que sí, tú eres Myriam Montemayor y el Señor García te envió con nosotros por el puesto de Gerente del departamento de Legal
— ¿Qué? Gerente, no de verdad esto debe ser una confusión Víctor García, el chico que es arquitecto me ofreció un puesto en la empresa en la que trabaja solo ser pasante acabo de graduarme no me hablo de una gerencia
— Bueno el señor García no trabaja precisamente aquí, aunque esta si es su oficina
— Como que no trabaja aquí y por no dejas de llamarlo Señor García… mientras decía esto mis dedos repasaban con lentitud el sello en la portada del legajo y entonces lo note dos letras entrelazadas de manera opuesta una C y una G y las palabras escritas en la parte inferior Consorcio García.
— Víctor es el dueño de este lugar, bueno de este y algunos más
— Víctor es el que, perdón
— Bueno no es precisamente el dueño, Su padre sigue a cargo del consorcio principal en NY, pero Víctor se hace cargo de todos los negocio en México desde hace años, su oficina principal está en el DF aunque recientemente esta obsesionado con este lugar.

Creo que me quede con la boca abierta por algo así como 10 minutos, un rato después la rubia llamada Fernanda entro corriendo con un vaso de agua para mí, me lo entrego con una sonrisita de tonta y lo tome con las ideas aun bloqueadas.

— Entonces creo que Víctor no te había contado nada de esto… me dijo el chico con sorpresa
— No, el no, bueno nunca me dijo que era el dueño
— Víctor es un chico especial y no lo digo porque sea mi amigo, pero nunca le ha gustado andar por ahí presumiendo quien es o cuánto dinero tiene
— si me queda claro eso, pero él me dijo que la empresa se dedicaba a construir hoteles
— bueno el consorcio en general tiene muchas ramas la construcción es solo una de ellas, Víctor es un apasionado del diseño, Su padre deseaba que el estudiara administración y lo hiso aunque al mismo tiempo entro a la facultad de arquitectura sin que nadie lo supiera, el negocio de los Hoteles fue idea suya y le ha dado a ganar al consorcio bastante dinero
— Porque si él es el dueño me dijo que no querían construir el hotel como él quería
— Pues porque su padre es uno de los inversionistas dentro de esa cadena de Hoteles y digamos que él no es compatible con todas esas ideas del mundo renovable que a Víctor tanto le gustan.
— Este trabajo es tuyo Myriam, Víctor ya lo ha dispuesto así
— Lo sé pero yo no me siento lista para ese puesto
— Myriam, Víctor se encargara de rodearte de la gente más capaz de este país, antes de que te des cuenta estarás pudiendo llevar los asuntos de todo el Consorcio tu sola ya lo veras
— No lo se
— Porque no lo piensas, no te niegues aun
Quince minutos después salí de la oficina con la carpeta de la propuesta en mis manos y la cabeza hecha un completo embrollo, así que esto era a lo que Víctor se refería cuando me dijo que había algo que podría hacerme no querer volver a verlo, y la verdad es que por un lado estaba furiosa de que me hubiera mentido pero por otro lado yo lo amaba aun sin saber que era millonario, no sabía qué hacer.

— Señorita, me llamo el chofer del auto gris, va a volver a Holbox
— Yo… he, si voy a volver a Holbox

En cuanto entre al coche marque el número de celular de Víctor sin respuesta seguramente estaría ya en el lugar de la construcción, claro que volvería con él porque no hacerlo, Myriam Montemayor te ganaste la lotería.

El viaje en jate me pareció larguísimo me moría de calor, de nervios, de ganas de besar y abrazar a Víctor de nueva cuenta, seguramente estaba muy nervioso imaginándose que no volvería, en cuanto baje en el hotel le indique al capitán que preparara todo para que partiéramos hacia donde se encontraba el, corrí a la habitación mi ropa estaba empacada lo había olvidado ese mismo día por la tarde deberíamos volver a Playa, abrí la maleta con cuidado y encontré el vestido blanco en la parte superior, lo saque con cuidado e intercambie el lugar con la ropa que llevaba puesta en ese momento, me solté el cabello y me coloque unas sandalias antes de salir corriendo de regreso al jate.

En cuanto las olas comenzaron a romper frente a nosotros y la brisa inundo el jate, me sentí feliz, libre, completa, esta era la vida que deseaba, la vida que quería llevar Víctor era mi sueño y lo había encontrado por casualidad, que afortunada era.

— Cuanto falta capitán…
— No mucho señorita si mira con detenimiento ya se distingue el velero, me dijo mientras me pasaba los binoculares
— si es verdad… Puse atención al frente y pude distinguir una pequeña lancha de motor rápido que avanzaba frente a nosotros — Aquella lancha también se dirige hacia haya
— así parece señorita
— Bueno supongo que cada vez habrá más gente trabajando… una punzada de tristeza recorrió mi vientre mientras pensaba que se había arruinado mi idea de completar aquello que habíamos dejado pendiente hace unos días pero bueno sería en otra ocasión

Faltaban algunos metros para que el Jate llegara hasta el lugar por su tamaño le sería difícil acercarse demasiado a la orilla, así que decidí que me quedaría en la proa para gritarle a Víctor en cuanto nos acercáramos, la pequeña lancha de motor parecía haber desembarcado ya sobre la playa y una chica delgada y de cabello obscuro acompañada por otro hombre había bajado con prisa no podía distinguir mucho por la distancia pero podía ver como ella corría por la arena, tome los binoculares para ver con atención la chica parecía desesperada y esa pequeña punzada en mi estómago apareció de nuevo; entonces lo vi Víctor caminaba hacia la playa abrazando a la chica ella lo sujetaba por la cintura mientras él le tomaba la cara en sus manos, mi corazón latía como un cronometro por estallar y entonces los labios de ambos se tocaron y mire a Víctor cerrar los ojos mientras la besaba, pude distinguir su rostro con claridad, facciones afiladas cabello rizado, su imagen estaba en uno de los cuadros, su imagen estaba en una de las fotografías su imagen estaba en la oficina de Víctor.

— Regrese por favor capitán
— Perdón señorita
— regrese por favor de la vuelta no quiero ir ahí
— Pero señorita
— que regrese le digo… grite

Entre al camarote, que estúpida, que estúpida no era lo de su dinero, tenía novia siempre fue eso, estúpida Myriam, seguramente estaba pensando en hacerme su amante o alguna cosa así, estúpida Myriam, las lágrimas corrían por mis ojos, quería gritar, quería correr quería bajarme de ese estúpido barco y nadar de regreso hasta mi casa.

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El despertador chillo con fuerza y abrí los ojos eran las 6 am, Francisco roncaba a mi lado cuando me desperté había mucho que hacer en casa antes de decidir si ira a ese simposio o no. Hacía ya doce años que me había casado con Francisco mi compañero de pasantía publica en el gobierno de Playa del Carmen, una semana después de boda Francisco me dijo que tendría que dejar de trabajar, en un inicio no estuve de acuerdo pero con tantas cosas que hacer en casa termine por convencerme; un par de años después nació mi pequeño Axel, y todo se complicó mucho mas así que una oportunidad de volver a la vida laboral después de tantos años me ponía bastante nerviosa.

Prepare el desayuno favorito de Francisco y me arregle un poco el cabello, del destellante rojo de juventud no quedaba nada, ahora lo llevaba largo y castaño me mire al espejo antes de subir las escaleras, de aquel delgado cuerpo de juventud tampoco quedaba mucho mi vida había cambiado desde que Víctor García me había roto el corazón doce años atrás cuando era apenas una chiquilla, borre el recuerdo de mi mente y subí las escaleras con alegría, cerré la puerta con pesillo y me di valor para despertar a mi fiera.

— Buenos días dormilón
— he…
— buenos días amor…te hice tu desayuno favorito
Francisco se limpió los ojos mientras se enderezaba de la cama – esperas compensarme con esto Myriam, no te va a funcionar
— no quiero que sigas enojadito amor, por favor
— ok… que preparaste; me dijo enderezándose por completo
— Hotcakes, wafles y huevitos, como los que hace tu mama
— déjalos por ahí voy a lavarme las manos

Se puso de pie y se dirigió al baño, mientras yo dejaba la charola sobre el buro al lado de la cama, ok el desayuno no funcionaba tenía que encontrar otro modo de convencerlo, desabroche el botón superior de mi bata blanca y espere a que saliera del baño. En cuanto regreso se dejo caer sobre el colchón y encendió la televisión.

— Amor, de verdad quiero ir a ese simposio; le dije al mismo tiempo que me sentaba sobre sus piernas
— Pues ya te dije vete, has lo que se te dé la gana tu hijo y yo podemos esperar aquí
— amor, de verdad no lo tomes así, le dije mientras besaba su cuello solo es una entrevista ni siquiera sabemos si me quedare con el trabajo, por favor… Sus ojos se situaron en mi escote y supe que estaba comenzando a ganar esta batalla, me saque la bata con delicadeza sobre mi cabeza y después lo bese apasionadamente… dime que puedo ir y nos vas a enojarte
— puedes ir… me dijo mientras me besaba
— gracias cielito gracias… le dije mientras continuaba con mis caricias, mis manos bajaron por su pecho hacia sus bóxer cundo me tomo por la cintura y me lanzo al lado de la cama
— ya te dije que si entonces déjame desayunar, ok…
— si claro, le dije mientras tomaba mi bata del suelo y acompasaba mi respiración de camino a la ducha al mismo tiempo que el colocaba la charola con comida sobre sus piernas y comenzaba a devorar los hot cakes.

Un par de horas después nos dirigíamos a casa de mis padres, quienes se encargarían de cuidar al pequeño Axel mientras yo no estuviera

— Estoy muy emocionada y agradecida por esto, mi amor gracias por dejarme tomar esta oportunidad… es lo mejor que me pudo pasar
— La verdad es que lo estuve pensando bastante y pues es justo que te desengañes por ti misma, estarás en ese simposio rodeada de chicos y chicas recién graduados alocados buscando puestos para una empresa, ellos estarán llenos de vitalidad corriendo de un lado a otro mientras tu pues vas darte cuenta que ya no estas para seguirles el paso y que tu lugar es la casa, pero eso mi vida lo tienes que descubrir tu solita y yo no quiero ser un obstáculo para ti… me dijo sonriente

Axel se quedó en casa de mi madre y Francisco me acompaño a tomar el ferri hacia Cozumel en cuanto lo aborde los recuerdos de Víctor vinieron a mi cabeza pero los borre muy rápido al día siguiente iniciaría una nueva etapa en mi vida, iba a recuperar el tiempo perdido seria la abogada en la que siempre soñé convertirme y nada me lo iba a impedir.

