PECADO MORTAL...
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PECADO MORTAL...
Hey!!! aqui les traigo una novelita de banshee_pau q me la paso una amiga de este forito y es una de sus favoritas...
CAP. 1.
1 de Octubre de 1975. Tampico, Tamaulipas.
El nacimiento de un niño siempre es motivo de alegría y la llegada a la familia García Pérez de su primogénito no era la excepción, a no ser porque la Sra. Juana Pérez de García era declarada muerta tras desangrarse en la sala de expulsión después de 14 horas de trabajo de parto. El Sr. Víctor García lo presenció todo y pasó de la enorme dicha de ver nacer a su pequeño hijo varón, a la total desesperación de sentir que su amada esposa Juana le regalaba su vida al hijo que con tanto amor habían concebido y con tanta ilusión habían esperado. Supo que se acercaba el fin cuando una enfermera sacó de la sala al recién nacido y los doctores corrían de un lado a otro con la ropa llena de la sangre de su mujer; sentía que todo sucedía en cámara lenta: su mujer pujando, el llanto del pequeño y después el caos… Las palabras agonizantes de su mujer lo sacaron del trance...
Sra. J: Mi amor, nuestro hijo ya está aquí.
Sr. V: no digas nada Juanita.
Sra. J: tengo que hablar Víctor, se que me voy a morir.
Sr. V: no, no, no. Vas a estar bien, tienes que estar bien para cuidar a nuestro hijo.
Sra. J: Víctor mi amor, escúchame por favor.
Don Víctor sólo tomó fuertemente la mano de su mujer.
Sra. J: quiero darte las gracias por regalarme la oportunidad de ser madre.
Sr. V: (llorando): no sigas mi amor.
Sra. J: Déjame hablar, he sido muy feliz a tu lado Víctor y antes de irme quiero pedirte algo, quiero que ames a nuestro hijo como al tesoro más preciado, que lo cuides y lo protejas cada momento de su vida.
Sr. V: Juanita, mi Juanita, no hables así. Tú te vas a poner bien y vas a estar ahí para verlo crecer, para amarlo y para que juntos hagamos de él un hombre de bien.
Sra. J: Víctor, quiero que nuestro hijo lleve tu nombre y que lo enseñes a ser un gran hombre como lo has sido tú... Era inútil negarse a la realidad que tenía frente a sus ojos, Don Víctor sabía que con cada palabra se le estaba yendo la vida a su mujer y antes de que todo terminara, necesitaba hacerle saber lo que significaba ella en su vida...
Sr. V: Mi vida, quiero que sepas que conocerte y poder compartir mi vida contigo, es lo mejor que me pudo haber pasado. Gracias por el regalo tan maravilloso que es nuestro hijo, te juro que voy a vivir para él, para hacerlo feliz y te prometo también que siempre vivirás en nuestra mente y en nuestro corazón. Te amo Juanita, siempre te voy a amar.
Sra. J: también quiero que me prometas que no te vas a quedar solo, que vas a buscar a una mujer. Don Víctor la interrumpió
Sr. V: una mujer, no mi cielo, tú serás la única en mi vida.
Sra. J: sshhh, Víctor va a necesitar una madre y tú vas a necesitar una mujer que te cuide y que te ayude a criar a nuestro hijo, búscala y sean felices siempre. Cuando nuestro hijo crezca, dile que fue el regalo más hermoso que me pudo dar la vida. Al terminar de decir aquellas palabras, sus signos vitales empezaron a descender, los latidos de su corazón se escuchaban cada vez más espaciados y ni las súplicas a los médicos y a Dios mismo del señor García pudieron hacer nada.
Dr.: Hora de la muerte, 3:40. Salga por favor señor García.
Esas palabras derrumbaron su mundo, todos los planes a futuro que había hecho para él y su familia ahora se resumían en darle sepultura al amor de su vida y en enfrentar la vida con su hijo recién nacido. Desconsolado caminó hasta los cuneros y ahí vio a su pequeño, tan sano y tan lleno de vida que hasta logró arrancarle una sonrisa a su apesadumbrado rostro. Se fijó en él, en la inocencia que había en su pequeño cuerpecito, en lo ajeno que se encontraba de las desgracias del mundo y del dolor de haber perdido a su madre sin poder sentir el calor de su regazo. La enfermera lo observaba mirar a su hijo, así que le prestó un cubrebocas y le permitió pasar a los cuneros, le entregó al pequeño en brazos y lo dejó a solas.
Sr. V: hijito, mi hijito. Comenzó a llorar desconsoladamente y el pequeño sólo lo tomaba fuertemente de un dedo como si intentara reconfortarlo... tal y como quería tu mamá, te vas a llamar Víctor, Víctor Alejandro García Pérez y te juro que voy a luchar cada día de mi vida por hacerte feliz… Los días siguieron su curso, después del funeral, a Don Víctor no le quedó otro remedio mas que regresar a su casa con su pequeño hijo, el primer mes, recibió el apoyo de todos, pero una vez que habían olvidado la desgracia, los dejaron solos… El pequeño Víctor crecía un poco cada día y con tan solo un mes de nacido, era tan sano y fuerte como siempre lo había sido su padre… Don Víctor vivía sumido en una terrible depresión, había dejado de ir a trabajar, aunque su empresa ganadera caminaba por sí sola y se la pasaba en su habitación recordando a Juanita, su gran amor, sabía que a ella no le gustaría verlo así, pero era inevitable querer morir para ir con ella. Una tarde cuando Víctor tenía ya casi 7 meses, Don Víctor seguía ahí, recordándola, cuando de repente escuchó un fuerte golpe en el piso e inmediatamente el llanto de su hijo. Se levantó corriendo hacia la habitación del pequeño y lo encontró tirado en el piso, lo había dejado en un sillón y por su descuido el niño había caído al piso; lo llevó al hospital, afortunadamente nada estaba mal, pero fue como una señal que le decía que debía seguir adelante, por él y por su hijo…
Decidió que se cambiarían de casa, no podía seguir en un lugar donde todo le recordaba a su esposa muerta, decidió también que se iría a otro estado, donde no lo conocieran y no lo miraran con lástima al salir a la calle solo con el pequeño Víctor. Su empresa era muy exitosa, así que sería una buena oportunidad para expandirse e iniciar una nueva vida junto con su hijo. Y así fue, la casa se vendió y decidió mudarse a la ciudad de Monterrey, ahí el destino les tenía muchas sorpresas reservadas a él y a su hijo. Para echar a andar su nueva empresa empacadora de frutas, contrató a mucha gente y su llegada a la ciudad había sido muy bien acogida, sin embargo el puesto de secretaria no había sido ocupado. Un día una mujer llegó a su oficina dispuesta a conseguir el puesto…
Ref.: Buenos días señor, vengo por el puesto de secretaria que anuncian en el periódico…
Sr. V: buenos días señorita, siéntese por favor. Puedo ver su currículum…
Ref.: claro que sí, aquí tiene.
Sr. V: vaya srita…
Ref.: Refugio, Refugio Cruz a sus órdenes.
Sr. V: Srita. Refugio, Víctor García a sus órdenes también. Veo que ha trabajado usted en empresas importantes de aquí de MTY. Después de una larga entrevista de trabajo… bueno srita., pues el puesto es suyo, creo que está más que capacitada…
Ref: gracias señor García…
Sr. V: sólo debo advertirle algo, habrá ocasiones en las que yo me ausente por unos días de la oficina y dejaré todo en sus manos, así que en lugar de secretaria será mi asistente personal…
Ref: sí señor, no se preocupe, no le voy a fallar…
Sr. V: creo que también debe saber la razón de mis ausencias… Tengo un hijo de 7 meses de edad y su madre murió en el parto.
Ref: lo siento mucho señor…
Sr. V: como comprenderá, no es fácil para un hombre solo hacerse cargo de un bebé, así que aunque tiene una nana, prefiero estar yo mismo al pendiente de él…
Ref: está bien señor, no se preocupe…
Las semanas pasaron, hacía ya casi un mes que Refugio Cruz trabajaba con el señor Víctor García y las cosas parecían marchar mucho mejor que antes, incluso el señor García ya no se ausentaba del trabajo porque ahora llevaba al pequeño Víctor Alejandro a la oficina y Refugio estaba feliz de poder ayudarle a cuidarlo; sin embargo, el cuidado de Víctor no era nada fácil, cuando se enfermaba o lloraba sin parar en las noches, Don Víctor añoraba la presencia de su mujer y recordaba sus últimas palabras: “Víctor va a necesitar una madre y tú vas a necesitar una mujer que te cuide y que te ayude a criar a nuestro hijo...” Una madrugada cuando el pequeño ya contaba con 9 meses de edad algo parecía estar mal, lloraba sin parar y nada parecía consolarlo, de repente Don Víctor tocó su frente y se dio cuenta que ardía en temperatura; como no le gustaba la servidumbre sólo estaban contratadas por la mañana así que no tenía nadie a quién acudir. Refugio Cruz dormía en la pequeña casita que rentaba, cuando el sonido del teléfono la despertó sobresaltada.
Ref: bueno…
Sr. V: Refugio, soy yo. Refugio reconoció inmediatamente la voz de su jefe y escuchaba el llanto del pequeño al otro lado…
Ref: (asustada) Sr. Víctor, pasa algo…
Sr. V: perdóneme que la moleste a esta hora, pero es que no sé qué hacer, el niño está llorando y parece ser que tiene mucha calentura…
Ref: pues yo creo que hay que llevarlo al hospital, si quiere yo puedo acompañarlo…
Sr. V: sí Refugio se lo voy a agradecer mucho, paso por usted en 10 minutos… La casa de Refugio estaba muy cerca de la de Don Víctor, así que pasó por ella y juntos llevaron al bebé al hospital, incluso a ella la confundieron con la madre del pequeño, y ella quería tanto a Víctor que su angustia en verdad parecía la de una madre. Una fuerte infección era la causa de la enfermedad del niño y tras permanecer dos días en observación, ya era el mismo pingo de siempre, el mismo que era el tesoro más grande de su padre y la adoración de Refugio Cruz, la mujer que se había convertido además de en la mano derecha de Don Víctor, en un apoyo muy grande para él.
Ref: (traía al bebé en los brazos y él le jalaba los aretes) ay señor, gracias a Dios su hijo ya está bien, mírelo, ya está de travieso…
Sr. V: Refugio, no sé qué hubiera hecho sin usted… La relación entre ellos seguía prosperando, comenzaron a hablarse de tú cuando días después el pequeño en su tremenda inocencia la llamó mamá y a ella se le inundaron los ojos en lágrimas porque en realidad desde que habían llegado a Monterrey, ella había desempeñado brillantemente ese papel en la vida del bebé, incluso cuando cumplió su primer añito y Don Víctor decidió llevarlo a la playa de Tampico, tuvo que llevar a Refugio también porque el niño no podía separarse de ella. Fueron las vacaciones perfectas, parecían una verdadera familia y Refugio se sentía plena de poder pasar como la madre del niño pero también como la esposa de ese hombre maravilloso que había enfrentado a la vida con un recién nacido en brazos y del que se había enamorado casi sin darse cuenta…
8 de Febrero de 1981. Monterrey, Nuevo León.
El día tan esperado por todos llegó, después de haber pasado una noche entera con ligeras aunque continuas contracciones, Refugio se bañaba con la ayuda de Don Víctor para dirigirse al hospital donde nacería su bebé y fue justo de camino cuando se le rompió la fuente. Dos horas más tarde y con la presencia de Don Víctor en la sala de expulsión, Refugio pujaba fuerte para traer al mundo a su hijo, para él no era nada fácil estar ahí porque recordaba la trágica escena del nacimiento de Víctor, pero cuando escuchó el llanto del bebé y la voz agitada pero feliz de Refugio diciéndole que ya su hijo estaba ahí, supo que todo estaría bien.
Sr. V: doctor, cómo está…
Dr.: felicidades Sr. y Sra. García, tienen ustedes una preciosa niña…
Ref: tu niña Víctor, tu niña…
Sr. V: cómo está mi esposa…
Dr.: no se preocupe, ella estará bien, sólo necesita descansar, Las dos están perfectamente. Cuando se la entregaron en los brazos a Refugio, no dudaron que era la niña más hermosa del mundo, era pequeñita y a pesar de su cortísima edad tenía sus enormes y preciosos ojos abiertos y mientras le hablaban y le daban todas sus bendiciones los miraba como inspeccionándolos.
Sr. V: mírala mi amor, es preciosa…
Ref: sí, cárgala… Don Víctor la tomó entre sus brazos y la miró de nuevo, era igualita a Refugio pero exageradamente blanca, contrastando con la piel morenita de su hijo mayor…
Sr. V: es igualita a ti mi amor, no se parece nada a mí ni a Víctor cuando nació… Refugio pareció evadir el comentario… Dos días después salían del hospital con la pequeñita en brazos de su madre, Don Víctor no se cansaba de mirar a su niña y Refugio ansiaba llegar a casa para enseñarle al pequeño Víctor a su hermanita…
Ref: mi amor, ya quiero llegar a la casa para que Víctor la vea…
Sr. V: cuando le dije que había sido una niña se decepcionó un poco y su reacción al verla me tiene un poco preocupado…
Ref: no te preocupes, yo creo que va a estar muy contento, además mi niño es el más noble del mundo… Amor, y aun no hemos decidido cómo vamos a llamarla…
Sr. V: pues yo Cuquita he pensado en un nombre, pero no sé si estés de acuerdo, me gustaría que se llamara Myriam…
Ref: Myriam ay, me gusta mucho. Miró a la bebé que venía bien dormidita en su regazo, la alzó un poco, le besó la frente y le dijo… mi tesoro, te vas a llamar Myriam, te gusta tu nombre mi amor… Cuando estacionaron el auto, el pequeño Víctor miraba por la ventana de su habitación, como no queriendo perder detalle, pero para cuando abrieron la puerta, él ya estaba en el recibidor esperándolos; la niña venía en su bambineto y Víctor se mostraba ansioso… hola mi cielo, te extrañé mucho…
Vico: (abrazándola) hola mamita, yo también a ti…
Ref: cómo te portaste…
Vico: ehhhh, bien mami… Se acercó al bambineto que venía cargando su padre y miró con un poco de recelo al interior, él esperaba un niño con quien jugar luchitas...
Sr. V: (sacando a la bebé de su bambineto) mira hijo, esta es tu hermanita… Víctor la miró unos segundos y pasó de la desilusión a la total euforia...
Vico: (sonreía y se le hacían sus pocitos en las mejillas) wow papá, ella es…
Sr. V: sí hijo, qué te parece…El pequeño Víctor le sonreía a Myriam, quien lloraba porque la habían despertado y porque ya era hora de comer…
Vico: mamita, cómo se llama…
Ref: Myriam hijo, se llama Myriam…
Vico: hola Myriam, soy Víctor, tu hermano... Al escuchar la voz, la bebé dejó de llorar y escuchó atenta las palabras de su hermano mayor, quien no podía sentirse más feliz por la llegada de la pequeña a la casa… Conforme los días se convirtieron en meses, todos en la familia García se acoplaron a la presencia de la nueva miembro de la familia, Don Víctor era un padre orgulloso, Refugio era una gran ama de casa y madre de los dos niños, Myriam estaba creciendo sana y preciosa y Víctor era el hermano más feliz del mundo, tanto que para su cumpleaños número 6, en lugar de jugar en su fiesta, se dedicó a presumirles a sus amiguitos a su hermanita de 8 meses de edad.
Cuando Myriam cumplió un añito organizaron el bautizo, una tarde antes Refugio había platicado mucho con el Padre acerca de la llegada de su esposo y de Víctor a su vida y especialmente del nacimiento de Myriam, quien había llegado cuando su matrimonio estaba en peligro, pero ahora eran muy felices; lloró largamente al recordar los momentos difíciles, pero también de la felicidad que ahora embargaba su vida. El día del bautizo cuando Refugio entró a darle su biberón a Myriam ella ya estaba despierta parada dentro de su cunita detenida de los barrotes, pero no estaba sola porque su hermano mayor la acompañaba de pie junto a la cuna mientras ella estiraba su manita para acariciarle las cejas a su hermano al tiempo que le sonreía mostrándole los 4 dientes que ya le habían salido. La niña balbuceaba y gritaba emocionada ante los juegos y las caras que le hacía Víctor, cuando de repente…
Myri: ba, ba, ba... Vico… Refugio entró corriendo a la habitación, Myriam había llamado Vico a su hermanito y el niño también parecía feliz...