Cuando camine ataviada en el vestido gris claro hacia el salón de la primer conferencia mis pies se sentían reventar con los tacones altos, que hacía años no usaba, las chicas se movían a mi alrededor con soltura en grupos pequeños sonriendo y brincando por la oportunidad que se presentaba ante ellas, por un momento me di cuenta que las palabras de Francisco podían ser ciertas estaba demasiado vieja para esto, me detuve frente a la mesa de registro y una chica rubia de aspecto familiar me pregunto mi nombre.

— Myriam Montemayor
— Me miro a los ojos y sonrió mientras me entregaba un pegote con mi nombre impreso y logotipo de la firma de abogados al otro
Vamos Myriam me di ánimos a mí misma y entre al lugar que estaba repleto, los chicos parecían ordenados en grupos por todo el salón que estaba rodeador por mesas con manteles color avellana, me situé al frente entre dos chicos que llevaban unos audífonos gigantes y vestían trajes en colores chillantes, me sentía totalmente fuera de lugar y estaba por levantarme para salir de la habitación cuando las puertas frente a mí se abrieron una comitiva de personas entraron al lugar junto con el organizador.

— Jóvenes buenas tardes, bienvenidos

Todos los chicos abrieron sus laptops y tabletas y comenzaron a tomar apuntes de todo lo que nos indicaban el presentador su nombre era Antonio Rangel, dueño del buffet Rangel y asociados uno de los más importantes de todo Quintana Roo, el era quien organizaban todo aquel evento; según decía en la convocatoria que había encontrado semanas atrás en una revista, estaban por hacerse cargo de un proyecto de nivel internacional y necesitarían ampliar su plantilla, estaban interesados en gente joven en darle una nueva imagen al buffet como me había dejado llevar por aquella idea tonta yo no encajaba ahí el hombre seguía hablando y en mi cabeza solo parecía sonar un gran eco.

— Esa idea de que los jóvenes nos ayudaran a consolidarnos, esa idea de que juntos podemos convertir este despacho en el mejor de México es lo que nos hace confiar en ustedes… Un aplauso interrumpió al hombre que seguía dirigiéndose a la audiencia – Ahora que están aquí quiero que sepan que lo que viene para Rangel y Asociados es algo grande tenemos la oportunidad de internacionalizarnos de la mano de los grandes, tenemos la oportunidad de crecer cobijados por una gran empresa pero no quiero ser yo el que les hable de esto, quiero que le den un aplauso a nuestro nuevo socio comercial, al hombre que nos llevara directo al asenso por favor pónganse de pie para recibir a Víctor García, gerente general del corporativo García…

En cuanto mencionaron su nombre pensé que me desmayaría las piernas se me aflojaron como gelatina y me deja caer en el asiento, los chicos a mi lado me miraron extrañados todos estaban de pie y yo estaba en shock inmóvil encima de ese asiento, en cuanto entro un sudor frio comenzó a recorrer mi cuerpo era el mismo hombre que recordaba, imponente, bronceado, de cabellera obscura y semblante seco, tenía puesto un traje color azul marino con una camisa cielo debajo; llevaba el botón superior desabrochado y podía ver como el ancho de sus hombros se apretaba bajo la chaqueta, su cabello estaba más corto que hace doce años y un par de canas se asomaban en los laterales sobre sus orejas, sus ojos seguían tan obscuros como los recordaba solo que algunas pequeñas líneas le enmarcaban la mirada, los años habían pasado por el pero todo ese conjunto solo lo hacía lucir mucho más interesante.

En cuanto se detuvo frente al micrófono su mirada comenzó a hacer un paneo de todo el salón, el corazón se me acelero de solo pensar que nuestras miradas se cruzaran de nueva cuenta, debí haberme puesto roja como una quinceañera aunque hacía ya muchos años que había dejado de serlo, por fin sus ojos se posaron sobre mí por un segundo más que con el resto de las personas, por un momento pensé que me habría reconocido pero continuo su recorrido observando todo el lugar sin inmutarse ni un grado, ni siquiera recordaba quién demonios era yo, que estúpida al pensar que me reconocería, quería gritar, salir corriendo pero había demasiadas personas frente a mí para poder hacerlo y lo que menos quería era hacer un escándalo cuando me fuera rodando por todo el pasillo.

En cuanto termino su discurso todos los estudiantes vitoreaban me supongo que debió haber hablado de temas muy importantes no tuve cabeza para escucharlo; los chicos a mi alrededor parecían ilusionados con sus palabras, quería gritarles que no le creyeran que su especialidad era engañar jóvenes y contarles cuentos fantásticos para que cayeran en sus redes para después botarlos como si no importaran, pero al final eso no serviría de nada, mientras la muchedumbre seguía el vitoreo me puse de pie y me dispuse a salir; apenas cruce el umbral arranque la etiqueta que llevaba pegada y la lance al bote de basura a mi lado, camine aprisa mientras mis tacones sonaban fuerte sobre el piso de madera, la chica rubia sentada en la entrada me dijo algo que ni siquiera escuche pero al mirarla de nuevo la reconocí de inmediato, ella estaba en la recepción la primera vez que aparecí en el Consorcio García, una lagrima rodo por mi mejilla con el recuerdo mientras alcanzaba la puerta de salida, necesitaba aire, necesitaba respirar, me sentía sofocada, bloqueada y entonces el tiempo se detuvo de nueva cuenta, solo por un segundo, cuando su voz sonó tan suave como la recordaba.

— Myriam… no te vayas por favor

Ese sonido fue como una taladro atravesando mi corazón, hurgando en aquella herida que creí cerrada hacía ya doce años, no quería volverme, no podía mirarlo a la cara, quien era el para venir a desestabilizar mi vida, después de todo lo que me había hecho.

— Tu y yo no tenemos nada de qué hablar; le respondí sin volverme a mirarlo
— Claro que si, merezco una explicación
— Tú mereces una explicación; le respondí en un tono más alto del permitido mientras me volvía con los ojos llenos de furia – Tú me engañaste a mí, yo era una niña… le dije casi gritando
— Myriam por favor, estamos en un lugar público, acompáñame tenemos que hablar
— Yo no tengo nada que hablar contigo, discúlpame fue un error haber venido a este lugar

Salí a prisa sin volver la vista, y detuve un taxi que paso frente a mí, en cuanto cerré la puerta le grite al chofer que arrancara; Habíamos recorrido pocos metros cuando el nudo en mi garganta se desato y llore, llore igual que lo había hecho doce años atrás, llore como una chiquilla enamorada y decepcionada, no sé cuántas vueltas le pedí al hombre que diera antes de que me bajara ni siquiera estaba cerca del hotel pero no me importaba, necesitaba caminar y olvidarme de todo, no sé cuántas horas pasé dando vueltas entre la gente como una loca caminando con los zapatos en la mano y llorando como si mi mundo se derrumbara enfrente de mí, cuando logre tranquilizarme un poco llame a Francisco para pedirle que pasara a recogerme antes pero ni siquiera me respondió el teléfono, llame a mi madre pero se me partió el corazón al escuchar su alegría así que no fui capaz de decirle que había salido corriendo antes de tiempo, escuche a Axel contarme de su día con los abuelos, y mi corazón se alegró al recordar la única cosa buena que tenía en mi vida, después de platicar un rato con mi pequeño por fin tuve las agallas de volver al hotel a empacar mis cosas y regresar a casa podía tomar un ferry y llegar a media noche para pasar el domingo con mi niño.

Cuando entre al recibidor, camine directo al elevador y presione el botón de mi piso, pensé que la chica de recepción me había hecho una seña pero la ignore seguramente quería venderme alguno de esos masajes relajantes y aun que me hacía mucha falta lo único en lo que pensaba era en volver a casa; mire mi reflejo en el espejo del elevador el ajustado vestido gris se veía desalineado, completamente arrugado mi cola de cabello castaño con risos, ahora estaba enredado formando una cebolla y mis tacones altos estaban colgando de mi bolso era la perfecta imagen de una mujer acabada. Di vuelta en el pasillo y mis pies se sintieron cómodos en la vieja alfombra roja desgastada, comencé a abrir mi bolso para sacar la tarjeta sin mirar al frente justo antes de llegar a la habitación mis tropecé con una escena inesperada.

— Sabes cuantas Myriam Montemayor hay registradas en hoteles de Cozumel

Sus palabras me dejaron como una estatua, Víctor García del hombre que había visto aquella mañana en el salón parecía no quedar nada, la chaqueta del traje azul marino reposaba al lado de mi puerta justo al lado de donde el permanecía sentado, la camisa azul cielo estaba arremangada hasta los codos y completamente desfajada, parecía que acaba de correr una maratón, estaba sudando, bajo esta luz y mirándolo así de cerca podía ver que una parte de su cabello estaba teñido de blanco y que las líneas que había visto en sus ojos por la mañana también estaban en su frente, se veía cansado como si todas su esperanzas se hubieran esfumado en el último tiempo, se veía tan miserable como yo.

— ¿Qué haces aquí?
— Necesito hablar contigo
— Víctor como quieres que te diga que no quiero verte, no quiero hablarte, no quiero tenerte en mi vida de nuevo
— Myriam, yo sé que te engañe debí haberte dicho quién era desde el inicio pero jamás imagine que eso llegaría a ser un obstáculo entre nosotros
— Víctor de verdad mírame, no necesitamos esto de nuevo, esa aventura que tuvimos cuando niños, nuestra vida no es la misma
— lo sé, de verdad pero Myriam para mi jamás fue una aventura
— No me mientas por favor, han pasado demasiados años Víctor doce
— Tú lo has dicho han pasado doce años, y en cinco minutos nuestro mundo se rompe a pedazos, solo por mirarnos
— querrás decir tu mundo, yo estoy bien
— y porque saliste huyendo entonces
— porque me di cuenta que ese no era mi lugar, jamás debí haber considerado esa opción estoy vieja para esto
— estas hermosa, justo como te recuerdo
— estás loco, no soy la misma chiquilla que puede caer en tus cuentos ya no
— Myriam, no tienes idea de lo que pase hoy para poder llegar aquí con la esperanza de que fueras tu quien estuviera hospedada en esta habitación
— A si y que crees que para mí fue muy sencillo, no he puesto un pie en una empresa en años y la primera vez que lo hago apareces tu a complicarlo todo
— yo no sabía que estabas en esto de verdad, fue una coincidencia que le agradezco a Dios
— pues yo no, yo creo que esto es lo peor que me pudo haber pasado
— dame una oportunidad, solo escúchame por 5 minutos no te pido mas
— mira como estoy crees que estoy lista para escucharte 30 segundos más, mañana me regreso a mi casa
— yo te llevo
— si claro y que le digo a mi marido, además vivo demasiado lejos me regreso mañana
— déjame llevarte por lo menos al ferry, Myriam no te estoy pidiendo nada mas que m escuches eso es todo cinco minutos
— a cambio de que, tengo que renunciar a ese trabajo para no tener que mirarte de nuevo
— si me escuchas te prometo que cancelo el contrato, busco otro despacho
— no seas ilógico, eso sería una injusticia
— entonces dime que quieres que haga, lo que me pidas a cambio de 5 minutos en que me dejes explicarte que sucedió
— quiero un empleo…
— lo tienes
— no en tu compañía, consigue un bufete debes tener contactos, conocidos; no se consígueme un trabajo decente, en el que no tenga que mirarte nunca jamás
— ok, cuenta con ello
— está bien, planeo tomar el ferry de las 9 así que puedes venir por mí a las 8:30 no está lejos de aquí
— perfecto
— y ahora vete necesito, entrar a mi habitación, ducharme y de verdad no quiero seguirte mirando

Víctor se levantó del suelo de manera lenta, mientras yo permanecía de pie los brazos cruzados sobre mi vientre, había caminado cerca de diez pasos mientras yo abría la puerta de la habitación, cuando una duda invadió mi cabeza.

— Como supiste en que hotel me hospedaba; le grite desde la puerta al camino por el pasillo
— no lo sabía, recorrí 6 hoteles, me dijo mientras hacía clic en el botón del elevador — este era el único en que la huésped no estaba en su habitación.

Solo pude mover la cabeza en señal de negación mientras entraba y cerraba con llave, apenas cruce el umbral y coloque el pasador doble que tenía la puerta; no supe si tantas medidas de seguridad eran para evitar que Víctor entrara o para evitarme a mi salir corriendo tras él. No entendía cómo era posible que hubiese podido resistir por tanto tiempo, mirarlo ahí sentado sin la menor idea de si me encontraría esperanzado a volver a verme solo para explicarme me conmovía aunque no debía hacerlo, además tenía que aceptarlo ese hombre no dejaba de ser tan atractivo como antes, aun ahí desalineado y cansado seguía teniendo ese espectacular porte, ese brillo, esa manera tan particular de ser Víctor García.

A la mañana siguiente me descubrí tarareando una canción de amor mientras salía de la ducha y elegía un cómodo vestido de encaje color beige, empaque mis cosas y me coloque lápiz de labios mientras miraba el reloj por décima vez; aún faltaban 15 minutos para la hora que había pactado verme con él y un nudo se arremolinaba en mi estómago, encendí la televisión para bloquear mis pensamientos y el hombre del clima hablaba de una tormenta que se avecinaba en las próximas horas, tome el teléfono para llamar a casa cuando dos golpes en la puerta me hicieron saltar de la cama, respire profundamente y me dirigí a la puerta.

— ¿quién es?; pregunte sin acercarme
— soy yo; respondió Víctor traje el desayuno
— espera; respondí y volví para tomar mis cosas y acomodar un poco mi vestido

Abrí la puerta para encontrar a Víctor vistiendo un pantalón de lino color camello y una guayabera amarillo pastel con zapatos de piel sin calcetines, era una imagen demasiado sexy para ser de mañana, en la mano derecha llevaba una bandeja con dos cafés y una bolsa de papel color blanco con algo que parecían ser muffins.

— Buenos días; me dijo en cuanto abrí la puerta recorriéndome con la mirada de arriba abajo
— buenos días, le respondí sonrojada como quinceañera
— lista para irnos
— he, estaba por llamar a casa pero si será mejor que nos vayamos
— traje el desayuno podemos tomarlo en el camino
— tengo que pasar a entregar la llave y pagar
— No te preocupes todo está arreglado
— Víctor no debes, no está bien
— No es de mi parte todos los participantes del simposio tienen los gastos pagados
— Yo ya no soy parte del simposio
— pero lo fuiste así que las reglas no cambian

Salimos del hotel y un deportivo color azul, esperaba parqueado en la puerta principal, Víctor me abrió la puerta y me permitió entrar pude ver como sus ojos recorrían mi muslo mientras cruzaba las piernas para sentarme y un cosquilleo se arremolino en mi estómago, me entrego la bolsa con el muffin y los cafés para que los sostuviera y después cerró la puerta para rodear el coche, cuando se sentó a mi lado para conducir por las calles de Cancún.

— Y bien… le dije luego de unos minutos de silencio
— no quiero hablar contigo, en el coche
— te recuerdo que no tenemos mucho tiempo
— de hecho si lo tenemos, este coche tiene un pase para el ferry de autos a las 9 y media una vez que llegemos a Cancun llegaremos bastante rápido asi que eso nos dara tiempo como para poder hablar por un buen rato
— Víctor este no fue el trato, quiero bajarme… le dije intentando abrir la puerta
— oye tranquila si abres la puerta en un coche que va a más de 100 km por hora te puedes morir
— Víctor por favor
— No Myriam esta vez no; tienes que escucharme y si eso implica que tengo que secuestrarte pues lo are, así que desayuna y déjame conducir te prometo que te llevare a tu casa al final del día

Debo admitir que el muffin de arándano estaba delicioso y el café me ayudo a asentar un poco los nervios; Víctor había conducido hasta el ferri y luego en CanCun cerca de media hora por la carretera principal cuando lo vi desviarse en un pequeño camino, no habíamos cruzado palabras desde el altercado así que los nervios me carcomían. Víctor aparco en un pequeño camino rodeado de maleza y bajo del coche sin dirigirme la palabra, abrió la puerta y me dio la mano.

— baja, me dijo serio
— No, le respondí seca
— que bajes te digo… me ordeno mientras me jalaba la mano y me arrastraba fuera del coche

Caminamos unos metros dentro dela maleza yo forcejeaba por zafarme pero él me jalaba con determinación arrastrándome hacia quien sabe donde

— hacia donde me llevas
— a un lugar donde podamos hablar tranquilamente

Comencé a sentir la arena bajo mis pies y Víctor se detuvo para quitarse los zapatos, avanzamos a un poco más y una pequeña playa desierta apareció ante nosotros, apenas algunas personas nadaban tranquilamente en aquel lugar y unos cuantos pequeños más jugueteaban en la arena cercanos al agua.

— wow… no pensé que hubiera un lugar así
— lo descubrí hace un par de años navegando en el velero
— ¿aun conservas el velero?
— sí, lo uso cuando necesito escapar
Caminamos un poco hasta unas rocas cercanas a la playa, y me quite los zapatos para sentarme en una de ellas mientras me mojaba los pies.

— quisiera tener algo en lo que yo también pudiera escapar
— yo puedo ser tu escape siempre que quieras
— claro que propones que le digamos a tu esposa y mi esposo que tenemos un viaje de trabajo y listo nos vamos
— pues a tu marido puedes decirle lo que quieras, yo no tengo a quien darle explicaciones
— ¿no estas casado?
— no, claro que no la única chica con la que me hubiera podido casar salió huyendo una tarde sin darme ninguna explicación
— y la chica de cabello obscuro que estaba contigo en la playa
— ¿Qué chica?
— hay Victor han pasado doce años no finjas, aquella que te abrazaba y besaba cuando se suponía que debías estarme esperando a mi
— hablas de Adriana
— no sé cuál es su nombre y no me interesa era tu novia en aquella época
— así que esa fue la razón, me viste con Adriana
— y te parece poco
— pues sí, claro que si no puedo creer que te hayas marchado por esa estupidez
— como que estupidez, no me vas a negar que no era tu novia
— claro, claro que era mi novia 6 meses antes de conocerte a ti, me dejo porque no me quería casar con ella
— pues no parecía que hubieran terminado
— vino a decirme que su padre acababa de morir por eso me abrazaba
— si claro y eras la única persona a la que podía contarle
— pues de hecho si, Adriana vivía sola en México con su padre desde hace años, su madre murió cuando era pequeña y no tenía más hermanos porque era adoptada; por eso cuando su padre murió fui la única persona a la que se le ocurrió contarle
— y no pudo haberte llamado por teléfono y ya
— lo hiso pero no sé si recuerdas que los dos días anteriores estuvimos, algo ocupados y no atendí el teléfono
— he, si… pero de cualquier forma ella te beso
— sí, bueno lo acepto estuvo de más yo la aleje pero solo eso; no puedo creer que hayamos terminado por esa tontería
— yo, yo no me imagine que las cosas fueran de ese modo
— y ahora que piensas
— yo… no sé qué decir, me siento estúpida
— imagínate como me sentí yo cuando me dijeron que habías casi llegado a verme y después te habías arrepentido y te habías marchado
— nunca me buscaste
— si lo hice, estuve en tu casa varias veces tu madre jamás me dejo verte
— eso no… no puede ser ella jamás me lo dijo
— también estuve ahí antes de tu boda
— estuviste cuando me case con francisco
— sí, ahí estuve esa fue la última vez que te vi
— nunca, no pensé que… ni siquiera sé que responder, no hay palabras
— yo si tengo dos palabras que decirte; me dijo mientras tomaba mi rostro y lo volvía hacia el – te amo, te he amado desde que te vi en ese ferri hace doce años y lo único de lo que he tenido que arrepentirme todo este tiempo fue de no haber sido más insistente para estar a tu lado.
— Ya no hay tiempo para nosotros, Víctor lo siento…es bueno haber aclarado las cosas, pero esto no cambia nada, lo siento…le dije tomando mis zapatos para ponerme de pie y volver hacia el coche.
— sabes que Myriam, llevo doce años esperando este momento, doce años buscando una explicación a lo que hiso que me dejaras y justo ahora no puedo esperar más.