Vico: mamita, mamita, oíste, verdad que me dijo Vico…
Ref: sí tesoro, sí te dijo…
Vico: (hablándole a Myriam): te quiero mucho bebé… Refugio cargó a su hija y la acercó para que le diera un besito a su hermano, sin duda alguna Myriam y Víctor tenían un lazo muy especial que se fortalecería con los años… Conforme Myriam fue creciendo los hermanos parecían no querer separarse nunca, Víctor efectivamente le enseñó muchos juegos de niño, pero si ella quería jugar con las muñecas él no dudaba en complacerla, incluso cuando decía sus primeras palabras, el traductor oficial de la pequeña era Víctor y era obvio porque se entendían a la perfección y se querían mucho…
Cuando Myriam entró al kinder ya no fue tan difícil para Don Víctor y para Refugio porque se sentían tranquilos al ver a Víctor que tenía 8 años de edad, nadie cuidaría a la pequeña de 3 años, mejor que él, una noche antes se lo había prometido…
Myri: Vico, vedad que tú mi vas a cuidad…
Vico: (abrazando a su hermanita) sí bebé, yo te voy a cuidar…
Myri (sollozando) pello y si ti necesito, no vas a estad comigo…
Vico: yo siempre voy a estar contigo bebé... Y así había sido porque Víctor se las ingeniaba en su salón de clases para pedir permiso para salir al baño justo a la hora del recreo de Myriam, se acercaba a ella para darle un beso en la frente, darle alguna golosina de chilito y para recordarle lo mucho que la quería y regresaba a su clase… Por su parte, el tema favorito de la niña era su hermano mayor, que si Vico sabía esto, que si Vico le había dicho lo otro, en resumidas cuentas, un niño de 8 años era el héroe de una pequeñita de 3...
espero les gusteee....
CAP. 1.
1 de Octubre de 1975. Tampico, Tamaulipas.
El nacimiento de un niño siempre es motivo de alegría y la llegada a la familia García Pérez de su primogénito no era la excepción, a no ser porque la Sra. Juana Pérez de García era declarada muerta tras desangrarse en la sala de expulsión después de 14 horas de trabajo de parto. El Sr. Víctor García lo presenció todo y pasó de la enorme dicha de ver nacer a su pequeño hijo varón, a la total desesperación de sentir que su amada esposa Juana le regalaba su vida al hijo que con tanto amor habían concebido y con tanta ilusión habían esperado. Supo que se acercaba el fin cuando una enfermera sacó de la sala al recién nacido y los doctores corrían de un lado a otro con la ropa llena de la sangre de su mujer; sentía que todo sucedía en cámara lenta: su mujer pujando, el llanto del pequeño y después el caos… Las palabras agonizantes de su mujer lo sacaron del trance...
Sra. J: Mi amor, nuestro hijo ya está aquí.
Sr. V: no digas nada Juanita.
Sra. J: tengo que hablar Víctor, se que me voy a morir.
Sr. V: no, no, no. Vas a estar bien, tienes que estar bien para cuidar a nuestro hijo.
Sra. J: Víctor mi amor, escúchame por favor.
Don Víctor sólo tomó fuertemente la mano de su mujer.
Sra. J: quiero darte las gracias por regalarme la oportunidad de ser madre.
Sr. V: (llorando): no sigas mi amor.
Sra. J: Déjame hablar, he sido muy feliz a tu lado Víctor y antes de irme quiero pedirte algo, quiero que ames a nuestro hijo como al tesoro más preciado, que lo cuides y lo protejas cada momento de su vida.
Sr. V: Juanita, mi Juanita, no hables así. Tú te vas a poner bien y vas a estar ahí para verlo crecer, para amarlo y para que juntos hagamos de él un hombre de bien.
Sra. J: Víctor, quiero que nuestro hijo lleve tu nombre y que lo enseñes a ser un gran hombre como lo has sido tú... Era inútil negarse a la realidad que tenía frente a sus ojos, Don Víctor sabía que con cada palabra se le estaba yendo la vida a su mujer y antes de que todo terminara, necesitaba hacerle saber lo que significaba ella en su vida...
Sr. V: Mi vida, quiero que sepas que conocerte y poder compartir mi vida contigo, es lo mejor que me pudo haber pasado. Gracias por el regalo tan maravilloso que es nuestro hijo, te juro que voy a vivir para él, para hacerlo feliz y te prometo también que siempre vivirás en nuestra mente y en nuestro corazón. Te amo Juanita, siempre te voy a amar.
Sra. J: también quiero que me prometas que no te vas a quedar solo, que vas a buscar a una mujer. Don Víctor la interrumpió
Sr. V: una mujer, no mi cielo, tú serás la única en mi vida.
Sra. J: sshhh, Víctor va a necesitar una madre y tú vas a necesitar una mujer que te cuide y que te ayude a criar a nuestro hijo, búscala y sean felices siempre. Cuando nuestro hijo crezca, dile que fue el regalo más hermoso que me pudo dar la vida. Al terminar de decir aquellas palabras, sus signos vitales empezaron a descender, los latidos de su corazón se escuchaban cada vez más espaciados y ni las súplicas a los médicos y a Dios mismo del señor García pudieron hacer nada.
Dr.: Hora de la muerte, 3:40. Salga por favor señor García.
Esas palabras derrumbaron su mundo, todos los planes a futuro que había hecho para él y su familia ahora se resumían en darle sepultura al amor de su vida y en enfrentar la vida con su hijo recién nacido. Desconsolado caminó hasta los cuneros y ahí vio a su pequeño, tan sano y tan lleno de vida que hasta logró arrancarle una sonrisa a su apesadumbrado rostro. Se fijó en él, en la inocencia que había en su pequeño cuerpecito, en lo ajeno que se encontraba de las desgracias del mundo y del dolor de haber perdido a su madre sin poder sentir el calor de su regazo. La enfermera lo observaba mirar a su hijo, así que le prestó un cubrebocas y le permitió pasar a los cuneros, le entregó al pequeño en brazos y lo dejó a solas.
Sr. V: hijito, mi hijito. Comenzó a llorar desconsoladamente y el pequeño sólo lo tomaba fuertemente de un dedo como si intentara reconfortarlo... tal y como quería tu mamá, te vas a llamar Víctor, Víctor Alejandro García Pérez y te juro que voy a luchar cada día de mi vida por hacerte feliz… Los días siguieron su curso, después del funeral, a Don Víctor no le quedó otro remedio mas que regresar a su casa con su pequeño hijo, el primer mes, recibió el apoyo de todos, pero una vez que habían olvidado la desgracia, los dejaron solos… El pequeño Víctor crecía un poco cada día y con tan solo un mes de nacido, era tan sano y fuerte como siempre lo había sido su padre… Don Víctor vivía sumido en una terrible depresión, había dejado de ir a trabajar, aunque su empresa ganadera caminaba por sí sola y se la pasaba en su habitación recordando a Juanita, su gran amor, sabía que a ella no le gustaría verlo así, pero era inevitable querer morir para ir con ella. Una tarde cuando Víctor tenía ya casi 7 meses, Don Víctor seguía ahí, recordándola, cuando de repente escuchó un fuerte golpe en el piso e inmediatamente el llanto de su hijo. Se levantó corriendo hacia la habitación del pequeño y lo encontró tirado en el piso, lo había dejado en un sillón y por su descuido el niño había caído al piso; lo llevó al hospital, afortunadamente nada estaba mal, pero fue como una señal que le decía que debía seguir adelante, por él y por su hijo…
Decidió que se cambiarían de casa, no podía seguir en un lugar donde todo le recordaba a su esposa muerta, decidió también que se iría a otro estado, donde no lo conocieran y no lo miraran con lástima al salir a la calle solo con el pequeño Víctor. Su empresa era muy exitosa, así que sería una buena oportunidad para expandirse e iniciar una nueva vida junto con su hijo. Y así fue, la casa se vendió y decidió mudarse a la ciudad de Monterrey, ahí el destino les tenía muchas sorpresas reservadas a él y a su hijo. Para echar a andar su nueva empresa empacadora de frutas, contrató a mucha gente y su llegada a la ciudad había sido muy bien acogida, sin embargo el puesto de secretaria no había sido ocupado. Un día una mujer llegó a su oficina dispuesta a conseguir el puesto…
Ref.: Buenos días señor, vengo por el puesto de secretaria que anuncian en el periódico…
Sr. V: buenos días señorita, siéntese por favor. Puedo ver su currículum…
Ref.: claro que sí, aquí tiene.
Sr. V: vaya srita…
Ref.: Refugio, Refugio Cruz a sus órdenes.
Sr. V: Srita. Refugio, Víctor García a sus órdenes también. Veo que ha trabajado usted en empresas importantes de aquí de MTY. Después de una larga entrevista de trabajo… bueno srita., pues el puesto es suyo, creo que está más que capacitada…
Ref: gracias señor García…
Sr. V: sólo debo advertirle algo, habrá ocasiones en las que yo me ausente por unos días de la oficina y dejaré todo en sus manos, así que en lugar de secretaria será mi asistente personal…
Ref: sí señor, no se preocupe, no le voy a fallar…
Sr. V: creo que también debe saber la razón de mis ausencias… Tengo un hijo de 7 meses de edad y su madre murió en el parto.
Ref: lo siento mucho señor…
Sr. V: como comprenderá, no es fácil para un hombre solo hacerse cargo de un bebé, así que aunque tiene una nana, prefiero estar yo mismo al pendiente de él…
Ref: está bien señor, no se preocupe…
Las semanas pasaron, hacía ya casi un mes que Refugio Cruz trabajaba con el señor Víctor García y las cosas parecían marchar mucho mejor que antes, incluso el señor García ya no se ausentaba del trabajo porque ahora llevaba al pequeño Víctor Alejandro a la oficina y Refugio estaba feliz de poder ayudarle a cuidarlo; sin embargo, el cuidado de Víctor no era nada fácil, cuando se enfermaba o lloraba sin parar en las noches, Don Víctor añoraba la presencia de su mujer y recordaba sus últimas palabras: “Víctor va a necesitar una madre y tú vas a necesitar una mujer que te cuide y que te ayude a criar a nuestro hijo...” Una madrugada cuando el pequeño ya contaba con 9 meses de edad algo parecía estar mal, lloraba sin parar y nada parecía consolarlo, de repente Don Víctor tocó su frente y se dio cuenta que ardía en temperatura; como no le gustaba la servidumbre sólo estaban contratadas por la mañana así que no tenía nadie a quién acudir. Refugio Cruz dormía en la pequeña casita que rentaba, cuando el sonido del teléfono la despertó sobresaltada.
Ref: bueno…
Sr. V: Refugio, soy yo. Refugio reconoció inmediatamente la voz de su jefe y escuchaba el llanto del pequeño al otro lado…
Ref: (asustada) Sr. Víctor, pasa algo…
Sr. V: perdóneme que la moleste a esta hora, pero es que no sé qué hacer, el niño está llorando y parece ser que tiene mucha calentura…
Ref: pues yo creo que hay que llevarlo al hospital, si quiere yo puedo acompañarlo…
Sr. V: sí Refugio se lo voy a agradecer mucho, paso por usted en 10 minutos… La casa de Refugio estaba muy cerca de la de Don Víctor, así que pasó por ella y juntos llevaron al bebé al hospital, incluso a ella la confundieron con la madre del pequeño, y ella quería tanto a Víctor que su angustia en verdad parecía la de una madre. Una fuerte infección era la causa de la enfermedad del niño y tras permanecer dos días en observación, ya era el mismo pingo de siempre, el mismo que era el tesoro más grande de su padre y la adoración de Refugio Cruz, la mujer que se había convertido además de en la mano derecha de Don Víctor, en un apoyo muy grande para él.
Ref: (traía al bebé en los brazos y él le jalaba los aretes) ay señor, gracias a Dios su hijo ya está bien, mírelo, ya está de travieso…
Sr. V: Refugio, no sé qué hubiera hecho sin usted… La relación entre ellos seguía prosperando, comenzaron a hablarse de tú cuando días después el pequeño en su tremenda inocencia la llamó mamá y a ella se le inundaron los ojos en lágrimas porque en realidad desde que habían llegado a Monterrey, ella había desempeñado brillantemente ese papel en la vida del bebé, incluso cuando cumplió su primer añito y Don Víctor decidió llevarlo a la playa de Tampico, tuvo que llevar a Refugio también porque el niño no podía separarse de ella. Fueron las vacaciones perfectas, parecían una verdadera familia y Refugio se sentía plena de poder pasar como la madre del niño pero también como la esposa de ese hombre maravilloso que había enfrentado a la vida con un recién nacido en brazos y del que se había enamorado casi sin darse cuenta…
8 de Febrero de 1981. Monterrey, Nuevo León.
El día tan esperado por todos llegó, después de haber pasado una noche entera con ligeras aunque continuas contracciones, Refugio se bañaba con la ayuda de Don Víctor para dirigirse al hospital donde nacería su bebé y fue justo de camino cuando se le rompió la fuente. Dos horas más tarde y con la presencia de Don Víctor en la sala de expulsión, Refugio pujaba fuerte para traer al mundo a su hijo, para él no era nada fácil estar ahí porque recordaba la trágica escena del nacimiento de Víctor, pero cuando escuchó el llanto del bebé y la voz agitada pero feliz de Refugio diciéndole que ya su hijo estaba ahí, supo que todo estaría bien.
Sr. V: doctor, cómo está…
Dr.: felicidades Sr. y Sra. García, tienen ustedes una preciosa niña…
Ref: tu niña Víctor, tu niña…
Sr. V: cómo está mi esposa…
Dr.: no se preocupe, ella estará bien, sólo necesita descansar, Las dos están perfectamente. Cuando se la entregaron en los brazos a Refugio, no dudaron que era la niña más hermosa del mundo, era pequeñita y a pesar de su cortísima edad tenía sus enormes y preciosos ojos abiertos y mientras le hablaban y le daban todas sus bendiciones los miraba como inspeccionándolos.
Sr. V: mírala mi amor, es preciosa…
Ref: sí, cárgala… Don Víctor la tomó entre sus brazos y la miró de nuevo, era igualita a Refugio pero exageradamente blanca, contrastando con la piel morenita de su hijo mayor…
Sr. V: es igualita a ti mi amor, no se parece nada a mí ni a Víctor cuando nació… Refugio pareció evadir el comentario… Dos días después salían del hospital con la pequeñita en brazos de su madre, Don Víctor no se cansaba de mirar a su niña y Refugio ansiaba llegar a casa para enseñarle al pequeño Víctor a su hermanita…
Ref: mi amor, ya quiero llegar a la casa para que Víctor la vea…
Sr. V: cuando le dije que había sido una niña se decepcionó un poco y su reacción al verla me tiene un poco preocupado…
Ref: no te preocupes, yo creo que va a estar muy contento, además mi niño es el más noble del mundo… Amor, y aun no hemos decidido cómo vamos a llamarla…
Sr. V: pues yo Cuquita he pensado en un nombre, pero no sé si estés de acuerdo, me gustaría que se llamara Myriam…
Ref: Myriam ay, me gusta mucho. Miró a la bebé que venía bien dormidita en su regazo, la alzó un poco, le besó la frente y le dijo… mi tesoro, te vas a llamar Myriam, te gusta tu nombre mi amor… Cuando estacionaron el auto, el pequeño Víctor miraba por la ventana de su habitación, como no queriendo perder detalle, pero para cuando abrieron la puerta, él ya estaba en el recibidor esperándolos; la niña venía en su bambineto y Víctor se mostraba ansioso… hola mi cielo, te extrañé mucho…
Vico: (abrazándola) hola mamita, yo también a ti…
Ref: cómo te portaste…
Vico: ehhhh, bien mami… Se acercó al bambineto que venía cargando su padre y miró con un poco de recelo al interior, él esperaba un niño con quien jugar luchitas...
Sr. V: (sacando a la bebé de su bambineto) mira hijo, esta es tu hermanita… Víctor la miró unos segundos y pasó de la desilusión a la total euforia...