En cuanto termino de hablar se puso de pie y me tomo de la cintura de manera brusca no me dio tiempo de pensar o reaccionar de ningún modo, puso sus labios encima de los míos y me beso con vehemencia, ni siquiera podía hilar un pensamiento solo podía sentir su cuerpo junto al mío, y nuestros labios consumiéndose, ahogando las ganas ocultas por tanto tiempo, sus manos bajaron por mi espalada hasta mis nalgas y me apretaron contra él, mi cuerpo reacciono de manera animal de inmediato deseándolo con todas mis fuerzas, entrelace mis dedos en sus cabellos mientras sus labios recorrían mi cuello con besos como plumas, después se detuvo sosteniéndome por el cabello para mirarme a los ojos.

— te amo Myriam, ¿tú me amas? Me dijo muy cerca de loa labios
— Yo… no lo sé Víctor esto no puede ser
— No estoy preguntándote acerca de nuestra relación, solo te pregunto si aún me amas
— yo, yo… yo te amo

Volvimos a besarnos esta vez con más calma, como esperando recompensar un beso pendiente por tantos años, por mis ojos comenzaron a escurrir lágrimas.

— Lo siento Víctor, arruine nuestras vidas por una tontería
— No digas eso amor, aun, aún podemos rescatarlo, aún tenemos oportunidad
— es que acaso no entiendes, le dije liberándome de sus brazos – tengo un marido, un hijo, forme una familia pensando que tu arias lo mismo, nuestra historia quedo en el pasado
— si nos amamos, las cosas no pueden ser pasado
— pero lo son… ahora ya cumplí mi palabra, ya se tu versión y tú conoces la mía y el que nos amemos no cambia nada Víctor, yo necesito volver a casa
— pero entonces que todo se va al carajo así simplemente
— no entiendes no hay nada que se vaya al carajo, no hay nada entre nosotros yo te escuche porque me prometiste llevarme a mi casa y eso es lo que estoy esperando
— No vas a luchar, no vas a intentarlo ni siquiera un poco
— Víctor entiéndeme yo lucho por salir adelante desde hace doce años, lo intento a diario, intento hacer feliz a mi hijo, intento que mi matrimonio funcione, intento que mi familia este feliz, estoy cansada de intentar cosas, no quiero agregar una cosa más a mi lista de preocupaciones, lo siento.
— ok, entonces será mejor que nos vayamos aún falta un rato para llegar a tu casa, no deberías llegar tarde; Víctor comenzó a avanzar con grandes zancadas de regreso al camino.
— Víctor…le dije fuerte aun de pie en el mismo lugar
— ¿Qué paso?; me dijo volviéndose para mirarme
— lo de… lo del trabajo
— eso sigue en pie no te preocupes yo también se cumplir mi palabra

Víctor me dejo en la esquina de mi casa en cuanto Francisco me vio entrar comenzó a reírse y a repetirme lo que me había dicho antes, subí a la habitación sin querer escucharlo, al día siguiente un chico apareció en mi puerta tal cual Víctor lo había repetido y me entrego un sobre amarillo adentro había un contrato de un bufete que firmaba Mendoza y asociados, tenía mis datos escritos, indicando el puesto que ocuparía “ayudante de archivo”, el sueldo era modesto pero suficiente para iniciar, había un postit pegado indicando que firmara, un gafete de acceso con el sello del bufete y mi fotografía la misma que había entregado entre los papeles de solicitud del simposio, finalmente una tarjeta negra con un marco en blanco con las iniciales VG y un número de teléfono impreso, por un momento pensé que incluiría una nota pero no fue así, el lunes por la mañana inicie el trabajo.

Era viernes a las casi 5 pm habían pasado ya 15 días desde que había iniciado el trabajo en el despacho, y estaba muerta el hombre que estaba como encargado del archivo parecía que tenía años sin ordenar la papelería, había cajas y cajas de papeles, llevaba días escaneando documentos para cargarlos en el sistema y pensaba que no terminaría nunca.

— Myriam, te vas ya… hay que pasar a recoger el cheque, me dijo Susana la chica de recepción con la que había estado comiendo los pasados días
— he… si claro ¿qué hora es?
— las 5, apúrale la fila en contabilidad se hace enorme si no salimos temprano
— claro, claro voy corriendo

Cuarenta minutos después estaba llegando a la entrada de la guardería a recoger a mi pequeño Axel.

— Hola mi amor
— hola ma
— ¿Cómo te fue?
— muy bien saque dos 100 y la maestra me enseño nuevas palabras en ingles
— wow, me vas a tener que enseñar a hablar en ingles
— ¿tú no sabes ingles mami?
— no, mi amor pero tú me vas a enseñar…
— donde estará tu papa
— no lo se dijo que nos iba a esperar en la esquina de siempre
— pues vamos caminemos que ya es tarde
— hola, hola…
— papi….
— hola, mis amores
— hola amor, dije acercándome para besar a Francisco mientras subíamos al coche
— ¿Cómo que te tardaste mucho? No crees… recrimino francisco avanzando
— vengo en camión desde el otro lado de la ciudad, por eso me tarde
— pues sí, pero me tuve que dar la vuelta ahora vamos a tener que avanzar una cuadra más
— no te enojes, ya me pagaron
— ándale hasta que me das una buena noticia ¿Cuánto te pagaron?
— pues lo que te había dicho
— haber presta… dijo arrebatándome la bolsa — mira si nos fue bien, y yo que pensé que era una tontería eso de que trabajaras
— oye que haces… le dije mientras sacaba dinero de mi cartera
— pues tomo mi parte
— como que tu parte, Francisco me dejaste sin nada
— no, sin nada no, te deje para tus camiones
— pero Francisco, como me haces esto trabaje muy duro estos quince días
— pues si mi vida pero yo tengo trabajando duro 12 años para mantenerte así que esto es apenas el comienzo mi vida, esto de la igualdad femenina es así que no se supone, vamos a partes iguales

Durante cuatro largos meses sucedió del mismo modo cada quincena, Francisco tomaba todo mi dinero dejándome casi en bancarrota y con apenas lo suficiente para pasajes, los problemas entre nosotros eran cada vez mayores yo me partía en dos entre los quehaceres de la casa y el trabajo, mi vida era un desastre y no iba a dejar de serlo; estaba sentada frente al espejo de la mesita de noche cuando Francisco entro a la habitación.

— que tanto te miras, es tardísimo ya vamos a dormir
— nada, solo pensaba en que ya no soy la de antes
— claro que no, mírate tienes como veinte kilos más que cuando te conocí, y muchas más arrugas
— eres un patán en serio no sé porque me case contigo
— porque pensaste que estabas embarazada no te acuerdas como me rogaste que te ayudara por que en aquella supuesta noche de parranda con tus amigas te habías acostado con no sé quién y estabas traumatizada de que tus papas supieran
— todavía me lo echas en cara, no estaba embarazada
— claro lo recuerdo pero aun así nos hicimos novios y me embarraste en tus pedos
— ojala nunca te hubiera conocido
— pero me conociste mamacita y ahora te aguantas; recuérdalo tú no eres nada sin mi

En ese momento quería correr, gritar salir volando de ese lugar irme lejos, largarme al otro lado del mundo.

— Vas a venir a la cama… ¿quiero dormir? Me recrimino Francisco
— Sabes que no voy a ir a la cama contigo
— ha no…
— no… no lo are, le dije firme aun sentada en el taburete
— entonces, porque no sales de una vez,
— sí, sabes que eso are me voy a ir de la habitación y me voy a ir de la casa
— claro corre a casa de tu mamá mañana te regresa
Me puse de pie, tome mi almohada, una cobija y mi bolso – un día me voy a ir de aquí y entonces te vas a dar cuenta de que eres tú el que no es nada sin mi

Me senté en el sofá de la sala pensando en lo estúpido que sonaba todo lo que estaba pasando, a donde podía ir Francisco tenía razón si me iba a casa a de mi madre ella terminaría diciendo que debía volver con mi marido, aparte de eso no tenía otro lugar a donde ir, acomode la almohada y saque mi teléfono móvil del bolso, pero cuando lo hice mi cartera cayó al suelo mostrando el mensaje con la respuesta que estaba buscando; una tarjeta color negra con dos iniciales en el centro, la levante del suelo y la sostuve entre mis dedos, tome mi teléfono celular y teclee el numero sin pensar en el mensajero escribiendo una sola palabra

— HOLBOX

Mi teléfono vibro de inmediato — Estas hablando en serio
Teclee la respuesta instantáneamente — De verdad, sácame de aquí
El minuto más largo de mi vida paso antes de recibir la respuesta de Víctor— En una hora en la entrada de tu casa, no traigas nada contigo ¿de acuerdo?
Quería decirle que no, que lo olvidara que no podía hacerlo, que tenía un hijo, pero en ese momento me estaba ahogando y necesitaba huir sin pensar en nada así que tome el teléfono y envié un mensaje simple – si
Mi celular vibro de nueva cuenta, esta vez con la fotografía del viejo velero enganchado a un remolque, las imágenes de todo lo que habíamos vivido en ese barco vinieron a mi mente y una lagrima escapo por mi mejilla, tome mi bolso seria lo único que me llevaría, me puse de pie y me mire al pequeño espejo junto a perchero en el recibidor llevaba puesta una sencilla pijama de seda de tirantes blanca cubierta con una bata que apenas me cubría el enorme trasero, Francisco tenía razón me veía fatal, no quedaba ni la sombra de aquella chica de la que Victor se había enamorado, mi cabello era un desastre, mi rostro era un desastre, mi cuerpo era un desastre, ¿Qué locura estaba haciendo?, pero entonces sin mucho tiempo más para pensar o arrepentirme una camioneta apareció en mi puerta no hiso ningún ruido solo encendió y apago las luces dos veces, fui hacia la puerta y sin mirar atrás salí corriendo.