Vico: (sonreía y se le hacían sus pocitos en las mejillas) wow papá, ella es…
Sr. V: sí hijo, qué te parece…El pequeño Víctor le sonreía a Myriam, quien lloraba porque la habían despertado y porque ya era hora de comer…
Vico: mamita, cómo se llama…
Ref: Myriam hijo, se llama Myriam…
Vico: hola Myriam, soy Víctor, tu hermano... Al escuchar la voz, la bebé dejó de llorar y escuchó atenta las palabras de su hermano mayor, quien no podía sentirse más feliz por la llegada de la pequeña a la casa… Conforme los días se convirtieron en meses, todos en la familia García se acoplaron a la presencia de la nueva miembro de la familia, Don Víctor era un padre orgulloso, Refugio era una gran ama de casa y madre de los dos niños, Myriam estaba creciendo sana y preciosa y Víctor era el hermano más feliz del mundo, tanto que para su cumpleaños número 6, en lugar de jugar en su fiesta, se dedicó a presumirles a sus amiguitos a su hermanita de 8 meses de edad.
Cuando Myriam cumplió un añito organizaron el bautizo, una tarde antes Refugio había platicado mucho con el Padre acerca de la llegada de su esposo y de Víctor a su vida y especialmente del nacimiento de Myriam, quien había llegado cuando su matrimonio estaba en peligro, pero ahora eran muy felices; lloró largamente al recordar los momentos difíciles, pero también de la felicidad que ahora embargaba su vida. El día del bautizo cuando Refugio entró a darle su biberón a Myriam ella ya estaba despierta parada dentro de su cunita detenida de los barrotes, pero no estaba sola porque su hermano mayor la acompañaba de pie junto a la cuna mientras ella estiraba su manita para acariciarle las cejas a su hermano al tiempo que le sonreía mostrándole los 4 dientes que ya le habían salido. La niña balbuceaba y gritaba emocionada ante los juegos y las caras que le hacía Víctor, cuando de repente…
Myri: ba, ba, ba... Vico… Refugio entró corriendo a la habitación, Myriam había llamado Vico a su hermanito y el niño también parecía feliz...
Vico: mamita, mamita, oíste, verdad que me dijo Vico…
Ref: sí tesoro, sí te dijo…
Vico: (hablándole a Myriam): te quiero mucho bebé… Refugio cargó a su hija y la acercó para que le diera un besito a su hermano, sin duda alguna Myriam y Víctor tenían un lazo muy especial que se fortalecería con los años… Conforme Myriam fue creciendo los hermanos parecían no querer separarse nunca, Víctor efectivamente le enseñó muchos juegos de niño, pero si ella quería jugar con las muñecas él no dudaba en complacerla, incluso cuando decía sus primeras palabras, el traductor oficial de la pequeña era Víctor y era obvio porque se entendían a la perfección y se querían mucho…
Cuando Myriam entró al kinder ya no fue tan difícil para Don Víctor y para Refugio porque se sentían tranquilos al ver a Víctor que tenía 8 años de edad, nadie cuidaría a la pequeña de 3 años, mejor que él, una noche antes se lo había prometido…
Myri: Vico, vedad que tú mi vas a cuidad…
Vico: (abrazando a su hermanita) sí bebé, yo te voy a cuidar…
Myri (sollozando) pello y si ti necesito, no vas a estad comigo…
Vico: yo siempre voy a estar contigo bebé... Y así había sido porque Víctor se las ingeniaba en su salón de clases para pedir permiso para salir al baño justo a la hora del recreo de Myriam, se acercaba a ella para darle un beso en la frente, darle alguna golosina de chilito y para recordarle lo mucho que la quería y regresaba a su clase… Por su parte, el tema favorito de la niña era su hermano mayor, que si Vico sabía esto, que si Vico le había dicho lo otro, en resumidas cuentas, un niño de 8 años era el héroe de una pequeñita de 3...
espero les gusteee....
Carole- VBB JUNIOR
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Re: PECADO MORTAL...
QUE GUSTO VER ESTA NOVELA, ME ENCANTA, OJALA LES GUSTE A USTEDES TAMBIÉN.
MUCHAS GRACIAS CAROLE.
MUCHAS GRACIAS CAROLE.
mats310863- VBB PLATINO
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Fecha de inscripción : 01/06/2008
Re: PECADO MORTAL...
Que tiernos los bebes, gracias por la novela....
AdriIsis- VBB JUNIOR
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Re: PECADO MORTAL...
CAP. 2.
Los años siguieron pasando y aunque la familia García Cruz tenía problemas habituales, la verdad era que se querían mucho y había mucha estabilidad; eran una verdadera familia y a pesar de que Víctor sabía desde niño que no era hijo de Refugio, la quería como si lo fuera y por supuesto Myriam era su adoración… Cuando Víctor cumplió 12 y tuvo que cambiar de escuela para ir a la secundaria, Myriam de 7 lloraba y lloraba sin parar y sólo se calmó cuando su hermano que se estaba convirtiendo en un guapo jovencito, le cantó una canción hasta que se quedó dormida… El tiempo siguió pasando y aun cuando Víctor empezaba a tener otros intereses, su hermana nunca dejó de ser su prioridad y como para entonces Refugio había vuelto a la empacadora para ayudar a su esposo, Víctor dedicaba algunas horas en la tarde a ayudarle con la tarea y hasta inventaba juegos para que ella pudiera aprender con facilidad, pero una de esas tardes tuvieron una fuerte pelea… Yahir, Raúl y Toño, los amigos de Víctor, lo habían invitado a un partido de básquet, él como siempre ayudó a Myriam con la tarea y como ya le había pedido permiso a sus papás para salir con sus amigos, la sirvienta se quedaría con la niña hasta que Refugio llegara…
Vico: bueno bebé, ya acabamos la tarea…
Myri: qué padre Vico, jugamos un ratito…
Vico: mmmhh, este, hoy no bebé, hoy me voy a ir a jugar con mis amigos en el parque…
Myri: (triste) y yo qué?, a poco me voy a quedar solita…
Vico: no, te vas a quedar con Rosita…
Myri: no, yo quiero estar contigo, por qué no me llevas al parque..
Vico: no Myriam, no puedo.
Myri: ándale, te prometo que me voy a portar bien, mira, si me llevas me siento en una banquita y nada más los veo jugar…
Vico: no…
Myri: Víctor por favor, hasta te puedo echar porras…
Vico: que no…
Myri: ándale…
Vico: no Myriam
Myri: (sollozando) por favor…
Vico: (ya desesperado) otra vez Myriam, entiende que no te puedo llevar… Myri abrió los grandes y preciosos ojos que tenía lo más que pudo, en sus 9 años de vida Víctor nunca le había gritado y eso le dolía mucho, le dolia casi como si la hubiera golpeado.
Myri: (llorando) pero por qué no puedes?
Vico: (enojado) no es que no pueda, es que no quiero llevarte conmigo Myriam, entiende, tú eres una niña…
Myri: lo que pasa es que ya no me quieres. Sin decir más salió corriendo disparada para su habitación; Víctor se quedó parado sin saber qué hacer, si algo le dolía en la vida era ver llorar a Myriam y mucho más si él era el causante de esas lágrimas… Salió corriendo tras de ella y alcanzó a detenerla antes de que azotara la puerta de su habitación…
Myri: vete Víctor, no quiero que me hables…
Vico: no Myriam, por favor no te enojes conmigo…
Myri: (sentándose en su cama) si no estoy enojada, pero ya entendí que como tú ya tienes 14 años no te interesa estar conmigo…
Vico: no bebé, no digas eso… Entró a la habitación y se hincó frente a la cama tomándole las manos tiernamente… Yo no soy grande, yo soy tu niño chipito, así me decías tú cuando eras chiquita…
Myri: pues ya no eres…
Vico: no bebé, perdóname por favor… Lo último que quiero en la vida es hacer o decir algo que te lastime…
Myriam comenzó a llorar de nuevo mientras él le limpiaba las lágrimas...
Vico: sabes qué Myri… Tú siempre vas a ser mi bebé y yo siempre voy a ser tu niño y por mucho que crezcamos siempre vas a ser mi hermanita, la más preciosa de todas…
Myri: de veras Vico…
Vico: (abrazándola) de veras preciosa…
Cuando Víctor cumplió 15 años sus papás le regalaron un coche y aunque en ese momento tenía una novia que se llamaba Ana, a la primera que le quiso dar una vuelta fue a su bebé. Por ese tiempo él entró a la preparatoria y se encargaba de pasar a recoger a su hermana a la primaria y todas las tardes antes de ir a casa la llevaba a tomar un helado de chocolate, eran increíblemente inseparables… Con el transcurrir de los años Víctor se hacía hombre experimentando con la novia en turno, mientras tanto Myriam, que estaba por cumplir los 12 también se estaba convirtiendo en una señorita por demás preciosa, a veces Víctor la miraba largo rato, luego se acercaba a ella para besarle la frente y para decirle lo mucho que la quería… el cuerpo de Myriam también empezó a cambiar y parecía desarrollarse con rapidez, tanto que los amigos de Víctor siempre le hacían notar lo hermosa que estaba su hermana y lo buenísima que se estaba poniendo, Víctor evitaba los comentarios para no tener que soltarle un puñetazo a alguno de ellos… Por esas fechas Víctor tuvo que ir a un viaje escolar por 4 días, de no ser porque era imposible, se hubiera llevado a su bebé y Myriam hubiera estado encantada de ir; cuando regresó a la casa lo primero que quería era abrazar a su hermana, y a sus papás claro...
Vico: ma’, ya regresé… Doña Refugio se encontraba en la cocina y se puso feliz al escuchar la voz de su muchacho…
Ref: tesoro, qué bueno que ya estás aquí, justo a tiempo porque te estoy preparando tu pollito en achiote…
Vico: ay mami, qué rico, pero si nomás me fui 4 días… Mi papá está en la empacadora supongo…
Ref: sí hijo, me dijo que le llamaras cuando llegaras, y aunque fue muy poquito tiempo te extrañamos mucho…
Vico: y yo a ustedes…
Ref: pues sí, aunque ya sé que a la que más extrañaste fue a tu hermana…
Vico: ay ma’ pues la verdad sí la extrañé mucho, dónde anda mi bebé…
Ref: en su cuarto hijo, ve a verla porque no se siente muy bien…
Vico: (preocupado) qué tiene, está enferma…
Ref: no, ya sabes, cosas de mujeres… Víctor corrió a la habitación de Myriam y llamó suavemente a la puerta...
Vico: bebé…
Myri: (triste) niño, ya llegaste…
Vico: puedo pasar…
Myri: ajá… Él entró a la habitación y la encontró acurrucada en su cama abrazada a su muñeco de peluche favorito, se acercó y se recostó junto a ella; ella se incorporó para poder abrazarlo…
Vico: hola mi niña, te extrañé mucho…
Myri: yo también Víctor…
Vico: (besando su frente) qué tienes Myri, me dijo mi mamá que no te sientes bien…
Myri: no, me da pena decirte. Víctor la recostó en su pecho y aunque se imaginaba a qué se debía su malestar decidió esperar a que ella hablara... Es que, mmmh, ayer empecé por primera vez con mi periodo…
Vico: ay bebé, y te duele…
Myri: ajá… Víctor se levantó corriendo al baño, cuando regresó traía una bandejita con agua caliente y un trapito…
Vico: a ver Myri, acuéstate boca arriba, te voy a poner unas compresitas para que se te quiten los cólicos… Y así lo hizo, le desnudó el vientre y conforme le iba poniendo las compresas, el dolor iba cediendo poco a poco, cuando ya se sentía mejor se volvió a recostar detrás de ella, la rodeó por la cintura y una hora más tarde su madre los encontraba abrazados y profundamente dormidos, amaba tanto a sus hijos y era increíble que aun cuando realmente ellos no..., bueno, era increíble que dos hermanos se quisieran tanto como ellos; esa escena se repetía cada 28 días que Víctor no estaba ni para la novia en turno ni para sus amigos porque prefería quedarse en casa a aliviarle los cólicos a Myriam…
Conforme Myriam seguía creciendo sus inquietudes y las de sus amigas, Estrella e Inés, se transformaban también; para unas niñas próximas a cumplir 15 años, las muñecas ya no eran tan importantes como comprar un labial llamativo o usar ropa de moda para agradar a los niños más grandes que ellas.
Inés: a poco no está guapísimo Raúl el amigo de tu hermano Myriam…
Estrella: no pero qué me dicen de Toño; por cierto Myri, ya nos dijeron que Roberto el del otro salón quiere contigo…
Myri: ay pues a mí no me gusta ninguno, Yo cuando me case…
Estrella: sí, ya sabemos, tú cuando te cases va a tener que ser con alguien como tu hermano…
Myri: aunque eso va a ser muy difícil porque nadie en este mundo está tan guapo como mi hermano y es tan tierno como él…
Inés: pues lo de guapo no sé, lo que sí es que ustedes dos se llevan muy bien…
Estrella: sí, tanto que él prefiere estar contigo que con su novia…
Myri: novia, cuál novia…
Estrella: uy se me hace que ya la regué, pues a mí Toño me platicó que desde ayer Rocío es su novia…
Myri: ashhhh, esa chava está muy fea para mi cejón…
Inés: no, el problema es que eres tan celosa de Víctor que para ti, ninguna chava es lo suficientemente buena… En ese momento llegaba Víctor a recogerla, era la hora de la salida y también hora del helado de chocolate que compartían cada tarde desde hacía casi 5 años… Víctor se acercó a las tres chicas…
Vico: hola mis amores, cómo están…
Estrella: hola Vico…
Inés: bien y tú…
Vico: bien, por cierto, Raúl y Toño les mandaron muchos saludos… Inés se sonrojó por completo y Estrella se emocionó muchísimo...
Estrella: ay pues diles que nosotras también les mandamos saludos…
Vico: (abrazando a Myriam) ah pues mejor ustedes les dicen en los quince de Myriam… Y tú bebé, cómo estás…
Myri: (molesta por lo de la supuesta novia) bien niño…
Vico: bueno, pues ya nos vamos porque hoy voy a invitar a comer a mi niña… Tomó su mochila como siempre lo hacía, pero cuando quiso tomar su mano ella se lo impidió, se subió al coche casi sin hablar… encendiendo el auto… a ver, por qué está haciendo puchero mi princesa, a dónde quiere ir a comer la bebé más linda…
Myri: (hablando como niña) niño, es cierto que ya tienes novia… Víctor se puso tan nervioso que hasta apagó el auto, Myriam sólo era su hermana pero confesarle que sí lo hacía sentirse como novio confesando una infidelidad…
Vico: mmmhhhh, este, pues sí, ayer le pedí a Rocío que fuera mi novia…
Myri: ah, no crees que está muy fea para ti…
Vico: jajajaja, ay bebé, ella no es fea, lo que pasa es que tú como mi hermana me ves con ojos de amor; y además pues bueno, en comparación contigo todas son feas…
Myri: Víctor, prométeme que aunque tú tengas novia y yo tenga novio, siempre vamos a darnos tiempo para estar juntos… De pronto Víctor se puso serio...