En cuanto Víctor arranco fue como si algo se liberara dentro de mí, como si mi vieja vida se estuviera quedando atrás sin mí, Observe a Víctor perfectamente arreglado con su camisa blanca pulcramente planchada y sus pantalones de lino color caqui no me miraba solo conducía, mi respiración estaba acelerada nos tomó quince minutos llegar al muelle, Víctor aparco en una esquina y de un solo movimiento bajo de la camioneta yo seguía congelada en mi asiento cuando abrió la puerta de mi lugar.
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Mensaje  Bere Mar Oct 11, 2016 11:57 pm

— Baja, me dijo serio
— ¿Qué? Le respondí dudosa
— que bajes te digo
Me desabroche el cinturón con prisa y di un salto para ponerme en pie a su lado, Víctor no dijo nada solo me miro de arriba abajo, dio un paso hacia atrás dudoso tocando su cabello con ambas manos, después dos palabras salieron de su boca – al demonio; y sus brazos me aprisionaron con fuerza mientras me besaba con vehemencia, nos devoramos no sé por cuánto tiempo, podía sentir su cuerpo apretándose contra mí; la dureza de su entrepierna rosándose contra mi carne, sus manos subieron por mis piernas debajo del camisón y un torbellino estallo en mi vientre, de pronto se detuvo en seco.

— Vamos, tenemos que abordar ese barco
— ahora… le dije casi sin respiración
— ahora, no quiero acerté el amor en un aparcamiento

No pude más que sonreír mientras lo abrazaba, dios se sentía tan bien estar entre sus brazos estar con él, ser libre de todo, envié un mensaje al teléfono de mi madre le dije que estaba bien que cuidara a Axel por mí que tenía que estar fuera un par de días, después de eso apague el teléfono. El velero estaba tal como lo recordaba, enorme, imponente, lleno de color de un parte de mi vida en la que yo había sido completamente feliz, Víctor me alzo en brazos para subirme al y me dejo en la esquina el mar estaba obscuro solo la luna iluminaba el camino; el preparo las velas ya no lo hacía con la misma agilidad que 12 años atrás pero ahora lo hacía de manera precisa sin errores, como si a lo largo de este tiempo lo hubiera hecho tantas veces que cada parte de ese barco fuera una extinción de su propio cuerpo, unos minutos después el velero se movía con agilidad en medio de la noche con rumbo hacia la isla en la que había pasado los mejores días de mi vida.

— Escapamos; me dijo Víctor y una sonrisa se dibujó en sus labios
— Si de verdad fue un escape, le dije poniéndome de pie y señalando mi atuendo
— estas perfecta
— no, no lo estoy pero voy a estarlo

Me quite la bata y la deje caer al suelo, luego levante el camisón por encima de mis hombros  y lo tire al lado de la bata, la mirada de Víctor se oscureció al instante mientras se acercaba con agilidad para besarme de nueva cuenta.

Desperté cuando los primeros rayos del sol quemaron mi espalda el velero navegaba en medio del mar de manera calmada, sirviéndose de un lado a otro como en un arrullo, Víctor estaba desnudo debajo de mí, su brazo derecho sostenía mi trasero con determinación y su brazo izquierdo me aprisionaba por el cuello enredándose en mis cabellos, levante la mirada, sus ojos seguían cerrados estire mi brazo y comencé a tocar sus cejas, sus mejillas y sus labios con mis dedos una sonrisa se dibujó en su boca en ese momento.  

— Buenos días dormilón… le dije

Sus brazos me rodearon de manera apresurada y antes de darme cuenta su cuerpo me cubría por completo.

— Buenos días hermosa ¿Cómo dormiste?
— Dormir… apenas y cerré los ojos hace un par de horas; no había tenido una noche tan agitada desde que nació mi bebe y no me dejaba pegar el ojo
— pues conmigo así van a ser todas las noches chiquita; me dijo mientras comenzaba a besarme el cuello
— Víctor… estas loquito, de verdad todo esto es una locura
— no es una locura mi amor, es un sueño mi sueño contigo
— y ahora que vamos a hacer
— quiero que conozcas un lugar
— pues espero que sea una playa nudista porque no tengo nada que ponerme
— aunque el espectáculo de verte desnuda es algo que disfruto muchísimo, no, no vamos a una playa nudista, vamos a un hotel
— al mismo al que fuimos hace tiempo
— no a uno mejor ya vas a darte cuenta cuando lleguemos
— necesito ponerme algo encima antes de que lleguemos
— no te preocupes voy a detenerme a comprarte algunas cosas en cuanto lleguemos a Cozumel
— y porque no hemos llegado
— pues detuve el velero anoche no quería que nadie contemplara el espectáculo que estábamos dando por todo el velero
Reí con fuerza mientras el continuaba besándome de manera apasionada – anoche cuando te pedí que fueras por mi pensé que no atenderías mi mensaje
— siempre estoy pendiente de ti de lo que necesites, aunque no te des cuenta
— gracias, gracias por ser tan maravillosos conmigo
Aparcamos en el puerto de Cozumel, yo me quede encerrada en el pequeño camarote mientras Víctor bajo a realizar algunas compras, encendí el teléfono para ver si alguien me estaba buscando tenía muchos mensajes de voz de mi mama y de Francisco en todos me preguntaban como estaba, porque me había ido Francisco me exigía volver, escribí un texto a mi mama, explicándole que estaba bien que por ahora no volvería, que cuidara de Axel, luego apague el teléfono de nueva cuenta, Víctor regreso al velero con varias bolsas de ropa y comida para ambos.

— Espero haber atinado tu taya ahora no tengo tan buen tino como hace 12 años
— Ni yo soy la chica flacucha de entonces, me he descuidado demasiado
— para mi estas hermosa como sea, anda ven vamos a desayunar y ponte algo porque si sigues sin ropa ni vamos a llegar al hotel ni a ninguna parte porque me voy a querer quedar aquí contigo toda la vida

Me vestí con un traje blanco de shorts y blusa strapless y unas sandalias a juego con algo de pedrería, me arregle el cabello en una cola de caballo y me senté a desayunar con el en la proa del velero

— los hot cakes están deliciosos
— sigues con los mismos gustos de comida
— los mismos gustos, diferentes porciones
— de que hablas
— antes comía tres ahora con estas carnes que tengo me acabo el paquete que trajiste
— porque estas traumada con tu apariencia
— no lo sé, nunca me había vuelto a sentir linda
— pues yo me voy a encargar de repetirte cada día lo hermosa que eres para que no lo olvides

Después de desayunar, Victor tomo rumbo hacia la isla de Holbox, pensé que nos quedaríamos en el mismo hotel pero lo vi pasar de largo por la parte frontal de la isla y seguir por una parte alejada.

— Hacia donde se supone que vamos
— es una sorpresa
— y no me vas a dar una pista
— cuando llegamos te darás cuenta

Víctor navego por un rato cerca de las fronteras de la isla pasamos de largo por el hotel Secrets que estaba en construcción doce años atrás, ahora era una enorme e imponente estructura arquitectónica.

— Pensé que nos quedaríamos ahí
— no, la sorpresa será mejor de lo que esperas ya veras

Cuando volvimos a dar la vuelta pude distinguir una entrada un poco rustica hacia un lugar lleno de vegetación, el velero disminuyo su marcha y pude distinguir un letrero gigante sostenido entre dos enormes copas de árboles que se cruzaban entre sí en el que se distinguían las palabras “Hotel Mujeres”;  conforme nos adentramos pude distinguir un largo sendero con pequeñas construcciones tipo villas alrededor de él.
— qué es esto
— te dije que algún día realizaría el hotel que quería
— pero, pensé que el Secrets era el hotel que se había construido
— y así fue, pero cuando mi padre murió 3 años después me decidí a construir este lugar para mi sorpresa hubo muchos inversionistas interesados y pues aquí está hecho realidad
— wow Víctor me siento tan orgullosa de ti
—  ven vamos tienes que verlo por dentro te va a encantar

El recibidor era la villa principal aunque por fuera parecía una simple choza por dentro estaba equipada con todos los lujos y las comodidades de un hotel de cinco estrellas, la recepcionista recibió a Víctor con una enorme sonrisa.

— Buenas tardes señor García, un gusto tenerlo de nueva cuenta en Villa Mujeres
— muchas gracias Alondra
— Cuanto tiempo se va a quedar con nosotros esta vez
— el resto del fin de semana Alondra
— la villa de siempre
— no Alondra, llego el día
— de verdad señor
— de verdad, esta señorita de aquí es mi futura esposa la Sria. Myriam
— Claro me lo supuse
— está todo listo
— como usted ordena la Villa se manda arreglar una vez a la semana el día de ayer precisamente acaba de ser arreglada
— excelente entonces vamos para haya

Caminamos siguiendo a la mujer hasta el pórtico donde nos esperaba un hombre en un pequeño carro de golf quien saludo a Víctor amablemente y nos pidió abordar tras el.

— que es todo esto… le dije a Víctor un poco sorprendía
— esto es mi sueño, bueno una parte tu siempre vas a ser la otra
— eso es muy lindo, pero porque tanto misterio
— Cuando construí este hotel decidí que tenía que tener el nombre de algo que inspirara que fuera sinónimo de creación de fortaleza de regeneración
— por eso lo llamaste Villa Mujeres
— exactamente, cada una de estas villas tiene el nombre de una mujer importante, Frida Kahlo, Maria Izquierdo, Carmen Mondragon y bueno algunas mujeres que no son importantes mas que para mi, hay un villa con el nombre de mi abuela y una con el de mi madre.
— eso es muy lindo Víctor, y Adriana tiene una Villa aquí
— si me preguntas si Nombre una villa como una de mis ex novias la verdad es que no aunque Adriana es una de mis inversoras y ella nombre una de las villas que hay
— ha ok
— aun no entiendes hacia dónde es que nos dirigimos
— la verdad no
— Myriam tú fuiste mi inspiración para crear este lugar, cuando inicie el proyecto decidí  que construiría aquí un lugar en el que ambos pudiéramos ser felices y recordar el poco tiempo que habíamos pasado juntos
— hem…no entiendo de verdad
— Bienvenida a la Villa Myriam

El lugar era una villa a todo lujo una construcción de madera y algo parecido a concreto que supuse seria algún material reciclable, había un porche a todo lujo con dos ventanales de madera enormes en color marrón los cuales hacían juego con las tejas del techo. Bajamos del carrito y me quede inmutada en la entrada.

— Víctor esto es espectacular
— y espera a que la veas por dentro, tiene dos habitaciones la principal por supuesto con un baño vestidor enorme que por supuesto tiene un jacuzzi, la segunda es más pequeña pero igual cuenta con todas las comodidades hay un estudio, un comedor y un desayunador en el balcón con vista al mar, tiene una pequeña piscina en la parte trasera te encantara.  
— Víctor rentar esto debe costar una fortuna
— Myriam esta villa no se renta, jamás se ha hecho; construí este lugar para nosotros y estaba esperando por ti para poder usarlo.

Quería gritarle a ese hombre maravilloso, que lo amaba que esta vida con él era una locura y aun así estaba dispuesta a arriesgarme, pero no puede hacer más que correr a sus brazos y besarlo con todas las ansias del mundo; Dios amaba a ese hombre con todo mi corazón y eso no cambiaría nunca.

Varias horas después reposaba en la piscina trasera aferrada a los brazos de Víctor y contemplando el mar frente a mí.

— Si alguien me hubiese dicho la semana pasada que estaría aquí ni siquiera lo habría pensado
— Ves tu vida conmigo será así de impredecible siempre
— Víctor este fin de semana es una locura y quisiera que no terminara nunca pero yo tengo cosas que arreglar, tengo un hijo
— lo se mi vida, lo sé y créeme que no me importa yo voy a querer a ese niño por el solo hecho de que es parte de ti
— Yo lo se Víctor y te amo más por eso pero tengo que volver arreglar las cosas con Francisco
— No tienes que volver a verlo, mis abogados se pueden arreglar con el del modo en que decida no necesitas pedirle nada puede quedarse con todo lo que tienen
— No es eso Víctor, yo… yo me equivoque al salir del modo en que lo hice; déjame arreglar a mí las cosas con el
— No se Myriam, me da miedo que te vayas y algo te haga cambiar de opinión
— Nada, me ara cambiar lo que siento por ti; le dije mientras tomaba su rostro para besarlo
— ok entonces cúmpleme un deseo antes de todo esto
— lo que quieras amor
— como te dije este hotel es totalmente ecológico produce su propia energía, purifica su propia agua, por esa razón el hotel está abierto por 4 meses y después cierra 4 más y así sucesivamente
— wow y eso no te hace perder clientes
— al contrario las villas se separan con muchos meses justo ahora tenemos dos años completos de huéspedes apartados
— y que hacen durante los 4 meses que no trabajan
— pues los empleados permanecen en las villas se encargan de reordenar todo, de asegurar la limpieza del lugar, la recolección de agua la generación de energía y bueno todo lo necesario
— y tu que haces
— pues bueno este no es mi único negocio, yo tengo que atender el resto de las empresas del consorcio, pero; recalco con un tono cómico
— siempre hay un pero
— claro, pero esta vez te conviene
— haber te escucho
— voy a tomar vacaciones, participando en una especie de rally con el velero por todo el continente
— ¿Qué? Le respondí con sorpresa
— voy a navegar en el velero por cuatro meses y quiero que vengas conmigo
— ¿cuatro meses? ¿En el velero?
— si, podemos detenernos algunas veces conocer lugares, no me importa ganar solo me encantaría pasear contigo por el continente
— estás loco de remate y que hago con mi hijo
— Myri no quiero ser egoísta ni mucho menos te lo dije quiero a tu hijo por el solo hecho de que es una parte de ti, pero la mayoría de los padres tienen 9 meses para prepararse en compartir a su mujer yo solo te estoy pidiendo 4, 4 para estar juntos solos ser una pareja y después de eso te prometo que compraremos la casa más grande que quieras, llevaremos a tu hijo al mejor colegio del mundo, le compraremos un perro y te prometo por lo más sagrado que tengo que eres tú que voy a amarlo como si yo mismo lo hubiera engendrado y voy a tratar de ser el mejor padre para el
— él ya tiene un padre; le interrumpí
— lo sé, lo sé, no quise decir eso, no voy a ser su padre puedo ser su amigo su compañero lo que sea pero quiero ser un gran ejemplo para ese niño para que tu estés orgullosa de mi y estés segura de que lo amo
— Victor me estas pidiendo que deje de verlo cuatro meses, esto fue un fin de semana pero eso es demasiado
— no tienes que dejar de verlo, contrataremos el mejor servicio lo más alto en tecnología para que puedas hablar con el diariamente desde el velero y podemos llevarlo a cualquier parte que estemos cuando llegamos a tierra solo serán 4 meses te lo prometo
— no lo sé Víctor es solo que no había pensado en esas cosas
— y entonces que planeabas que sucediera después de este fin de semana, ibas a regresar a tu casa como sin nada a vivir con tu marido de regreso
— no claro que no…y el divorcio y el resto de las cosas
— Myriam mis abogados le van a ofrecer el mejor de los tratos no va a poder rechazarlo le daremos lo que pida y como pida sin inconvenientes te lo prometo el divorcio se arreglara en un par de semanas a lo mucho
— y yo no voy a estar aquí cuando eso pase
— no tienes que verlo de nuevo nunca
— no tengo que verlo o no quieres que lo vea; le respondí seria
— Myriam; ¿quieres poner esto en mi contra? ¿Quieres que peleemos?
— tal vez si, tal vez quiero discutir contigo y es que todo esto que me dices es una locura nos hemos visto dos veces en la vida y ahora quieres que me divorcie que me vaya contigo en un bote que deje a mi hijo
— no pongas las cosas de ese modo porque no es así
— Víctor entiende esto suena disparatado para mi
— porque, porque razón te parece imposible amar a alguien a quien nos has visto en años porque te parece tan ilógico todo lo que te pido, pero no te lo pareció cuando me llamaste desesperada para que te rescatara
— tal vez estaba aburrida, tal vez estoy cometiendo un error
— Myriam tú me amas,  por más estúpido o ilógico que suene en tu cabeza tú me amas y yo te amor a ti y no sé si eso es una cosa del destino, del tiempo del Dios o del demonio pero solo contigo he, sentido esto que siento ahora,  solo contigo me he sentido de este modo; me dijo acercándose para sujetarme en sus brazos — y esto no puede ser una mentira… me dijo antes de besarme con vehemencia.

Varias horas después reposaba en el pecho desnuado de Víctor mirando hacia el horizonte.

— solo 4 meses; dije sonriente
— solo 4 meses; respondió Víctor con anticipación
— y moveríamos al niños a ese lugar cada vez que nos detengamos en tierra para que yo pueda verlo
— por supuesto mi amor en jet en avión en helicóptero en lo que sea pero lo llevare contigo
— y además voy a verlo en la computadora todos los días
— todos y cada uno; dijo sonriente
— ok… dije ocultando una sonrisa
— ok, en serio ok…
— esta bien iré contigo a ese viaje
Víctor giro en la cama dejándome debajo de él y comenzó a besarme el cuello con ansia – tranquilo pensé que ya estabas cansado
— acabas de revivir mi ánimo bebe
— Me muero y estoy en el cielo… le dije con una sonrisa pícara en el rostro
— Y esto apenas comienza; me respondió alzando las cejas de forma comica
Rodamos por el colchón; hechos una marañas de piernas y brazios. Por donde me tocaba iba dejando estelas de fuego. El olor natural de su piel se convirtió de inmediato en un embriagador afrodisíaco que espoleó mi deseo hasta la locura.
— Eres guapísima, Myriam… Me plantó una mano en un pecho y a continuación empezó a comerme el pezón.

Grité al sentir aquel calor abrasador y el azote de su lengua, notando cómo me tensaba en lo más íntimo con cada suave lametón. Deslizaba mis codiciosas manos por su piel húmeda de sudor, acariciando y apretando, buscando los puntos que le hacían aullar y gemir. Entrelacé mis piernas con las suyas para intentar darle la vuelta, pero pesaba demasiado y era demasiado fuerte. Levantó la cabeza y me sonrió.

— quiero que te des cuenta lo maravillado que me siento por lo que acabas de aceptar hacer
— Víctor

Me besó profundamente, lamiéndome la boca de aquella forma tan suya. Pensé que podría conseguir que me corriera con un simple beso, si ambos le dedicábamos el tiempo suficiente. Todo en él me excitaba, desde cómo le veía y le sentía yo bajo mis manos hasta la forma en que me miraba y me tocaba. Lo que codiciosa y calladamente exigía de mi cuerpo, la intensidad con que me daba placer y obtenía el suyo a cambio, me volvía loca.

Pasé las manos por su sedoso pelo la firmeza de su pecho me atormentaba los pezones erectos, y el contacto de su cuerpo, duro como una piedra, con el mío bastaba para ponerme húmeda y anhelante de nueva cuenta.

— Me encanta tu cuerpo… susurró, desplazando los labios desde mi mejilla hasta la garganta. Con una mano me acariciaba el torso desde el pecho a la cadera. No tienes idea de cuantas noches he soñado con él.
— Con el antiguo o con el nuevo, son un poco diferentes… me burle
— ambos son perfectos para mí, creo que nunca podré saciarme de ti Myriam… Mordisqueando y lamiéndome el hombro, descendió hasta cogerme el otro pezón entre los dientes. Tiró de él, y el pequeño ramalazo de dolor hizo que se me arqueara la espalda con un tenue grito. Nunca he deseado a nadie tanto como a ti.
— ni siquiera teniéndome cuatro meses encerrada en un bote
— ni siquiera entonces
— ¡Házmelo, otra vez entonces!
— Todavía no… murmuró, deslizándose hacia abajo, rodeándome el ombligo con su lengua…quiero que sientas mi gratitud.
— ¡Qué! ¡Oh, Dios!... No tienes que hacerlo le dije mientr5as le tiraba del pelo, intentando que subiera. Víctor me cogió de las muñecas y me las sujetó contra el colchón.
— No tengo que… quiero hacerlo
Sentí un violento estremecimiento de excitación. Entonces volvió a deslizarse hacia abajo y me tensé.  — No tienes que hacer eso Víctor de verdad
— ¿Crees que tengo un sentimiento hacia tu cuerpo diferente del que tienes tú hacia el mío?, me cuestiono con molestia en su voz…Te deseo, Myriam, te deseo muchísimo.