Vico: novio, cuál novio tú…
Myri: no, digo cuando lo tenga…
Vico: ah, ya me estaba preocupando porque al cabrón que te quiera poner una mano encima, me lo chingo…
Myri: jajajaja…
Vico: no bebé, ya en serio, Te lo prometo, tú y yo siempre vamos a estar juntos pase lo que pase, porque yo no me imagino la vida si tú no estuvieras; o sea, adoro a nuestros papás pero tú eres la persona más importante de mi vida…
Myri: (hablando como niña) y tú la mía niño…
Se abrazaron un rato hasta que las tripas de Víctor comenzaron a protestar; como su padre trabajaría hasta tarde y Refugio iría para ayudarlo, Víctor invitó a comer a su hermana a su pizzería favorita y como era viernes también fueron al cine… Era increíble ver a dos hermanos llevarse tan bien, su relación era tan estrecha que en el cine los habían hecho pasar como pareja y ellos habían tenido que explicar que eran hermanos, cuando llegaron a casa había un recado de la sirvienta en la mesa, Rocío había llamado al joven Víctor mientras él no se acordaba de su existencia porque había pasado toda la tarde al lado de Myriam; mientras ella se cambiaba de ropa, él preparó los sándwiches con jamón tostado que cenarían esa noche, los llevó a la habitación de ella y después de comerlos, se durmieron abrazados hasta el día siguiente…
El gran día de la fiesta de XV llegó, Víctor había juntado sus mesadas para regalarle a su hermana una cruz que colgaba de una cadena de oro junto con los aretes que hacían juego, él había ido a muchas fiestas de quince, pero estaba seguro de que ninguna quinceañera se veía tan hermosa como ella y lo mejor de todo era que cuando a Myriam le habían preguntado a quiénes quería de chambelanes, no había dudado un segundo en decir que sólo le interesaba bailar con su papá y con su hermano y en realidad esa noche él no quería compartir a su hermana con nadie… La misa fue preciosa, Víctor, Inés y Estrella estaban en primera fila y Raúl y Toño no habían perdido la oportunidad para sentarse junto a ellas; Yahir había sido designado fotógrafo oficial y Rocío también los acompañaba aunque se sentía un poco incómoda porque Víctor estaba completamente concentrado en su hermana… Los padres de Myriam y Víctor tenían un lugar especial y el resto de la iglesia estaba llena por los compañeros de la escuela de Myriam y por algunos amigos de la familia… La fiesta no pudo estar más divertida, Don Víctor bailó orgullosamente el vals con su hija y luego siguió el turno para Víctor; la recibió de manos de su padre y le recordó una vez más lo mucho que la quería, la levantó unos centímetros para girar con ella colgada de su cuello y luego bailaron juntos; después de la cena Roberto y otros chicos de la edad quisieron sacar a bailar a Myriam, pero Víctor no se los permitió porque no permitió que ningún muchachito la apartara de él en toda la noche…
Rocio: bueno chavos, pues yo creo que mejor me voy…
Yahir: pero por qué Chío, si está bien buena la fiesta…
Rocio: no Yahir, la verdad no puedo creer que Víctor no me haya sacado a bailar ni una vez, o sea, es evidente que su hermana es más importante que yo…
Raúl: ay Chío no manches, no me digas que estás celosa de Myriam, o sea ella es la hermana de Víctor…
Rocío: pues no es mala onda, pero si yo no supiera que son hermanos, estaría segura de que están enamorados…
Estrella: no digas tonterías Rocío, es que se ve que conoces hace muy poco a Víctor, ellos dos se adoran y son inseparables, pero como lo que son, como hermanos…
Toño: sí Chío, Estrella tiene razón, nosotros ya sabemos que cuando están juntos, nadie más existe y pues la neta qué chido que dos hermanos se lleven tan bien…
Roció: pues será como sea, pero yo me voy… Víctor ni siquiera notó que su novia se había ido, y si lo hubiera notado tampoco le hubiera importado porque esa noche su hermana era lo único verdaderamente importante… En la noche cuando todo terminó y regresaron a la casa, Don Víctor y Doña Refugio se dirigieron a su habitación después de felicitar nuevamente a su tesoro, también Víctor y Myriam entraron a la habitación y ella se dejó caer rendida sobre la cama, Víctor no lo dudó ni un segundo, le quitó los zapatos y comenzó a darle un masaje en los pies…
Myri: ay niño, estoy bien cansada…
Vico: pues cómo no bebé, si no te dejé que te sentaras ni un momento… Ay, y por cierto que tu amiguito ese el que tiene cara de marrano estaba muy enojado porque no pudo bailar ni una contigo…
Myri: jajajaja ay Víctor, pobrecito…
Vico: (soltándole los pies) uy y hasta lo defiendes…
Myri: ah ke no niño porque de todas formas yo nomás quería bailar con mi hermanito, que era el más guapo de todos los de la fiesta…
Esa noche Víctor le leyó un cuento a su bebé de 15 años y al mirarla dormir en su regazo se aseguró a sí mismo que ella era lo que más amaba en la vida; su papá era sin duda un gran hombre y ni qué decir de su madre que aunque no lo había llevado en su vientre, se había encargado de él desde que tenía 7 meses, pero ella, así berrinchuda, aferrada, necia, chiqueona, era perfecta, eso lo llevó a pensar en Rocío y en todas las novias que había tenido, por qué nadie era como su hermana… Sin darse cuenta se quedó dormido con ella en brazos, como ya era una costumbre en ellos… Al día siguiente Rocío le llamó y quedaron de verse para platicar, esa conversación cambiaría su vida…
Vico: (intentando besarla) hola bebé, cómo estás…
Rocío: (volteando la cara) bien Víctor, y por favor no me llames bebé, eso sólo se lo dices a tu hermana…
Vico: Chío, los chavos me dijeron que te fuiste muy enojada, discúlpame pero wey, era la fiesta de Myriam y yo tenía que estar con ella…
Rocío: ay Víctor ni me des explicaciones porque siempre he sabido que tu hermana es más importante que yo y que todos, Víctor quiero que terminemos…
Vico: qué?, pero por qué Rocío…
Rocío: te voy a ser completamente sincera, ya me harté de que quieras que yo sea lo que no puedo ser…
Vico: no te entiendo…
Rocío: es que yo no puedo competir con tu hermana Víctor porque para ti no hay otra mejor que ella…
Vico: mira con mi hermana no te metas, ella no tiene nada que ver en esto…
Rocío: mira Víctor, yo no quiero seguir contigo porque sé que siempre voy a estar en segundo plano, y si tu hermana es lo más importante para ti, está bien pero piensa que así nunca vas a poder tener una relación seria…
Vico: no necesitas poner un pretexto...
Rocío: no te pongas a la defensiva, recuerdas cuál ha sido el motivo de que terminaras con todas tus ex novias… Siempre ha sido por Myriam y es que te voy a decir una cosa en buena onda, esa relación que llevas con tu hermana es rara…
Vico: (enojado) rara, rara por qué… Yo sólo adoro a Myriam y eso no va a cambiar por nada ni por nadie…
Rocío: yo también adoro a mi hermano pero él no planta a sus novias para salir conmigo, no cree que soy la mujer más hermosa del mundo, no me compra lencería porque cree que me voy a ver preciosa y tampoco sabe mi talla ni tampoco se olvida del mundo cada 28 días porque tiene que hacerme masaje para quitarme los cólicos, osea ni siquiera tú sabes cuándo es mi periodo; no quiero que me lo tomes a mal pero yo no le dejo de hablar a mi hermano cuando tiene una novia nueva ni tampoco quiero casarme con alguien como él, pareciera que ustedes tiene una relación de pareja, no de hermanos…
Vico: ya basta Rocío, deja de decir pendejadas, no sé por qué a todos les causa tanta extrañeza que yo adore a Myriam, pues sí la adoro y no me importa lo que piensen tú y todas, para mí ella no es la mejor, es la única, no necesito otra mujer en mi vida porque nadie me quiere como ella, nadie me entiende como ella, nadie puede compararse con Myriam…
Rocío: (muy alterada) Víctor por favor, escucha lo que estás diciendo, estás hablando de tu hermana como de la mujer de tu vida. Piénsalo, qué vas a hacer cuando ella tenga un novio y ya no pueda dedicarte tanto tiempo a ti…
Vico: (interrumpiéndola) eso nunca va a pasar y sabes qué, creo que ya dijiste todo lo que tenías que decir, qué pena que confundas un amor de hermanos de esa manera tan asquerosa…
Víctor caminó sobresaltado hasta el automóvil y las palabras de Rocío daban vueltas en su cabeza torturándolo, se sentó frente al volante y manejó sin rumbo fijo, él sólo quería a su hermanita preciosa, acaso nadie podía entenderlo o acaso Rocío tenía algo de razón… No, no era posible, aunque era verdad, todas sus novias lo habían terminado recriminándole que Myriam era más importante que ellas y cada vez que eso pasaba se sentía con un peso menos porque dejaba de sentir que la traicionaba, nunca le había importado una mujer como le importaba ella y si bien había metido en su cama a más de una no le provocaban el amor y la ternura que le provocaba su hermana, pero era un amor de hermanos, o no… De pronto muchos recuerdos se vinieron a su cabeza, como la vez que habían hablado de sexo y se había puesto furioso de tan sólo imaginarla a ella en los brazos de otro, ahora caía en la cuenta de que el problema era que ese otro no sería él; recordó también ese sueño recurrente que lo asustaba, los soñaba juntos y felices haciendo el amor en una recámara preciosa mientras él le gritaba que la amaba a pesar de todo y de todos y luego se le vino a la mente ella y todas las veces que sonriendo y acariciando su cabello le había jurado que siempre lo querría más a él que a cualquier hombre que estuviera a su lado; Dios Santo!!! nunca hasta ese día le pareció extraño todo eso y quizás hasta aterrador, Rocío tenía razón y ni siquiera sabía cómo había pasado, desde los 4 años le había rogado a su madre que le diera un hermanito y había nacido ella, su bebé, la quería como hermana pero en algún momento ese amor se había transformado, se había torcido de una manera impura hasta convertirse en un pecado, en un pecado mortal…
Lloraba como un loco y se preguntaba qué sentiría ella, seguramente si supiera los verdaderos sentimientos de él se decepcionaría y hasta le temería porque ella era una niña que no tenía porquerías en la cabeza ni en el corazón… Después de seguir conduciendo y de tranquilizar un poco su alma pidiendo perdón por lo que sentía arrodillado en la iglesia, regresó a casa y justamente ella ya lo esperaba con esa sonrisa de siempre y con sus brazos abiertos, la sabía hermosa pero descubrir que la amaba lo obligaba a mirarla distinta y cuando la abrazó y sintió que no traía sostén debajo de la blusita de tirantes los pensamientos más pecaminosos se atravesaron por su mente y se sintió el más desgraciado y asqueroso de los hombres, porque no sólo la amaba sino que también la deseaba como un loco, aun cuando ella sólo tenía 15 años… Los días siguientes fueron un martirio para Víctor y ella estaba empezando a resentir su alejamiento, ya no salían juntos ni tampoco le leía cuentos para dormir como lo hacía antes, ella moría por perderse en los brazos de su hermano para contarle sus cosas y para decirle como siempre lo hacía que lo adoraba con todo su corazón, algo no andaba bien y una semana después, aprovechando que la casa estaría sola, tuvo que enfrentarlo, pero Víctor ya había tomado una decisión...
Myri: (llamando a la puerta de Víctor) Víctor me dejas pasar…
Vico: qué quiéres Myriam…
Myri: por favor niño, déjame entrar… dime por favor si te hice algo, por qué estás enojado conmigo o es que ya no me quieres… Si a Myriam le dolía la forma en que su hermano la estaba tratando últimamente, quedaba el consuelo de que a él mismo le dolía aún más, que si ya no la quería… Dios Santo, el problema es que la quería demasiado, el problema era que la amaba y era su hermana y eso iba contra la naturaleza y contra Dios mismo… Escuchaba su vocecita llamarlo al otro lado de la puerta de forma suplicante y los ojos se le llenaron de lágrimas…
Myri: Vico, por favor…
Vico: pasa Myriam… Myriam entró lentamente y Víctor deseó que lo hiciera corriendo para abalanzarse encima de él para jugar a las mordidas, lo miró como buscando una respuesta pero él no tenía cara para decirle su terrible verdad…
Myri: me puedo sentar…
Vico: claro Myriam…
Myri: mmmhhhh, ya ni siquiera soy tu bebé… Myriam agachó la cabeza y comenzó a llorar y fue entonces cuando Víctor ya no pudo contener su necesidad de ella y la jaló para apretarla de forma desesperada contra su pecho y poder consolarla y poder sentir su calor y su exquisita presencia…
Vico: no bebé, no llores, te lo suplico…
Myri: (llorando): dime qué tienes niño, qué te pasa o qué hice mal…
Vico: no mi niña preciosa, no tengo nada…
Myri: no es cierto, desde hace unos días que ya nada es igual, ya no quieres salir conmigo, ya no me cuidas antes de dormir, cuando me saludas ya ni siquiera me abrazas, te extraño mucho niño, te necesito mucho y tú, tú ya no me quieres… Todo quedó en silencio, pero Víctor se aferraba al cuerpo de su hermana como a una tabla de salvación en medio del océano porque si el mundo no existiera para juzgarlo, ella sería su salvación pero en realidad era su pecado y su perdición; de repente Myriam comenzó a sentir que pequeñas gotitas calientes caían sobre su hombro… Víctor, estás llorando…
Vico: Myriam, le voy a pedir a papá que me mande a estudiar al D.F…
Myri: (soltándose bruscamente) qué, Te vas a ir, No Víctor, por favor no te vayas…
Vico: me tengo que ir Myriam, por favor entiéndeme…
Myri: (gritando desesperada) no Víctor, por favor llévame contigo, tú no puedes irte y dejarme aquí sola, porque aunque tenga a mis papás y a mis amigos, al único que necesito para ser feliz es a ti…
Vico: (tomándola de las manos) no bebé, escúchame por favor… Yo me voy a ir y tú te vas a quedar aquí para crecer y para hacer tu vida porque sólo eres una chiquita de 15 años; vas a estudiar, vas a conocer a mucha gente y no está lejos el día de que conozcas a un chavo de tu edad que te guste y que te quiera y del que te vas a enamorar…
Myri: cállate Víctor, yo no quiero crecer ni hacer mi vida porque mi vida eres tú, no me interesa conocer a nadie porque al único hombre al que yo voy a querer es a mi hermano, tú no me puedes abandonar… Víctor palideció, lo que estaba escuchando lo hacía sentirse aún más culpable porque por el amor carnal que sentía por su hermana, la había hecho llegar a depender de su presencia y si había tomado la decisión de irse era para no arrastrarla en la podredumbre de sus sentimientos, aunque el dolor que veía reflejado en sus preciosos ojos color miel, era como un veneno que acababa con su voluntad de manera agonizante, que lo hacia desear la muerte para protegerla de él… Myriam llorando de nuevo… te lo suplico Víctor, no te vayas, no me dejes…
Vico: (llorando también) bebé, perdóname, perdóname por hacerte sufrir, perdóname por sentir lo que siento… Myriam lloraba desconsolada y el corazón de Víctor se quebraba en mil pedazos, tomó su rostro y besó su frente, con las yemas de los dedos le limpiaba las lágrimas y la miraba con ternura y con amor, porque si llegó a dudar ahora estaba seguro, estaba enamorado de Myriam, su hermana. Tomó su barbilla para que lo mirara a los ojos... mírame bebé, Quiero que sepas que tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida, que en mis mejores recuerdos estás tú y que eres mi mayor alegría… Myriam comenzó a acariciarle la cara recorriendo con el dedo meñique el sendero de sus lágrimas, algo en su mirada se notaba diferente, algo que la quinceañera pudo descifrar como amor… yo te quiero más que a la vida misma bebé, me será muy difícil vivir sin ti, pero mi castigo a lo que siento será no verte y ya no poder acariciar tu carita ni escuchar tu voz despertándome todas las mañanas…
Myri: tu castigo, no te entiendo Víctor, me estás asustando…
Vico: Myriam… Los demonios que lo acompañaban lo mal aconsejaron, ese deseo de amarla libremente lo embargó como si acaso fuera posible, sabía que se iría a lo más profundo del infierno pero se conformaba si después ella lo perdonaba… La miró fijamente a los ojos y como dos imanes que se atraen inevitablemente, ella se estremeció cuando sintió los labios de su hermano sobre los de ella, eran tan cálidos como siempre se los había imaginado, porque mientras la besaba se confesaba a sí misma que su sueño más preciado se estaba volviendo realidad en ese instante y a pesar de que ya había besado a alguien antes, esto era lo que siempre había deseado, sentir amor con el sólo roce de unos labios y por eso cuando le tocó la espalda por encima de la blusa entreabrió la boca para permitirle a su lengua que pasara por entre sus dientes para sentir su húmeda calidez… Víctor se separó un momento y alcanzó a decir… te amo Myriam, esa es mi verdad y mi pecado, pero te amo…
Myriam se separó de él y mientras lo miraba fijamente a los ojos, se acariciaba los labios todavía cálidos por el contacto… Acaso había escuchado mal o quizás estaba en medio de una pesadilla pero todo era tan real porque tanto sus ojos como los de Víctor derramaban lágrimas sin tregua alguna, la confesión de Víctor era una aberración pero el deseo que la embargó por decirle que ella también lo amaba era aún peor…
Vico: por eso me tengo que ir Myriam, porque ya sé que Dios no me va a perdonar esto que siento por ti, porque quiero alejar de mi mente el deseo de tocarte y gritarte que te amo cada que te veo caminando por la casa, porque esto que siento es un pecado mortal…
Myri: Víctor, vámonos juntos, no me dejes sin ti…
Vico: entiéndelo Myriam, por favor…
Myri: y qué pasaría si yo te dijera que también te amo… Víctor se horrorizó con las palabras de su hermana, pero él no permitiría que ella se embarrara en el lodo que era su vida desde que había descubierto que la amaba…
Vico: Myriam cállate, no sabes lo que estás diciendo, tú eres una niña y estás equivocada o confundida, tú no me amas, sólo lo crees…
Myri: no Víctor, yo te amo, estoy segura…
Vico: pero somos hermanos Myriam y esto no puede ser… Yo me voy a ir y tú vas a olvidar este momento…
Myri: no, por favor no…
Vico: (llorando desesperado) ten por seguro que siempre te voy a adorar y que si pudiera le gritaría a todos que te amo, no me importaría que el mundo me juzgara, pero no es así… Le dio un suave beso en los labios y ella se apretó contra su pecho como aceptando con tristeza su decisión porque sabía que si él se quedaba, sufriría y ella lo único que quería para Víctor era que fuera feliz… Se oyó el ruido de la puerta principal, Doña Refugio y Don Víctor habían regresado a la casa y ya no había nada qué decir… este amor que siento por ti Myriam, es un pecado mortal…
Los años siguieron pasando y aunque la familia García Cruz tenía problemas habituales, la verdad era que se querían mucho y había mucha estabilidad; eran una verdadera familia y a pesar de que Víctor sabía desde niño que no era hijo de Refugio, la quería como si lo fuera y por supuesto Myriam era su adoración… Cuando Víctor cumplió 12 y tuvo que cambiar de escuela para ir a la secundaria, Myriam de 7 lloraba y lloraba sin parar y sólo se calmó cuando su hermano que se estaba convirtiendo en un guapo jovencito, le cantó una canción hasta que se quedó dormida… El tiempo siguió pasando y aun cuando Víctor empezaba a tener otros intereses, su hermana nunca dejó de ser su prioridad y como para entonces Refugio había vuelto a la empacadora para ayudar a su esposo, Víctor dedicaba algunas horas en la tarde a ayudarle con la tarea y hasta inventaba juegos para que ella pudiera aprender con facilidad, pero una de esas tardes tuvieron una fuerte pelea… Yahir, Raúl y Toño, los amigos de Víctor, lo habían invitado a un partido de básquet, él como siempre ayudó a Myriam con la tarea y como ya le había pedido permiso a sus papás para salir con sus amigos, la sirvienta se quedaría con la niña hasta que Refugio llegara…
Vico: bueno bebé, ya acabamos la tarea…
Myri: qué padre Vico, jugamos un ratito…
Vico: mmmhh, este, hoy no bebé, hoy me voy a ir a jugar con mis amigos en el parque…
Myri: (triste) y yo qué?, a poco me voy a quedar solita…
Vico: no, te vas a quedar con Rosita…
Myri: no, yo quiero estar contigo, por qué no me llevas al parque..
Vico: no Myriam, no puedo.
Myri: ándale, te prometo que me voy a portar bien, mira, si me llevas me siento en una banquita y nada más los veo jugar…
Vico: no…
Myri: Víctor por favor, hasta te puedo echar porras…
Vico: que no…
Myri: ándale…
Vico: no Myriam
Myri: (sollozando) por favor…
Vico: (ya desesperado) otra vez Myriam, entiende que no te puedo llevar… Myri abrió los grandes y preciosos ojos que tenía lo más que pudo, en sus 9 años de vida Víctor nunca le había gritado y eso le dolía mucho, le dolia casi como si la hubiera golpeado.
Myri: (llorando) pero por qué no puedes?
Vico: (enojado) no es que no pueda, es que no quiero llevarte conmigo Myriam, entiende, tú eres una niña…
Myri: lo que pasa es que ya no me quieres. Sin decir más salió corriendo disparada para su habitación; Víctor se quedó parado sin saber qué hacer, si algo le dolía en la vida era ver llorar a Myriam y mucho más si él era el causante de esas lágrimas… Salió corriendo tras de ella y alcanzó a detenerla antes de que azotara la puerta de su habitación…
Myri: vete Víctor, no quiero que me hables…
Vico: no Myriam, por favor no te enojes conmigo…
Myri: (sentándose en su cama) si no estoy enojada, pero ya entendí que como tú ya tienes 14 años no te interesa estar conmigo…
Vico: no bebé, no digas eso… Entró a la habitación y se hincó frente a la cama tomándole las manos tiernamente… Yo no soy grande, yo soy tu niño chipito, así me decías tú cuando eras chiquita…
Myri: pues ya no eres…
Vico: no bebé, perdóname por favor… Lo último que quiero en la vida es hacer o decir algo que te lastime…
Myriam comenzó a llorar de nuevo mientras él le limpiaba las lágrimas...
Vico: sabes qué Myri… Tú siempre vas a ser mi bebé y yo siempre voy a ser tu niño y por mucho que crezcamos siempre vas a ser mi hermanita, la más preciosa de todas…
Myri: de veras Vico…
Vico: (abrazándola) de veras preciosa…
Cuando Víctor cumplió 15 años sus papás le regalaron un coche y aunque en ese momento tenía una novia que se llamaba Ana, a la primera que le quiso dar una vuelta fue a su bebé. Por ese tiempo él entró a la preparatoria y se encargaba de pasar a recoger a su hermana a la primaria y todas las tardes antes de ir a casa la llevaba a tomar un helado de chocolate, eran increíblemente inseparables… Con el transcurrir de los años Víctor se hacía hombre experimentando con la novia en turno, mientras tanto Myriam, que estaba por cumplir los 12 también se estaba convirtiendo en una señorita por demás preciosa, a veces Víctor la miraba largo rato, luego se acercaba a ella para besarle la frente y para decirle lo mucho que la quería… el cuerpo de Myriam también empezó a cambiar y parecía desarrollarse con rapidez, tanto que los amigos de Víctor siempre le hacían notar lo hermosa que estaba su hermana y lo buenísima que se estaba poniendo, Víctor evitaba los comentarios para no tener que soltarle un puñetazo a alguno de ellos… Por esas fechas Víctor tuvo que ir a un viaje escolar por 4 días, de no ser porque era imposible, se hubiera llevado a su bebé y Myriam hubiera estado encantada de ir; cuando regresó a la casa lo primero que quería era abrazar a su hermana, y a sus papás claro...
Vico: ma’, ya regresé… Doña Refugio se encontraba en la cocina y se puso feliz al escuchar la voz de su muchacho…
Ref: tesoro, qué bueno que ya estás aquí, justo a tiempo porque te estoy preparando tu pollito en achiote…
Vico: ay mami, qué rico, pero si nomás me fui 4 días… Mi papá está en la empacadora supongo…
Ref: sí hijo, me dijo que le llamaras cuando llegaras, y aunque fue muy poquito tiempo te extrañamos mucho…
Vico: y yo a ustedes…
Ref: pues sí, aunque ya sé que a la que más extrañaste fue a tu hermana…
Vico: ay ma’ pues la verdad sí la extrañé mucho, dónde anda mi bebé…
Ref: en su cuarto hijo, ve a verla porque no se siente muy bien…
Vico: (preocupado) qué tiene, está enferma…
Ref: no, ya sabes, cosas de mujeres… Víctor corrió a la habitación de Myriam y llamó suavemente a la puerta...
Vico: bebé…
Myri: (triste) niño, ya llegaste…
Vico: puedo pasar…
Myri: ajá… Él entró a la habitación y la encontró acurrucada en su cama abrazada a su muñeco de peluche favorito, se acercó y se recostó junto a ella; ella se incorporó para poder abrazarlo…
Vico: hola mi niña, te extrañé mucho…
Myri: yo también Víctor…
Vico: (besando su frente) qué tienes Myri, me dijo mi mamá que no te sientes bien…
Myri: no, me da pena decirte. Víctor la recostó en su pecho y aunque se imaginaba a qué se debía su malestar decidió esperar a que ella hablara... Es que, mmmh, ayer empecé por primera vez con mi periodo…
Vico: ay bebé, y te duele…
Myri: ajá… Víctor se levantó corriendo al baño, cuando regresó traía una bandejita con agua caliente y un trapito…
Vico: a ver Myri, acuéstate boca arriba, te voy a poner unas compresitas para que se te quiten los cólicos… Y así lo hizo, le desnudó el vientre y conforme le iba poniendo las compresas, el dolor iba cediendo poco a poco, cuando ya se sentía mejor se volvió a recostar detrás de ella, la rodeó por la cintura y una hora más tarde su madre los encontraba abrazados y profundamente dormidos, amaba tanto a sus hijos y era increíble que aun cuando realmente ellos no..., bueno, era increíble que dos hermanos se quisieran tanto como ellos; esa escena se repetía cada 28 días que Víctor no estaba ni para la novia en turno ni para sus amigos porque prefería quedarse en casa a aliviarle los cólicos a Myriam…
Conforme Myriam seguía creciendo sus inquietudes y las de sus amigas, Estrella e Inés, se transformaban también; para unas niñas próximas a cumplir 15 años, las muñecas ya no eran tan importantes como comprar un labial llamativo o usar ropa de moda para agradar a los niños más grandes que ellas.
Inés: a poco no está guapísimo Raúl el amigo de tu hermano Myriam…
Estrella: no pero qué me dicen de Toño; por cierto Myri, ya nos dijeron que Roberto el del otro salón quiere contigo…
Myri: ay pues a mí no me gusta ninguno, Yo cuando me case…
Estrella: sí, ya sabemos, tú cuando te cases va a tener que ser con alguien como tu hermano…
Myri: aunque eso va a ser muy difícil porque nadie en este mundo está tan guapo como mi hermano y es tan tierno como él…
Inés: pues lo de guapo no sé, lo que sí es que ustedes dos se llevan muy bien…
Estrella: sí, tanto que él prefiere estar contigo que con su novia…
Myri: novia, cuál novia…
Estrella: uy se me hace que ya la regué, pues a mí Toño me platicó que desde ayer Rocío es su novia…
Myri: ashhhh, esa chava está muy fea para mi cejón…
Inés: no, el problema es que eres tan celosa de Víctor que para ti, ninguna chava es lo suficientemente buena… En ese momento llegaba Víctor a recogerla, era la hora de la salida y también hora del helado de chocolate que compartían cada tarde desde hacía casi 5 años… Víctor se acercó a las tres chicas…
Vico: hola mis amores, cómo están…
Estrella: hola Vico…
Inés: bien y tú…
Vico: bien, por cierto, Raúl y Toño les mandaron muchos saludos… Inés se sonrojó por completo y Estrella se emocionó muchísimo...
Estrella: ay pues diles que nosotras también les mandamos saludos…
Vico: (abrazando a Myriam) ah pues mejor ustedes les dicen en los quince de Myriam… Y tú bebé, cómo estás…
Myri: (molesta por lo de la supuesta novia) bien niño…
Vico: bueno, pues ya nos vamos porque hoy voy a invitar a comer a mi niña… Tomó su mochila como siempre lo hacía, pero cuando quiso tomar su mano ella se lo impidió, se subió al coche casi sin hablar… encendiendo el auto… a ver, por qué está haciendo puchero mi princesa, a dónde quiere ir a comer la bebé más linda…
Myri: (hablando como niña) niño, es cierto que ya tienes novia… Víctor se puso tan nervioso que hasta apagó el auto, Myriam sólo era su hermana pero confesarle que sí lo hacía sentirse como novio confesando una infidelidad…
Vico: mmmhhhh, este, pues sí, ayer le pedí a Rocío que fuera mi novia…
Myri: ah, no crees que está muy fea para ti…
Vico: jajajaja, ay bebé, ella no es fea, lo que pasa es que tú como mi hermana me ves con ojos de amor; y además pues bueno, en comparación contigo todas son feas…
Myri: Víctor, prométeme que aunque tú tengas novia y yo tenga novio, siempre vamos a darnos tiempo para estar juntos… De pronto Víctor se puso serio...
Vico: novio, cuál novio tú…
Myri: no, digo cuando lo tenga…
Vico: ah, ya me estaba preocupando porque al cabrón que te quiera poner una mano encima, me lo chingo…
Myri: jajajaja…
Vico: no bebé, ya en serio, Te lo prometo, tú y yo siempre vamos a estar juntos pase lo que pase, porque yo no me imagino la vida si tú no estuvieras; o sea, adoro a nuestros papás pero tú eres la persona más importante de mi vida…
Myri: (hablando como niña) y tú la mía niño…
Se abrazaron un rato hasta que las tripas de Víctor comenzaron a protestar; como su padre trabajaría hasta tarde y Refugio iría para ayudarlo, Víctor invitó a comer a su hermana a su pizzería favorita y como era viernes también fueron al cine… Era increíble ver a dos hermanos llevarse tan bien, su relación era tan estrecha que en el cine los habían hecho pasar como pareja y ellos habían tenido que explicar que eran hermanos, cuando llegaron a casa había un recado de la sirvienta en la mesa, Rocío había llamado al joven Víctor mientras él no se acordaba de su existencia porque había pasado toda la tarde al lado de Myriam; mientras ella se cambiaba de ropa, él preparó los sándwiches con jamón tostado que cenarían esa noche, los llevó a la habitación de ella y después de comerlos, se durmieron abrazados hasta el día siguiente…
El gran día de la fiesta de XV llegó, Víctor había juntado sus mesadas para regalarle a su hermana una cruz que colgaba de una cadena de oro junto con los aretes que hacían juego, él había ido a muchas fiestas de quince, pero estaba seguro de que ninguna quinceañera se veía tan hermosa como ella y lo mejor de todo era que cuando a Myriam le habían preguntado a quiénes quería de chambelanes, no había dudado un segundo en decir que sólo le interesaba bailar con su papá y con su hermano y en realidad esa noche él no quería compartir a su hermana con nadie… La misa fue preciosa, Víctor, Inés y Estrella estaban en primera fila y Raúl y Toño no habían perdido la oportunidad para sentarse junto a ellas; Yahir había sido designado fotógrafo oficial y Rocío también los acompañaba aunque se sentía un poco incómoda porque Víctor estaba completamente concentrado en su hermana… Los padres de Myriam y Víctor tenían un lugar especial y el resto de la iglesia estaba llena por los compañeros de la escuela de Myriam y por algunos amigos de la familia… La fiesta no pudo estar más divertida, Don Víctor bailó orgullosamente el vals con su hija y luego siguió el turno para Víctor; la recibió de manos de su padre y le recordó una vez más lo mucho que la quería, la levantó unos centímetros para girar con ella colgada de su cuello y luego bailaron juntos; después de la cena Roberto y otros chicos de la edad quisieron sacar a bailar a Myriam, pero Víctor no se los permitió porque no permitió que ningún muchachito la apartara de él en toda la noche…
Rocio: bueno chavos, pues yo creo que mejor me voy…
Yahir: pero por qué Chío, si está bien buena la fiesta…
Rocio: no Yahir, la verdad no puedo creer que Víctor no me haya sacado a bailar ni una vez, o sea, es evidente que su hermana es más importante que yo…
Raúl: ay Chío no manches, no me digas que estás celosa de Myriam, o sea ella es la hermana de Víctor…
Rocío: pues no es mala onda, pero si yo no supiera que son hermanos, estaría segura de que están enamorados…
Estrella: no digas tonterías Rocío, es que se ve que conoces hace muy poco a Víctor, ellos dos se adoran y son inseparables, pero como lo que son, como hermanos…
Toño: sí Chío, Estrella tiene razón, nosotros ya sabemos que cuando están juntos, nadie más existe y pues la neta qué chido que dos hermanos se lleven tan bien…
Roció: pues será como sea, pero yo me voy… Víctor ni siquiera notó que su novia se había ido, y si lo hubiera notado tampoco le hubiera importado porque esa noche su hermana era lo único verdaderamente importante… En la noche cuando todo terminó y regresaron a la casa, Don Víctor y Doña Refugio se dirigieron a su habitación después de felicitar nuevamente a su tesoro, también Víctor y Myriam entraron a la habitación y ella se dejó caer rendida sobre la cama, Víctor no lo dudó ni un segundo, le quitó los zapatos y comenzó a darle un masaje en los pies…
Myri: ay niño, estoy bien cansada…
Vico: pues cómo no bebé, si no te dejé que te sentaras ni un momento… Ay, y por cierto que tu amiguito ese el que tiene cara de marrano estaba muy enojado porque no pudo bailar ni una contigo…
Myri: jajajaja ay Víctor, pobrecito…
Vico: (soltándole los pies) uy y hasta lo defiendes…
Myri: ah ke no niño porque de todas formas yo nomás quería bailar con mi hermanito, que era el más guapo de todos los de la fiesta…
Esa noche Víctor le leyó un cuento a su bebé de 15 años y al mirarla dormir en su regazo se aseguró a sí mismo que ella era lo que más amaba en la vida; su papá era sin duda un gran hombre y ni qué decir de su madre que aunque no lo había llevado en su vientre, se había encargado de él desde que tenía 7 meses, pero ella, así berrinchuda, aferrada, necia, chiqueona, era perfecta, eso lo llevó a pensar en Rocío y en todas las novias que había tenido, por qué nadie era como su hermana… Sin darse cuenta se quedó dormido con ella en brazos, como ya era una costumbre en ellos… Al día siguiente Rocío le llamó y quedaron de verse para platicar, esa conversación cambiaría su vida…
Vico: (intentando besarla) hola bebé, cómo estás…
Rocío: (volteando la cara) bien Víctor, y por favor no me llames bebé, eso sólo se lo dices a tu hermana…
Vico: Chío, los chavos me dijeron que te fuiste muy enojada, discúlpame pero wey, era la fiesta de Myriam y yo tenía que estar con ella…
Rocío: ay Víctor ni me des explicaciones porque siempre he sabido que tu hermana es más importante que yo y que todos, Víctor quiero que terminemos…
Vico: qué?, pero por qué Rocío…
Rocío: te voy a ser completamente sincera, ya me harté de que quieras que yo sea lo que no puedo ser…
Vico: no te entiendo…
Rocío: es que yo no puedo competir con tu hermana Víctor porque para ti no hay otra mejor que ella…
Vico: mira con mi hermana no te metas, ella no tiene nada que ver en esto…
Rocío: mira Víctor, yo no quiero seguir contigo porque sé que siempre voy a estar en segundo plano, y si tu hermana es lo más importante para ti, está bien pero piensa que así nunca vas a poder tener una relación seria…
Vico: no necesitas poner un pretexto...