Me lamí los labios resecos, tan sumamente enardecida por su deseo animal que no pude articular palabra. Gruñó suavemente y se sumergió en busca de la carne resbaladiza de entre mis piernas. Me introdujo la lengua, lamiendo y separando los sensibles pliegues. Mis caderas se agitaban nerviosas; mi cuerpo, en silencio, pedía más. Era una sensación tan increíble que podría haber llorado.

— ¡Por Dios Myriam! Llevo deseando hacer esto desde el día que volví a verte.

Mientras la suavidad aterciopelada de su lengua vibraba sobre mi clítoris hinchado, yo hincaba la cabeza en la almohada.

—Sí, Así, solo tú sabes cómo hacerlo Víctor, así… justo así…

Lo hizo, succionando de la manera más delicada y con un lametón enérgico. Me retorcía con las sacudidas del orgasmo, tensándome en lo más íntimo, temblándome las extremidades. Me clavó la lengua en el sexo mientras se convulsionaba, estremeciéndose con aquella penetración superficial, queriendo que entrara más adentro. Sus gemidos vibraban contra mi carne inflamada, haciendo que el clímax se prolongara. Y Víctor no se detuvo. Rodeó la trémula entrada de mi cuerpo con la punta de la lengua y empezó a lamer mi clítoris palpitante hasta que me aceleré otra vez. Me introdujo dos dedos que se retorcían y me acariciaban. Estaba tan sensible que me revolvía contra las embestidas. Cuando acercó los labios a mi clítoris y empezó a lamerme con movimientos rítmicos y regulares, volví a correrme, gritando con voz ronca. Luego me introdujo tres dedos, retorciéndolos y abriéndome.

— No… Sacudí la cabeza de un lado a otro; me ardía y me cosquilleaba cada centímetro de mi piel... No más.
— Una vez más, me convenció con la voz quebrada… Una vez más y después te haré lo que quieras
— No puedo...
— Sí que puedes… Sopló, lanzándome una lenta corriente de aire en mi carne húmeda, y aquel frescor sobre mi enfebrecida piel volvió a despertar las sensibles terminaciones nerviosas…. Me encanta ver cómo te deshaces, Myriam, extrañaba tanto oír los ruidos que haces, cómo se estremece tu cuerpo...

Me masajeó un punto delicado de mi interior y me vino otro orgasmo en forma de lenta y ardiente delicia, no menos devastador, por ser más leve, que los dos anteriores. Noté que su peso y su calor me abandonaban, el colchón se hundió en cuanto volvió a acomodarse, y ahora, con manos rudas, me colocó en el centro de la cama. Se puso encima de mí, sujetándome, colocando los antebrazos por fuera de mis bíceps y apretándolos hacia los lados, apresándome.

Miraba fascinada la austera belleza de su rostro. El deseo le endurecía los rasgos, tensa la piel de los pómulos y la mandíbula. Tenía los ojos tan oscuros y dilatados que se veían mucho más negros que de costumbre, me aferré a la colcha, cada vez más expectante. Se había asegurado de que yo me llevaba lo mío una y otra vez. Ésta era para él…

— Tómame ya… le ordené, desafiándole con los ojos.
—Myriam… Soltó mi nombre al embestirme, hundiéndose hasta el fondo en una única y feroz arremetida.

Di un grito ahogado. Era enorme, dura como una piedra y muy profunda. La conexión era asombrosamente intensa. Emocionalmente. Mentalmente. Hacia tanto que no me sentía tan completamente... tomada. Poseída, el total dominio que Víctor ejercía de mi cuerpo aumentó mi deseo a un nivel exorbitante. Nunca había estado tan lanzada, lo cual parecía una locura después de los últimos dos días, se suponía que debería estar exhausta, pero no me sentía plena completa mi cuerpo lo necesitaba tanto como mis pulmones al aire… Me apreté a él, gozando de la sensación de tenerle dentro, llenándome. Sus caderas se clavaban en las mías, empujaban como diciendo: ¿Me sientes? Estoy dentro de ti. Aun me perteneces y era verdad no importaba cuantos años hubieran pasado, ni cuántos hombres mas hubiera en mi vida seguía siendo suya y solo suya.

Su cuerpo entero se endureció, los músculos del pecho y los brazos se estiraban cuando salía hasta la punta. La rígida tensión de sus abdominales era el único aviso que me daba antes de estrellarse hacia delante. Con fuerza. Grité y su pecho resonó con un sonido profundo y primitivo.


— ¡Dios!... ¡Qué sensación tan increíble!
Agarrándome con más fuerza, empezó a follarme, clavándome las caderas en el colchón con unas embestidas feroces. De nuevo me inundó una oleada de placer, que me penetraba con cada empellón de su cuerpo en el mío. Así, pensé. Así es como te quiero, así es como ha sido siempre y así es como será hasta el día en que ambos muramos, hundió la cara en mi cuello y me sujetó con firmeza, hundiéndose rápidamente y con fuerza, diciendo, con la voz entrecortada, crudas y encendidas palabras de sexo que me volvían loca de deseo.

— Hacia años que no me sentía así, tan duro, tan lleno. Estoy tan dentro de ti...Este sigue siendo mi lugar y tú sigues siendo mía

El hecho de haber aceptado su invitación había liberado al Víctor atrapado el que se contienda para no entregarme todo por miedo a que lo abandonara de nuevo, ahora estaba seguro que me quedaría con el y esta era su manera de demostrármelo; habían pasado más de diez años y seguíamos siendo los mismos, cada moviendo de sus caderas era para provocarme placer en lo más íntimo y sensible. Emití un tenue sonido de desvalimiento y su boca se posó sobre la mía. Le deseaba desesperadamente, le clavaba las uñas en sus bombeantes caderas, luchaba con el impulso de mecerme al ritmo de las feroces embestidas.

Estábamos empapados de sudor, la piel caliente y pegajosa, respirando trabajosamente. Cuando en mi interior se avecinó un orgasmo, como una tormenta, todo mi ser se tensó y apretó, exprimiendo. Él maldijo y me metió una mano por debajo de la cadera, agarrándome el trasero y levantándome hacia sus embestidas de manera que la punta de su erección pegaba una y otra vez en el punto que a él gustaba.

— Termina Myriam, termina para mí, llegamos juntos Myriam.

Eran las 10 de la mañana y el sol pegaba en mi rostro pegajoso por el sudor, estire las manos buscando a mi hombre pero la cama estaba vacía; abrí los ojos con calma y pude contemplar la habitación en perfecta calma, me sentía exhausta, me puse de pie y me envolví en la camisa de Víctor que yacía tirada en la alfombra, camine hasta la ducha y comenzó a llenar la bañera, seguramente Víctor habría ido a conseguir el desayuno, encontré un vestido holgado de tirantes color carmín y pensé en usarlo mientras lo tomaba del closet encontré mi bolso arremolinado en una esquina y pensé que sería un buen momento para llamar a casa.

— Hola Ma… ¿Cómo estás?
— Myriam, bendito dios hasta que apareces te hemos intentado localizar por todas partes
— Ma, tranquila te mande mensajes además ya no soy una niña
— Pues pareces serlo eres una irresponsable mira que irte de esa manera en un momento así
— Ma en que momento, mejor tranquilízate y dime como esta Axel quiero hablar con el pásamelo
— precisamente por eso te estamos intentando buscar Axel tuvo una accidente.

La sangre cayo a mis talones como un balde de agua fría que me despertó del sueño en el que había estado encerrada los pasados días, Bienvenida a la realidad de regreso y de la manera más cruel; me vestí aprisa con lo primero que tuve a la mano mientras mi madre me contaba que Axel había decidido salir a buscarme y un coche lo había atropellado al cruzar una avenida; me puse los tenis y escribo una nota rápida a Víctor que lance sobre la cama, me detuve en recepción para preguntar una manera rápida de volver a tierra; mi madre seguía al teléfono explicándome en que hospital se encontraban.
— Señorita necesito salir de la isla urgentemente
— Señora García, el señor salió en su velero por un asunto de negocios dijo que si llamaba para buscarlo le pidiera que lo esperar y que el regresaba un poco después de medio día
— No tengo tiempo de esperar  Víctor, ya le deje una nota en la habitación necesito salir de aquí ahora mismo que tengo que hacer
— señorita por favor solo faltan un par de horas para que el señor regrese y
— no entiende; le respondí con desesperación – necesito salir ahora
— ok entonces puedo pedirle a alguno de los chicos que la lleve en una lancha rápida
— por favor, pero ya
— va a dejar usted algún recado para el señor
— Solo dígale que estoy en el Hospital San Carlos que me hijo tuvo un accidente y que tuve que salir de urgencia
— perfecto señora

Los minutos me parecieron horas antes de que pudiera cruzar las puertas del hospital, una chica en recepción me dijo que mi hijo se encontraba en el piso 3; no pude esperar el elevador, subí corriendo hasta cruzar la puerta y ahí estaba acostado en una pequeña cama con un monitor conectado a su brazo; cada bip, de la maquina era como un puñal clavándose en mi corazón;

— ¡¡Mami!! Dijo con alegría y su carita se ilumino al verme
— bebe… le dije mientras avanzaba a prisa y me hincaba a su lado – que te paso mi cielo
— nada mami, estoy bien el doctor dice que me di un golpe en la cabeza pero que soy tan fuerte como hulk así que no me paso nada
— wow; ese es mi niño; le dije con lágrimas en los ojos
— porque lloras mami, ya estoy bien y tu estas aquí
— es que te extrañe mucho mi cielo
— yo también, pero ahora ya no vamos a separarnos verdad
— no mi vida ya no vamos a separarnos; mientras decía esas palabras volví el rostro para toparme con la mirada fría de Francisco sobre mi
— Myriam me acompañas afuera por favor; me dijo con voz cortante
— en un momento quiero estar con el niño
— Eso hubieras pensado hace dos días; respondió mientras me tomaba del brazo y me levantaba – vamos afuera tenemos que hablar
— ahora regreso amor; le dije a mi pequeño mientras lo besaba en la frente

Salí con Francisco hasta la entrada de la habitación en cuanto cruzamos la puerta, me soltó el brazo y me dejo de pie frente a él; me miro de arriba abajo y antes de que pudiera hacer algo su mano se estampo contra mi mejilla provocando un sonido hueco que me obligo a volver la cara y me dejo la piel cosquilleando por el ardor.

— Eres una cualquiera
— Francisco déjame explicarte por favor
— Explicarme, te desaparece por tres días; no respondes el teléfono, provocas el accidente de tu hijo y te apareces ahora vestida como una cualquiera en la puerta del hospital pidiendo perdón y queriendo explicar, ni siquiera debí haberte dejado pasar
— Francisco por favor, interrumpió mi madre saliendo de la habitación, — no es el momento ni el lugar arreglen sus diferencias fuera de aquí
— Discúlpeme suegra pero su hija me saca de mis casillas
— Y tu Myriam, por lo menos ten la decencia de ponerte algo apropiado para el lugar en el que estas

Hasta ese momento me percate que estaba vistiendo uno de los conjuntos que Víctor había comprado para mí, un pequeño shorts en color blanco  y un top en color rosa palo con un blusón blanco transparente encima

— lo siento me puse lo primero que encontré
— y en que prostíbulo estabas; me dijo Francisco de manera despectiva
— Por favor… repitió mi madre — tengan cordura

El doctor pasó a ver a Axel unas horas más tarde; me explico que el coche solo lo había golpeado lateralmente pero que mi pequeño había caído de espaldas y esperaban que no tuviera una contusión en la cabeza y esa era la razón de que pasara la noche en observación pero que todo parecía estar bien y en un par de horas podría llevármelo a casa, había terminado de hablar con el medico cuando mi celular comenzó a timbrar de manera desesperada.

— mi amor ¿Cómo estás? ¿Qué paso? ¿Cómo está tu hijo? Me dijo Víctor de manera desesperada
— Víctor no puedo hablar ahora
— Mi vida voy para haya estaré contigo en una hora más tardar dime que estas bien
— Por favor no vengas
— ¿Por qué?
— No es el mejor momento… yo… yo hablare contigo en cuanto pueda
— Myriam que está pasando
— No puedo hablarte, de verdad no vengas lo siento Víctor

Una lagrima rodo por mi mejilla cuando colgué la llamada, en el fondo de mis corazón sabía que esa podría ser la última vez que hablara con Víctor y que debía ser así. Dos horas más tarde abandonaba la clínica con toda mi familia Francisco empujaba la silla de ruedas con Axel mientras este hablaba como perico acerca de lo que le contaría a sus compañeros de su pasada experiencia, yo caminaba detrás de ellos al lado de mi madre cubierta por su enorme sweater mientras atravesábamos las puertas del hospital, mi padre nos esperaba en la entrada con la camioneta de Francisco estacionada para subir a Axel, cuando estábamos casi en la camioneta mi madre me apretó el brazo de manera espontánea me volví para recriminarla cuando me percate que me estaba pidiendo que volviera la vista, entonces me di cuenta que ahí estaba Víctor de pie con un oso de peluche enorme mirándome como pasmado nuestras miradas se cruzaron y supe que ese era mi momento para desanimarlo de una vez por todas.

—  Francisco, dije mientras daba un paso para acercarme a el
—  que quieres, me respondió de mala gana

Me acerque a él y lo bese cerrando los ojos — Perdóname por favor, le dije muy cerca de los labios — dime que tengo que hacer para que me perdones
— Hablaremos en casa… me dijo serio

Subí al coche con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, Francisco acompaño a mi padre al frente y mi madre y yo viajábamos en la parte trasera con Axel.

—  ¿porque lloras mami? Me dijo Alex contrariado
—  es porque estoy muy contenta de que estas bien mi vida
—  ya nunca vamos a estar separados mami verdad
—  no mi cielo ya nunca vamos a estar separados
—  es lo mejor Myriam, me dijo mi madre tomándome la mano
— lo se

Había pasado una semana evadiendo las llamadas y la búsqueda desesperada de Víctor cuando decidí que necesitaba darle una explicación antes de dar por terminado todo; aproveche mi hora de comida para llegar a la oficina de Víctor no esperaba encontrarlo ahí así que llevaba una carta en la que le explicaba todo lo que sucedía y porque no podía cumplir mi promesa y quedarme con él, cuando atravesé la puerta del enorme edificio un frio recorrió mi cuerpo como si la anticipación de la cercanía de Víctor me alterara los sentidos.

— Buenos días, le dije a la mujer en recepción
— Buenos días, me respondió con amabilidad
— Podría entregarle este sobre al Sr. Víctor García por favor
— Claro, de parte de ¿Quién?
— Soy, Myriam Montemayor; los ojos se le abrieron como platos al mismo tiempo que levantaba el teléfono — Permíteme un segundo por favor
Los nervios comenzaron a recorrer mi espalda mientras la mujer hablaba por teléfono — Señorita solo podría entregar la carta tengo que irme
— No, no por favor espere solo un momento; me dijo la mujer con premura

Di un par de pasos hacia atrás dejando la carta sobre el mostrador al mismo tiempo que el elevador abría sus puertas de par en par y Víctor aparecía con cara de desesperación.

— Myriam por favor no te vayas
Sus palabras me helaron los sentidos y seguí caminando hacia para salir de ahí — lo siento Víctor no tengo nada que hablar contigo, te deje una carta
— Y así de fácil me dejas una carta y te vas, dijo tomándome del brazo
— Lo siento Víctor de verdad lo siento, perdóname, te lo explico ahí todo por favor déjame ir
— ¿lo amas?
— es el padre de mi hijo
— esa no fue mi pregunta, dije que si lo amas
— Si… lo amo y a mi hijo igual, ya… ya lo pensé bien perdón por haberte ilusionado así
Mientras decía esas palabras sus manos soltaron mis brazos y dio un paso hacia atrás — No quiero leer tu carta; dijo mientras la tomaba del mostrador — toma llévatela
— Lo siento Víctor de verdad perdóname por hacerte esto
— No, no… no tienes que explicarme nada; he si después necesitas algo puedes venir aquí siempre encontraras alguien que te ayude en lo que sea que requieras
—  Gracias… pero y tu
—  mañana parto al viaje del que te hable voy a estar fuera por algunos meses, tal vez más tiempo ahora no lo sé yo solo vine a dejar todo arreglado
— Buena suerte en tu viaje entonces
— Adiós Myriam
— Adiós Víctor

Esa noche no logre conciliar el sueño, por un lado Francisco apenas y me había perdonado las cosas entre nosotros estaban peor que antes pero mi hijo era feliz teniendo a su familia unida y por otro lado yo amaba a Víctor con desesperación del tal forma que a su lado de faltaba el aliento, estaba en la sala observando las estrellas por la ventana y leyendo la carta que se había negado a recibir.

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Me hubiera gustado que él tuviera esa carta, el merecía leerla, el merecía saber que lo amo a pesar de todo a pesar de la vida que he elegido, a pesar de no poder estar a su lado, pero ni siquiera de eso me había dado oportunidad, no quería saber de mí y lo entendía por completo; me quede en el sofá mirando hacia la ventana por no sé cuántas horas; en algún momento durante esa noche y mis lágrimas me quede dormida, cuando desperté los rayos del sol me daban fuerte en la cara y no había rastros de Axel o Francisco en la casa, volví mis ojos a la mesita de centro y el reloj marcaba las 9:30 demonios era tardísimo, corrí a la ducha y salí en tiempo record, cuando cerraba la puerta para salir de la casa un hombre me detuvo.

—  Es usted la señora Myriam Montemayor
—  Si,dígame en que puedo servirlo
—  Tenemos un paquete para usted podría firmar aquí; dijo entregándome un folder
—  ¿Quién lo envía? Pregunte mientras firmaba
—  No tengo idea señora solo me enviaron a dejarlo

Reabrí la puerta de la casa y dos enormes cajas fueron colocadas en la sala, era muy tarde para mí llegada a la oficina pero no quería quedarme con la duda de lo que había en esos paquetes así que fue a la cocina por un cuchillo y rompí los sellos de la primera, la ropa que Víctor había comprado para mí el fin de semana estaba ahí y no solo esa muchísima ropa más, bolsas, zapatos, accesorios, abrí la otra caja de manera despresada exactamente lo mismo que la anterior; que demonios había hecho Víctor, guarde todo de regreso en la caja y encontré un sobre enorme con algo dentro; lo abrí apresuradamente; dentro había una nota escrita por él.

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Dentro del sobre había algo más aparte de la nota una pequeña cajita de terciopelo negro, mi corazón se paralizo en cuanto la abrí, un anillo de compromiso de platino con un enorme diamante en el centro, las lágrimas rodaron por mi mejilla de manera instantánea, saque el anillo de la caja y lo sostuve entre mis dedos dentro había una inscripción sencilla solo decía “Te amo”. Mi corazón comenzó a latir de manera desbocada cerré la puerta de la casa mientras corría para conseguir un taxi, apenas llegue a la avenida un hombre se detuvo supongo que por mi cara de preocupación, las palabras salieron de mi boca sin pensarlo.

—  ¿A dónde la llevo mi señora?
—  Necesito ir puerto lo más rápido que pueda por favor; dije casi gritando

Los minutos transcurrían como lastres mientras nos internábamos más y más en el tráfico, no llegaría a tiempo, no lo aria, las lágrimas rodaban en mi mejilla y el anillo ocupaba mi dedo anular, faltando algunas cuadras el hombre se detuvo por un choque así que le lanza el dinero y comenzó a correr hasta llegar al muelle, me quite los zapatos  y atravesé entre el grupo de gente que se arremolinaba para tomar el ferri; en ese lugar nos habíamos conocido, llegue hasta la orilla y pude ver el barco de Victor alejarse en medio del mar.

FIN
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Mensaje  Eva Robles Miér Oct 12, 2016 5:59 pm

Muchas gracias por comparti esta historia

Eva Robles
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