Rocío: no te pongas a la defensiva, recuerdas cuál ha sido el motivo de que terminaras con todas tus ex novias… Siempre ha sido por Myriam y es que te voy a decir una cosa en buena onda, esa relación que llevas con tu hermana es rara…
Vico: (enojado) rara, rara por qué… Yo sólo adoro a Myriam y eso no va a cambiar por nada ni por nadie…
Rocío: yo también adoro a mi hermano pero él no planta a sus novias para salir conmigo, no cree que soy la mujer más hermosa del mundo, no me compra lencería porque cree que me voy a ver preciosa y tampoco sabe mi talla ni tampoco se olvida del mundo cada 28 días porque tiene que hacerme masaje para quitarme los cólicos, osea ni siquiera tú sabes cuándo es mi periodo; no quiero que me lo tomes a mal pero yo no le dejo de hablar a mi hermano cuando tiene una novia nueva ni tampoco quiero casarme con alguien como él, pareciera que ustedes tiene una relación de pareja, no de hermanos…
Vico: ya basta Rocío, deja de decir pendejadas, no sé por qué a todos les causa tanta extrañeza que yo adore a Myriam, pues sí la adoro y no me importa lo que piensen tú y todas, para mí ella no es la mejor, es la única, no necesito otra mujer en mi vida porque nadie me quiere como ella, nadie me entiende como ella, nadie puede compararse con Myriam…
Rocío: (muy alterada) Víctor por favor, escucha lo que estás diciendo, estás hablando de tu hermana como de la mujer de tu vida. Piénsalo, qué vas a hacer cuando ella tenga un novio y ya no pueda dedicarte tanto tiempo a ti…
Vico: (interrumpiéndola) eso nunca va a pasar y sabes qué, creo que ya dijiste todo lo que tenías que decir, qué pena que confundas un amor de hermanos de esa manera tan asquerosa…
Víctor caminó sobresaltado hasta el automóvil y las palabras de Rocío daban vueltas en su cabeza torturándolo, se sentó frente al volante y manejó sin rumbo fijo, él sólo quería a su hermanita preciosa, acaso nadie podía entenderlo o acaso Rocío tenía algo de razón… No, no era posible, aunque era verdad, todas sus novias lo habían terminado recriminándole que Myriam era más importante que ellas y cada vez que eso pasaba se sentía con un peso menos porque dejaba de sentir que la traicionaba, nunca le había importado una mujer como le importaba ella y si bien había metido en su cama a más de una no le provocaban el amor y la ternura que le provocaba su hermana, pero era un amor de hermanos, o no… De pronto muchos recuerdos se vinieron a su cabeza, como la vez que habían hablado de sexo y se había puesto furioso de tan sólo imaginarla a ella en los brazos de otro, ahora caía en la cuenta de que el problema era que ese otro no sería él; recordó también ese sueño recurrente que lo asustaba, los soñaba juntos y felices haciendo el amor en una recámara preciosa mientras él le gritaba que la amaba a pesar de todo y de todos y luego se le vino a la mente ella y todas las veces que sonriendo y acariciando su cabello le había jurado que siempre lo querría más a él que a cualquier hombre que estuviera a su lado; Dios Santo!!! nunca hasta ese día le pareció extraño todo eso y quizás hasta aterrador, Rocío tenía razón y ni siquiera sabía cómo había pasado, desde los 4 años le había rogado a su madre que le diera un hermanito y había nacido ella, su bebé, la quería como hermana pero en algún momento ese amor se había transformado, se había torcido de una manera impura hasta convertirse en un pecado, en un pecado mortal…
Lloraba como un loco y se preguntaba qué sentiría ella, seguramente si supiera los verdaderos sentimientos de él se decepcionaría y hasta le temería porque ella era una niña que no tenía porquerías en la cabeza ni en el corazón… Después de seguir conduciendo y de tranquilizar un poco su alma pidiendo perdón por lo que sentía arrodillado en la iglesia, regresó a casa y justamente ella ya lo esperaba con esa sonrisa de siempre y con sus brazos abiertos, la sabía hermosa pero descubrir que la amaba lo obligaba a mirarla distinta y cuando la abrazó y sintió que no traía sostén debajo de la blusita de tirantes los pensamientos más pecaminosos se atravesaron por su mente y se sintió el más desgraciado y asqueroso de los hombres, porque no sólo la amaba sino que también la deseaba como un loco, aun cuando ella sólo tenía 15 años… Los días siguientes fueron un martirio para Víctor y ella estaba empezando a resentir su alejamiento, ya no salían juntos ni tampoco le leía cuentos para dormir como lo hacía antes, ella moría por perderse en los brazos de su hermano para contarle sus cosas y para decirle como siempre lo hacía que lo adoraba con todo su corazón, algo no andaba bien y una semana después, aprovechando que la casa estaría sola, tuvo que enfrentarlo, pero Víctor ya había tomado una decisión...
Myri: (llamando a la puerta de Víctor) Víctor me dejas pasar…
Vico: qué quiéres Myriam…
Myri: por favor niño, déjame entrar… dime por favor si te hice algo, por qué estás enojado conmigo o es que ya no me quieres… Si a Myriam le dolía la forma en que su hermano la estaba tratando últimamente, quedaba el consuelo de que a él mismo le dolía aún más, que si ya no la quería… Dios Santo, el problema es que la quería demasiado, el problema era que la amaba y era su hermana y eso iba contra la naturaleza y contra Dios mismo… Escuchaba su vocecita llamarlo al otro lado de la puerta de forma suplicante y los ojos se le llenaron de lágrimas…
Myri: Vico, por favor…
Vico: pasa Myriam… Myriam entró lentamente y Víctor deseó que lo hiciera corriendo para abalanzarse encima de él para jugar a las mordidas, lo miró como buscando una respuesta pero él no tenía cara para decirle su terrible verdad…
Myri: me puedo sentar…
Vico: claro Myriam…
Myri: mmmhhhh, ya ni siquiera soy tu bebé… Myriam agachó la cabeza y comenzó a llorar y fue entonces cuando Víctor ya no pudo contener su necesidad de ella y la jaló para apretarla de forma desesperada contra su pecho y poder consolarla y poder sentir su calor y su exquisita presencia…
Vico: no bebé, no llores, te lo suplico…
Myri: (llorando): dime qué tienes niño, qué te pasa o qué hice mal…
Vico: no mi niña preciosa, no tengo nada…
Myri: no es cierto, desde hace unos días que ya nada es igual, ya no quieres salir conmigo, ya no me cuidas antes de dormir, cuando me saludas ya ni siquiera me abrazas, te extraño mucho niño, te necesito mucho y tú, tú ya no me quieres… Todo quedó en silencio, pero Víctor se aferraba al cuerpo de su hermana como a una tabla de salvación en medio del océano porque si el mundo no existiera para juzgarlo, ella sería su salvación pero en realidad era su pecado y su perdición; de repente Myriam comenzó a sentir que pequeñas gotitas calientes caían sobre su hombro… Víctor, estás llorando…
Vico: Myriam, le voy a pedir a papá que me mande a estudiar al D.F…
Myri: (soltándose bruscamente) qué, Te vas a ir, No Víctor, por favor no te vayas…
Vico: me tengo que ir Myriam, por favor entiéndeme…
Myri: (gritando desesperada) no Víctor, por favor llévame contigo, tú no puedes irte y dejarme aquí sola, porque aunque tenga a mis papás y a mis amigos, al único que necesito para ser feliz es a ti…
Vico: (tomándola de las manos) no bebé, escúchame por favor… Yo me voy a ir y tú te vas a quedar aquí para crecer y para hacer tu vida porque sólo eres una chiquita de 15 años; vas a estudiar, vas a conocer a mucha gente y no está lejos el día de que conozcas a un chavo de tu edad que te guste y que te quiera y del que te vas a enamorar…
Myri: cállate Víctor, yo no quiero crecer ni hacer mi vida porque mi vida eres tú, no me interesa conocer a nadie porque al único hombre al que yo voy a querer es a mi hermano, tú no me puedes abandonar… Víctor palideció, lo que estaba escuchando lo hacía sentirse aún más culpable porque por el amor carnal que sentía por su hermana, la había hecho llegar a depender de su presencia y si había tomado la decisión de irse era para no arrastrarla en la podredumbre de sus sentimientos, aunque el dolor que veía reflejado en sus preciosos ojos color miel, era como un veneno que acababa con su voluntad de manera agonizante, que lo hacia desear la muerte para protegerla de él… Myriam llorando de nuevo… te lo suplico Víctor, no te vayas, no me dejes…
Vico: (llorando también) bebé, perdóname, perdóname por hacerte sufrir, perdóname por sentir lo que siento… Myriam lloraba desconsolada y el corazón de Víctor se quebraba en mil pedazos, tomó su rostro y besó su frente, con las yemas de los dedos le limpiaba las lágrimas y la miraba con ternura y con amor, porque si llegó a dudar ahora estaba seguro, estaba enamorado de Myriam, su hermana. Tomó su barbilla para que lo mirara a los ojos... mírame bebé, Quiero que sepas que tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida, que en mis mejores recuerdos estás tú y que eres mi mayor alegría… Myriam comenzó a acariciarle la cara recorriendo con el dedo meñique el sendero de sus lágrimas, algo en su mirada se notaba diferente, algo que la quinceañera pudo descifrar como amor… yo te quiero más que a la vida misma bebé, me será muy difícil vivir sin ti, pero mi castigo a lo que siento será no verte y ya no poder acariciar tu carita ni escuchar tu voz despertándome todas las mañanas…
Myri: tu castigo, no te entiendo Víctor, me estás asustando…
Vico: Myriam… Los demonios que lo acompañaban lo mal aconsejaron, ese deseo de amarla libremente lo embargó como si acaso fuera posible, sabía que se iría a lo más profundo del infierno pero se conformaba si después ella lo perdonaba… La miró fijamente a los ojos y como dos imanes que se atraen inevitablemente, ella se estremeció cuando sintió los labios de su hermano sobre los de ella, eran tan cálidos como siempre se los había imaginado, porque mientras la besaba se confesaba a sí misma que su sueño más preciado se estaba volviendo realidad en ese instante y a pesar de que ya había besado a alguien antes, esto era lo que siempre había deseado, sentir amor con el sólo roce de unos labios y por eso cuando le tocó la espalda por encima de la blusa entreabrió la boca para permitirle a su lengua que pasara por entre sus dientes para sentir su húmeda calidez… Víctor se separó un momento y alcanzó a decir… te amo Myriam, esa es mi verdad y mi pecado, pero te amo…
Myriam se separó de él y mientras lo miraba fijamente a los ojos, se acariciaba los labios todavía cálidos por el contacto… Acaso había escuchado mal o quizás estaba en medio de una pesadilla pero todo era tan real porque tanto sus ojos como los de Víctor derramaban lágrimas sin tregua alguna, la confesión de Víctor era una aberración pero el deseo que la embargó por decirle que ella también lo amaba era aún peor…
Vico: por eso me tengo que ir Myriam, porque ya sé que Dios no me va a perdonar esto que siento por ti, porque quiero alejar de mi mente el deseo de tocarte y gritarte que te amo cada que te veo caminando por la casa, porque esto que siento es un pecado mortal…
Myri: Víctor, vámonos juntos, no me dejes sin ti…
Vico: entiéndelo Myriam, por favor…
Myri: y qué pasaría si yo te dijera que también te amo… Víctor se horrorizó con las palabras de su hermana, pero él no permitiría que ella se embarrara en el lodo que era su vida desde que había descubierto que la amaba…
Vico: Myriam cállate, no sabes lo que estás diciendo, tú eres una niña y estás equivocada o confundida, tú no me amas, sólo lo crees…
Myri: no Víctor, yo te amo, estoy segura…
Vico: pero somos hermanos Myriam y esto no puede ser… Yo me voy a ir y tú vas a olvidar este momento…
Myri: no, por favor no…
Vico: (llorando desesperado) ten por seguro que siempre te voy a adorar y que si pudiera le gritaría a todos que te amo, no me importaría que el mundo me juzgara, pero no es así… Le dio un suave beso en los labios y ella se apretó contra su pecho como aceptando con tristeza su decisión porque sabía que si él se quedaba, sufriría y ella lo único que quería para Víctor era que fuera feliz… Se oyó el ruido de la puerta principal, Doña Refugio y Don Víctor habían regresado a la casa y ya no había nada qué decir… este amor que siento por ti Myriam, es un pecado mortal…
Carole- VBB JUNIOR
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Re: PECADO MORTAL...
CADA VEZ QUE LA LEO ME GUSTA MÁS, GRACIAS POR EL CAPÍTULO
mats310863- VBB PLATINO
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Re: PECADO MORTAL...
Esta es una de mis novelas favoritas. muchas gracias por traerla.
alma.fra- VBB DIAMANTE
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Re: PECADO MORTAL...
CAP. 3.
Esa misma tarde Víctor habló con sus padres y estos accedieron a mandarlo a estudiar al D.F., se despidieron con un largo abrazo después de que Myriam le juró que lo amaría por siempre y el tiempo siguió pasando…Al cabo de 1 año Roberto, el antiguo pretendiente de Myriam logró convencerla para ser novios, por supuesto no lo amaba, pero era una forma de no pensar en su hermano, en el amor de su vida… Desde que se fue no lo había vuelto a ver y aunque hablaba constantemente con sus padres por teléfono, a ella sólo le había llamado para felicitarla por su cumpleaños número 16, sin embargo ella nunca había podido comunicarse con él… Lo extrañaba tanto y a pesar de tener amigos y novio, nunca fue la misma desde el beso que recibió de su hermano, sabía que debía sentirse sucia por ello, pero nunca volvió a tener esa sensación tal de plenitud… Para Víctor la vida sin ella no era mucho más sencilla, la soledad lo había convertido en un hombre hecho y derecho y con 22 años cumplidos y a casi dos años de haberse ido, la amaba cada día un poco más y ya qué más daba confesarlo, también la deseaba porque su sueño recurrente seguía presente.
Ahora que estaba por cumplir los 17 debía estar más preciosa de lo que la había dejado, Doña Refugio le había contado que se había teñido el cabello de rojo así que en el tormento de su imaginación, añoraba desnudarla poco a poco mientras le acariciaba ese cabello de fuego… Los primeros dos años la evitó aunque eso lo hería profundamente, pero cuando Don Víctor lo cuestionó del por qué no hablaba con su hermana, tuvo que llamarla de vez en cuando para cubrir las apariencias. Dios Santo, si sus padres siquiera sospecharan sus sucios sentimientos, lo aborrecerían y lo creerían el más despreciable de los hombres porque eso era, un hombre que vivía en el pecado por amar a una mujer prohibida, a la más hermosa de todas, a su hermana Myriam… Cuando ambos tuvieron una computadora en casa, Myriam le escribía un correo electrónico diario en el que le decía: “aunque todos te juzguen, yo te perdono mil veces porque siento lo mismo, cada día que pasa es uno menos sin ti y uno menos de esta vida que es toda negra porque no estás… TE QUIERE, MYRIAM”, él los leía pero nunca le respondía, qué podía decirle, que se había ido para olvidarla y que la amaba más que antes o que su perdón le era suficiente para levantarse sonriendo cada mañana después de haber soñado con ella… Pasaron 5 años desde su partida, ella recién había cumplido los 20 y él tenía 25, ella estudiaba Veterinaria en la universidad y él, graduado en Administración de empresas, trabaja con éxito en una empresa importante; los correo electrónicos seguían llegando y él los ignoraba como siempre, pero un día llegó uno al que tuvo que atender: “Víctor, este correo es diferente, papá está muy enfermo y no hemos podido comunicarnos contigo, ven lo más pronto que puedas... TE QUIERE, MYRIAM”…
Por qué el destino lo trataba así, Debía regresar para estar con su familia en los momentos difíciles, su padre ya le había dicho que era tiempo de que se ocupara de la próspera empresa familiar y aunque había logrado alargar el momento de volver, había llegado el día… Añoraba ver a sus padres, quería poder ayudar a Don Víctor quien gracias a Dios ya estaba fuera de peligro y quería abrazar a su mamá y probar de nuevo el pollo en achiote que tanto le gustaba, moría por ver a sus amigos, Raúl, Yahir y Toño pero lo que más deseaba en esta vida era volver a perderse en la mirada de su bebé, poder estrecharla y recibir una de sus caricias habituales… Le emocionaba volver pero el terror de caer en la tentación de amarla sin cordura alguna lo acechaba todo el tiempo, quizás la vería y se daría cuenta de que ya no sentía nada por ella pero para qué se engañaba, la amaba y su martirio no tenía remedio… Cuando regresó a Monterrey, parecía que todo se hubiera detenido esperando su regreso, como no avisó de su llegada tomó un taxi y cuando estuvo frente a la fachada de su casa, se arrepintió de estar ahí, pero ya no había marcha atrás…
Llamó a la puerta algo temeroso y cuando Rosita, la muchacha del servicio le abrió, tuvo el impulso de empujarla para correr a buscar a Myriam; después de darle un abrazo a la muchacha entró en la casa, donde el aroma del perfume de su hermana parecía impregnado en las paredes; caminó hasta la cocina y en el pasillo se encontró con una foto de los XV años de Myriam, suspiró, se besó los dedos y luego acarició el retrato, su bebé… llegó hasta la puerta donde su madre cocinaba su platillo favorito como si lo esperara…
Vico: crees que haya lugar para uno más en la mesa… Doña Refugio volteó sorprendida al escuchar la voz de su hijo...
Ref: (corriendo a abrazarlo) hijito, mi tesoro, estás aquí…
Vico: no mamita, no vayas a llorar, ya estoy aquí de regreso…
Ref: hijo, no sabes cómo te hemos extrañado, tu papá, yo y tu hermana, ella ha sufrido mucho desde que te fuiste…
Vico: ay mamá, yo también la he extrañado mucho, no sólo a ella, a todos. Dime, cómo está mi papá…
Ref: ya está muy bien hijo, casi le da un infarto pero todo salió bien, el doctor nos dijo que ahora necesitará mucho reposo. Ahorita está descansando y en un rato le voy a llevar su comida…
Vico: gracias a Dios que está bien… Y hablando de comida, ya ví lo que estás cocinando…
Ref: (jalándolo hasta donde estaba la cazuela) ay tesoro, no me lo vas a creer pero hoy en la mañana tu hermana me dijo que soñó que regresabas y decidí hacer esto de comer… Myriam se va a poner feliz cuando te vea…
Vico: (nostálgico) mi hermana, mi bebé, cómo está, está en su cuarto…
Ref: no hijo, su novio pasó por ella porque tenía que ir a ver unas calificaciones a la escuela, pero no debe tardar porque me dijo que venía a comer… “Su novio...” fue lo último que Víctor escuchó porque la ira y la decepción le impidieron oír todo lo demás...
Vico: su qué…
Ref: su novio hijo, te acuerdas de Roberto, pues es su novio…
Vico: ese tipo, mamá, cómo es posible que le permitas a Myriam que ande con él…
Ref: jajajajaja, ay tesoro, tú siempre tan celoso con tu hermana… Roberto es un buen muchacho y… Celos de hermano?, definitivamente no. Myriam le había mentido, le había prometido que lo querría siempre y ahora resultaba que era novia del más estúpido de los hombres, maldita fuera su suerte de amar a un pecado… hijo, me estás escuchando…
Vico: discúlpame mamita… Voy a ver a mi papá… subió las escaleras enceguecido por la ira pero sabía que nada podía hacer.
El encuentro con su padre también fue algo muy hermoso, platicaron de cómo les había ido en la vida y hasta derramaron algunas lágrimas por el gusto de estar de nuevo juntos… Un rato después Víctor se instalaba en su habitación y abrazaba al muñeco de peluche que había tomado de la cama de su hermana; de repente escuchó que un auto se estacionaba afuera de la casa, se asomó por la ventana y la vio… No era justo que tanta hermosura estuviera en una sola mujer y que alguien que no era él tuviera el placer de ofrecerle su mano para ayudarla a bajar del auto; en ese momento odió a Roberto, odió a Myriam por traicionarlo y al destino por haberlo hecho enamorarse de su hermana y haberlo sentenciarlo a vivir en el pecado de adorarla en silencio, quiso salir corriendo para quitársela de los brazos cuando Roberto la jaló y la besó en la boca en señal de despedida, esos labios le pertenecían porque Myriam en su mente, siempre sería su mujer, y el seria el unico hombre en la de ella… Myriam entró en la casa con el desgano que la caracterizaba desde que su hermano la había abandonado, sabía que era una locura pero le tenía mucho resentimiento por haberla abandonado sintiendo lo que ambos sentían, seguro él ya había encontrado una mujer y se había dado cuenta de que el supuesto amor que sentía por ella, sólo era amor de hermano mal entendido; sin embargo ella lo amaba ya sin ninguna duda y ese amor combinado con la culpa la acompañaban cada día de su vida… Sabía que sus sentimientos la condenaban para siempre pero hubiera preferido vivir mil años en el infierno con él que con esa tristeza…
Ref: tesoro, qué bueno que llegaste, cómo te fue…
Myri: hola mami, bien gracias… Cómo está mi papá…
Ref: bien hija pero te tengo una sorpresa, sube y verás qué es… Myriam subió desinteresada las escaleras, lo mismo le daba vivir o morir porque de todas formas nunca podría estar con él, cuando entró a su habitación él ya la esperaba, se paró en seco cuando lo vio parado al pie de la cama...
Myri: Víctor… Él la miró de frente estupefacto, su mirada dulce y esperanzada le hizo recordar a la niña que había sido su hermanita, la bebé de su corazón, pero su cabello rojo a los hombros, su cuerpo perfectamente formado y la blusa descubierta que le resaltaba los pechos lo enfrentaron por primera vez a la mujer que amaba, él había dejado a una quinceañera y se encontraba con ella…Para Myriam el impacto no fue menor, Víctor se había convertido en todo un hombre y ella supo en ese instante que era verdad que lo amaba aunque fuera su hermano… Estaba más guapo de lo que lo recordaba y por la forma como la miraba fijamente, sintió que se derretiría de la emoción y a la vez de la frustración de saber que su amor era un sacrilegio…
Vico: bebé, mi bebé…
Cuando las lágrimas comenzaron a rodar por las blancas mejillas de Myriam, Víctor estiró los brazos para que se acercara, ella cerró la puerta con seguro y obedeció lentamente porque por un lado lo amaba y ya no había duda de ello, pero a la vez lo odiaba por haberla dejado y de alguna u otra forma lo odiaba porque amarlo era un pecado… Cuando se tomaron de las manos una corriente eléctrica los recorrió a ambos, fue el rencuentro de dos hermanos que se querían y también de un hombre y una mujer cuyo castigo por amarse sería nunca poder consumar ese amor porque los unían lazos de sangre inquebrantables… El momento en que finalmente se fundieron en ese abrazo fue sencillamente sublime, Myriam lloró la frustración acumulada por 5 años mojándole la camisa, mientras él le recorría la espalda y le revolvía el cabello… Cuando se tranquilizó, se apartó de él como asustada porque algo le decía que si se quedaba cerca no podría controlar la tentación de rogarle que la besara, lo miró a los ojos como recriminándole todo el tiempo transcurrido sin él pero Víctor lloraba desconsolado y toda su voluntad se quebró… Myriam le rodeó el cuello con un brazo mientras su otra mano le reconocía el rostro…
Myri: (tocando su cara) déjame tocarte Víctor, te he extrañado tanto…
Vico: Myriam, mi amor, mi bebé…Víctor se llevó sus propios dedos y besó cada uno de ellos para luego acariciar los labios de Myriam… Como no puedo besarte me conformo por lo menos con hacer esto… Le acercó los labios a la cara y comenzó a recorrer cada una de sus femeninas facciones… perdóname Myriam pero te amo…
Myri: yo también a ti… Bésame, te lo suplico…
Vico: pero…
Myri: ya sé, ya sé que es un pecado pero no me importa, por favor bésame Víctor…
Vico: (alejándose bruscamente) no Myriam, no me pidas eso…
Myri: (susurrando) por favor… lo intentó, en verdad lo intentó pero la voz ronca de Myriam lo hizo caer en la tentación, la apretó toscamente y se apoderó de sus labios, aunque los había probado sólo una vez ya se sentía adicto a ellos y por su parte Myriam correspondía como toda una mujer; las lágrimas de ambos se confundían y ese beso sabía salado como recordatorio del pecado que anidaba en su corazón… La húmeda caricia se fue intensificando y Víctor buscaba saciarse de ella con desesperación, jugueteaba con su lengua y le daba pequeños mordisquitos que les producían a ambos un placer culposo incomparable…
Myri: auch… Víctor se separó de ella...
Vico: te lastimé…
Myri: me está sangrando el labio… Víctor le pasó un dedo por la herida humedeciéndolo con las gotitas de sangre…
Vico: maldita sea Myriam, Perdóname, perdóname por esto, por amarte y por herirte, perdóname porque aunque sea lo que más deseo yo nunca podré hacerte feliz porque nada entre tú y yo es permitido… Myriam se soltó y sin decir más salió corriendo de su propia habitación, lo que acababa de pasar era un error, pero la calidez de Víctor la invadía ya como un veneno que no mata pero que la hacía más débil y vulnerable ante él; ya no era la niña de 15 años que tal ves confundía el cariño de hermano con el amor de un hombre, era una mujer que tenía un corazón enloquecido por el que era su hermano y un cuerpo necesitado de su ardor…
A partir de ese día ya nada pudo ser igual, casi no se hablaban para evitar que al encontrarse sus miradas, se delataran a sí mismos porque si tan sólo sus padres lo supieran se quedarían horrorizados de saber lo que pasaba entre sus hijos; sin embargo, cada noche Myriam visitaba la habitación de Víctor cuando ya todos dormían en la casa, entraba intentando no despertarlo y lo observaba con adoración entre la obscuridad, él fingía que dormía pero se conformaba con mirar la sombra de su perfecta silueta proyectada en la pared… La vida era injusta porque su amor era como una blasfemia pero si el castigo era el infierno, seguramente sería mejor que vivir añorando una felicidad que nunca llegaría; Víctor había buscado en muchas mujeres eso que lo había hecho enamorarse de su hermana pero con cada nueva conquista confirmaba lo lastimosamente perfecta que podía ser ella y Myriam por su parte había intentado hacerse a la idea de que ese amor que decía sentir por su hermano no era más que el espejismo de una quinceañera pero ese beso que él le había regalado antes de irse estaba adherido a su boca y a su corazón… Ya habían pasado casi dos semanas desde que Víctor había regresado, cuando sus padres hicieron un anuncio estando toda la familia reunida…
Sr. V: hijo, ya te he dicho que tu madre, tu hermana y yo estemos felices de que hayas regresado…
Vico: gracias papá…
Sr. V: Myriam y tú saben que todo lo que hemos trabajado es por ustedes y nos da mucho orgullo verte a ti hecho todo un hombre de bien y a ti hija, que además de estar tan chula vas por muy buen camino con tus estudios…
Myri: todo te lo debemos a ti papá…
Sr V: pero la verdad es que su madre y yo ya estamos cansados, ahora que me vi tan enfermo me di cuenta de que es momento de que disfrutemos lo que hemos trabajado, ya es hora de que descansemos porque quiero estar bien sano y bien fuerte para verlos triunfar y para cuando alguno de ustedes haga su vida, se casen y me den un nieto… Myriam palideció, ese momento nunca llegaría porque el amor de su vida estaba sentado junto a ella apretando su pierna por debajo de la mesa y además, era su hermano… yo creo que tú hijo ya estás en edad de hacerte cargo de la administración de la empresa…
Vico: papá, es que yo he pensado que quiero regresar a México…
Sr. V: no Víctor, tu familia te necesita aquí, sobre todo tu hermana porque tu mamá y yo hemos decidido hacer un viaje por Europa y ella no puede quedarse sola… No, su papá estaba equivocado, no era Myriam quien lo necesitaba, era él quien sentía una escandalosa necesidad por acercarla a su cuerpo y besarla hasta que el destino, el amor y la pasión los llevara a algún sitio donde pudieran amarse sin prejuicios.
Vico: pero papá…
Sr. V: hijo, sé que es difícil pedirte que renuncies a la vida que tienes hecha en México, pero por lo menos quédate al frente del negocio durante los dos meses que durará nuestro viaje… Vaya que sería difícil pensó Myriam, porque amando a Víctor como lo amaba tendría que reprimir el deseo de implorarle que cayeran en el infierno juntos y con las dedos y las piernas entrelazadas… Víctor agachó la mirada mientras Myriam le apretaba la mano que él posaba sobre su rodilla, se sintió reconfortado en la vorágine de sus sentimientos, él le había prometido que la cuidaría siempre y se encargaría de que fuera feliz, si su amor la hacía infeliz por lo menos se aseguraría de su bienestar los próximos dos meses… El día del viaje llegó y Víctor y Myriam se quedaron solos en esa casa que resguardaba sus risas de niños y que ahora escondía entre las paredes su secreto que era un pecado mortal…
Víctor trabajaba incansablemente para no tener que sufrir la hermosa compañía de su bebé y ella salía lo más posible con sus amigas para despejar un poco su ya de por sí turbada mente… Esa tarde Víctor regresaba más temprano que de costumbre y cuando escuchó el auto del novio de su hermana estacionarse frente a su casa el coraje se hizo presa de él, aunque sabía que sería absurdo salir a reclamarle al estúpido que se atrevía a ponerla las manos encima a la que por un error del destino era su hermana y no su mujer… Se asomó por la ventana y otra vez vio cómo la ayudaba a bajar del auto; Roberto se acercó para besarla y ella recibió el beso con el mayor desgano posible, ya ni siquiera su cuerpo podía negar que amaba a Víctor y eso le desarrolló a él un sentido de posesión que no había experimentado nunca antes: Myriam era suya en un plano mucho más profundo que el físico, era su mujer porque así ella lo había decidido aunque eso implicara que de saberlo, la gente los señalara para siempre… Myriam entró en la casa esperando no encontrarlo, sin embargo ahí estaba sonriendo resignado, ahora él sabía que había perdido la batalla consigo mismo porque por mucho que intentara nunca dejaría de amarla y de desearla como ahora y a pesar de condenarse en el infierno, ya no estaba seguro de querer reprimir esos sentimientos…
Vico: hola bebé…
Myri: hola…
Vico: ya te he dicho lo hermosa que estás… Eres como un ángel… Myriam arrojó su bolso a la cama y su rostro desencajado le indicaba a Víctor que ni siquiera había escuchado el cumplido…
Myri: te equivocaste Víctor…
Vico: qué…
Myri: (enojada) que te equivocaste, quisiste creer que mi amor por ti no era más que una obsesión y te fuiste para que yo me diera cuenta de ello, ojalá así hubiera sido pero no, la única diferencia es que entonces te amaba como una niña y ahora…
Vico: (levantándose de la cama y tomándole las manos) ahora qué Myriam…
Myri: que ahora te amo como mujer pero de cualquier forma sigue siendo un pecado… Además ahora te odio por haberte ido porque no sabes todas las noches que lloré por ti y todas las veces que le rogué a nuestro papá que me mandara contigo porque quería ir a buscarte para que me ayudaras a cargar con este amor…
Vico: Myriam, perdóname, si me fui fue porque lo nuestro no puede ser, ni antes ni ahora ni nunca y yo no sabía si podría aguantar sin besarte, sin tocarte sin gritarte que te amo, porque te amo Myriam y ya sé que eso nunca a va a cambiar… Myriam se sentó en el borde de la cama con los ojos llenos de lágrimas…
Myri: cambiar, eso es lo peor de todo, que ni siquiera quiero cambiar lo que siento por ti, sólo deseo poder amarte sin que nadie nos juzgue, sin que eso nos condene para siempre… Víctor se hincó frente a ella tomándole las manos…
Vico: Myriam, mi bebé, mi amor… Dime por favor que tú me perdonas por amarte, porque aunque el mundo nos juzgue por esto yo me conformo con tu perdón… Myriam lo miró, de pronto le pareció ver de nuevo su carita de niño cuando le contaba emocionado alguna historia fantástica, le sonrió con ternura y con tristeza a la vez porque ya le era imposible verlo como su hermano mayor, aquél con el que había compartido una infancia feliz, ahora representaba al hombre que amaba y por cuyo amor a todo estaba dispuesta; ya no le importaba gritárselo, porque el odio que sentía no era más que otra representación de ese amor prohibido que la consumía por dentro…
Víctor se puso de pie y la levantó a ella también, se miraron fijamente hasta que ya no pudieron contenerse; él le paseó los labios por toda la cara como queriendo absorber su delicioso aroma hasta que tomó posesión de sus labios cálidos y trémulos… Myriam suspiró largamente cuando se aproximó el contacto y recibió la tibieza de la boca del hombre que amaba abriendo la boca y rodeándole el cuello con los brazos, la lengua de Víctor libraba una batalla con la de ella imitando la que libraban en su mente que los obligaba a decir no, en su corazón donde anidaba el amor que sentían el uno por el otro y en su cuerpo que les iba exigiendo a cada momento un poco más… Víctor se separó sobresaltado, reuniendo toda la sensatez que le quedaba…
Vico: Myriam, esto no puede ser, no debe ser…
Myri: ya sé, pero ya no quiero detenerme, no puedo dejar de amarte y tampoco quiero hacerlo… Cómo negarse a esa mirada con la que años atrás lo había convencido de compartirle de sus dulces, a esos ojos amielados y a ese cuerpo deliciosamente bien formado que se apretaba fuertemente contra él como reclamando lo que había añorado durante 5 años.
Vico: Myriam...
La besó nuevamente pero ahora de forma posesiva mientras metía su mano por debajo de la blusa para acariciar la blanca piel de su espalda, Dios Santo, esa sensación era incomparable, nunca antes la piel de su hermana le había parecido tan tersa pero vaya que si lo era, era simplemente preciosa… Bajó sus labios hasta besarle las venas punzantes de su hermoso cuello mientras las tímidas manos de ella se aferraban a su camisa como tratando de convencerse de que lo que estaba por venir era sólo la demostración física de un sentimiento arraigado por mucho tiempo… De repente le desabrochó el sostén y aunque ella sintió un poco de temor, su mirada tierna le dio todo el valor que necesitaba para seguir adelante en la consumación de ese amor que era una maldición… Comenzó a acariciarle lentamente la cintura subiendo por su vientre plano al tiempo que la blusa lo acompañaba en su recorrido, cuando logró quitársela junto con el sostén le pareció que tenía frente de sí a la creación más perfecta que había hecho Dios, con toda precaución le acarició uno de sus redondeados pechos deleitándose con el calor que emanaba su suave piel, cuando las manos de él comenzaron a desabotonarse su camisa y abandonaron el cuerpo de Myriam, ella soltó un quejido de insatisfacción que les hizo saber a ambos que ya no habría vuelta atrás… Myriam lo ayudó con toda su inexperiencia hasta que logró arrojar su camisa hacia algún lado de la habitación, así comenzó a explorar su pecho lentamente rasgando suavemente con sus largas uñas causándole un cosquilleo que lo recorrió de los pies a la cabeza y que lo hacia temblar de ansiedad… Víctor la fue empujando hasta que ella sintió el borde de la cama golpear suavemente sus carnosos muslos, sin más ni más la recostó con todo cuidado sobre esa suave cama que ya antes habían compartido como hermanos… Cuando la tuvo tendida debajo de él enterró sus dedos entre su cabello rojo y ella lo miró conmovida hasta las lágrimas, unas lágrimas que no eran de culpa sino de amor puro…
Myri: (acariciándole la cara) te amo Víctor, te perdono por esto porque yo también te amo… Víctor se deslizó en bajada sobre el cuerpo de esa mujer a la que tanto amaba, cuando se topó con sus senos acarició uno con una mano mientras que con la boca se deleitaba con el sabor acaramelado del otro, con la mano libre le hizo cosquillas en los costados y ella no pudo evitar reír y retorcerse pecaminosamente entre sus brazos… jajajaja, no niño, cosquillas no…
De repente regresó a besarle la boca, una boca que ya lo esperaba ansiosa para que juguetearan juntos; ella le tomó los brazos y se los mimó pausadamente hasta llevar las grandes palmas de su mano a su propio vientre para que se lo acariciara… Víctor se incorporó de repente, la ropa que aun traían puesta se estaba convirtiendo en un impedimento para amarse a plenitud, se sentó entre sus piernas sonriéndole y comenzó a desabrochar la hebilla de su femenino cinturón mientras se agachaba para besar su estómago provocándole grandiosas contracciones involuntarias… Myriam levantó la cabeza para poder ver lo que él hacía, Dios mío, estaba haciendo el amor con su hermano, si se escuchaba así parecía aterrador, pero peor aún sería para ella no olvidarse de los malditos prejuicios para entregarse al hombre que amaba como a nada en esta vida, a partir de ese momento se dedicaría a disfrutar de la consumación de ese pecado que a cada momento adquiría un sabor más dulce… Víctor le abrió por fin el pantalón y se levantó de la cama para jalarlo por sus pies, cuando se lo quitó por completo dedicó largo rato a acariciarle los pies, después fue subiendo de nuevo mientras devoraba ansiosamente la piel de sus piernas, sin duda alguna nadie con quien él hubiera estado antes tenía esas piernas tan perfectas y preciosas y sin duda también ella era de todas la mujer que más lo enloquecía, a la que más deseaba y sobre todo a la única que había amado en un hermoso y escandaloso sentimiento que se había gestado muchos años atrás… Se topó con una tanga en colores lila y azul, recordó que alguna vez cuando vivía en la Ciudad había visto una parecida que le había encantado para que ella la usara, ahora no sólo tendría el placer de ver que efectivamente le sentaba perfecta, sino que ella le había reservado a él el honor de despojarla de ese pequeño pedacito de tela para luego hacerla mujer…
Se recostó de nuevo completamente sobre ella y encontró su carita completamente sonrojada por las sensaciones que sus continuos roces le estaban provocando, de repente ella se zafó de la presión de su cuerpo para quedar recostada sobre él, enterró sus uñas en el cabello negro de él mientras con ternura y paciencia le besaba los ojos y las cejas, de ahí fue bajando poco a poco besando su pecho y su abdomen, y succionando cada parte de su piel hasta dejar marcas rojizas de su paso por cada lugar, cuando llegó al ombligo lo dudó un poco pero introdujo su lengua en el pequeño orificio girándola hasta provocar que él susurrara su nombre seguido de un Te Amo Bebé; de su hermanita con la que platicaba de sus personajes favoritos de Disney, sólo quedaba la mirada y la misma hermosura pero ahora salpicada de curvas perfectas, ahora era una deliciosa y excitante mujer que a pesar de no saber nada de sexo, le desabrochaba los jeans haciéndolo sudar de pura anticipación… Al cabo de un rato los dos quedaron desnudos por completo, Myriam se asustó al verlo completamente desnudo y preparado para hacerla suya hasta aferrarse a las sábanas de la cama, pero cuando él entrelazó los dedos con los suyos supo que ese momento lo había esperado desde hacía ya mucho tiempo… Y así fue, después de recorrerse y explorarse mutuamente, de balbucear de forma agonizante palabras de amor y ruidos de deseo, de visitar juntos un mundo pleno de sensaciones antes desconocidas, de formar un solo cuerpo moviéndose al unísono rítmicamente para poder mirar de cerca la radiante luz de las estrellas, de amarse hasta sudar para demostrarlo, Myriam se convirtió en la mujer de Víctor y él en el único hombre que de ahí en adelante podría hacerla feliz… Cuando todo llegó a su fin la abrazó por la espalda acurrucándola en su pecho, supo que ella lloraba porque una gotita le cayó en el antebrazo…
Vico: mi amor, por favor, no llores…
Myri: (volteándose para verlo de frente) sólo lloro porque te amo y porque esto es lo más maravilloso que me ha pasado en toda la vida…
Vico: Myriam, siempre lo supe, eres simplemente perfecta, y sí, yo también te amo…
A partir de esa tarde inolvidable en que se entregaron en cuerpo y alma, les fue imposible seguir escondiendo su inevitable amor, para el resto del mundo seguían siendo los hermanos García que tan sólo se adoraban como sus lazos de sangre lo exigían, pero despertar juntos y desnudos sabiendo que compartían el más hermoso de los pecados y luego bañarse abrazados como para limpiar sus propias culpas era el regalo más preciado que tenían… Así pasaron las semanas, amándose sin culpa y sin medio al castigo divino, el día del regreso de sus padres estaba cerca pero ya nada importaba porque una cosa era segura, ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar de recibir el calor del otro… La noche antes al regreso terminaban de hacer el amor, Víctor abandonaba la calidez de su cuerpo y ella se sentía como perdida, pero luego la estrechaba contra sí y ella se sentía en el lugar más seguro del mundo… Una vez que recuperaron el ritmo normal de sus respiraciones…
Vico: (acariciándole el cabello húmedo y despeinado) te amo tanto Myriam, tanto…
Myri: mi niño, yo también te amo… Sabes qué, dicen que cuando te vas al infierno tu castigo es repetir toda la eternidad el pecado por el que te has condenado…
Vico: pues no me importaría tener que hacerte el amor durante toda la eternidad y gritarte que te amo hasta cansarme…
Myri: a mí tampoco, si me prometes que vas a cuidarme, contigo sería capaz de ir al mismísimo infierno…
Vico: escúchame bien Myriam, una vez como hermano te dije que yo iba a estar siempre contigo, ahora como el hombre que te ama te lo vuelvo a prometer, yo siempre te voy a cuidar y si es necesario luchar contra el mundo, lo haremos pero siempre juntos…
demasiado buena la novela.... mañana el ultimo cap...
Esa misma tarde Víctor habló con sus padres y estos accedieron a mandarlo a estudiar al D.F., se despidieron con un largo abrazo después de que Myriam le juró que lo amaría por siempre y el tiempo siguió pasando…Al cabo de 1 año Roberto, el antiguo pretendiente de Myriam logró convencerla para ser novios, por supuesto no lo amaba, pero era una forma de no pensar en su hermano, en el amor de su vida… Desde que se fue no lo había vuelto a ver y aunque hablaba constantemente con sus padres por teléfono, a ella sólo le había llamado para felicitarla por su cumpleaños número 16, sin embargo ella nunca había podido comunicarse con él… Lo extrañaba tanto y a pesar de tener amigos y novio, nunca fue la misma desde el beso que recibió de su hermano, sabía que debía sentirse sucia por ello, pero nunca volvió a tener esa sensación tal de plenitud… Para Víctor la vida sin ella no era mucho más sencilla, la soledad lo había convertido en un hombre hecho y derecho y con 22 años cumplidos y a casi dos años de haberse ido, la amaba cada día un poco más y ya qué más daba confesarlo, también la deseaba porque su sueño recurrente seguía presente.
Ahora que estaba por cumplir los 17 debía estar más preciosa de lo que la había dejado, Doña Refugio le había contado que se había teñido el cabello de rojo así que en el tormento de su imaginación, añoraba desnudarla poco a poco mientras le acariciaba ese cabello de fuego… Los primeros dos años la evitó aunque eso lo hería profundamente, pero cuando Don Víctor lo cuestionó del por qué no hablaba con su hermana, tuvo que llamarla de vez en cuando para cubrir las apariencias. Dios Santo, si sus padres siquiera sospecharan sus sucios sentimientos, lo aborrecerían y lo creerían el más despreciable de los hombres porque eso era, un hombre que vivía en el pecado por amar a una mujer prohibida, a la más hermosa de todas, a su hermana Myriam… Cuando ambos tuvieron una computadora en casa, Myriam le escribía un correo electrónico diario en el que le decía: “aunque todos te juzguen, yo te perdono mil veces porque siento lo mismo, cada día que pasa es uno menos sin ti y uno menos de esta vida que es toda negra porque no estás… TE QUIERE, MYRIAM”, él los leía pero nunca le respondía, qué podía decirle, que se había ido para olvidarla y que la amaba más que antes o que su perdón le era suficiente para levantarse sonriendo cada mañana después de haber soñado con ella… Pasaron 5 años desde su partida, ella recién había cumplido los 20 y él tenía 25, ella estudiaba Veterinaria en la universidad y él, graduado en Administración de empresas, trabaja con éxito en una empresa importante; los correo electrónicos seguían llegando y él los ignoraba como siempre, pero un día llegó uno al que tuvo que atender: “Víctor, este correo es diferente, papá está muy enfermo y no hemos podido comunicarnos contigo, ven lo más pronto que puedas... TE QUIERE, MYRIAM”…
Por qué el destino lo trataba así, Debía regresar para estar con su familia en los momentos difíciles, su padre ya le había dicho que era tiempo de que se ocupara de la próspera empresa familiar y aunque había logrado alargar el momento de volver, había llegado el día… Añoraba ver a sus padres, quería poder ayudar a Don Víctor quien gracias a Dios ya estaba fuera de peligro y quería abrazar a su mamá y probar de nuevo el pollo en achiote que tanto le gustaba, moría por ver a sus amigos, Raúl, Yahir y Toño pero lo que más deseaba en esta vida era volver a perderse en la mirada de su bebé, poder estrecharla y recibir una de sus caricias habituales… Le emocionaba volver pero el terror de caer en la tentación de amarla sin cordura alguna lo acechaba todo el tiempo, quizás la vería y se daría cuenta de que ya no sentía nada por ella pero para qué se engañaba, la amaba y su martirio no tenía remedio… Cuando regresó a Monterrey, parecía que todo se hubiera detenido esperando su regreso, como no avisó de su llegada tomó un taxi y cuando estuvo frente a la fachada de su casa, se arrepintió de estar ahí, pero ya no había marcha atrás…
Llamó a la puerta algo temeroso y cuando Rosita, la muchacha del servicio le abrió, tuvo el impulso de empujarla para correr a buscar a Myriam; después de darle un abrazo a la muchacha entró en la casa, donde el aroma del perfume de su hermana parecía impregnado en las paredes; caminó hasta la cocina y en el pasillo se encontró con una foto de los XV años de Myriam, suspiró, se besó los dedos y luego acarició el retrato, su bebé… llegó hasta la puerta donde su madre cocinaba su platillo favorito como si lo esperara…
Vico: crees que haya lugar para uno más en la mesa… Doña Refugio volteó sorprendida al escuchar la voz de su hijo...
Ref: (corriendo a abrazarlo) hijito, mi tesoro, estás aquí…
Vico: no mamita, no vayas a llorar, ya estoy aquí de regreso…
Ref: hijo, no sabes cómo te hemos extrañado, tu papá, yo y tu hermana, ella ha sufrido mucho desde que te fuiste…
Vico: ay mamá, yo también la he extrañado mucho, no sólo a ella, a todos. Dime, cómo está mi papá…
Ref: ya está muy bien hijo, casi le da un infarto pero todo salió bien, el doctor nos dijo que ahora necesitará mucho reposo. Ahorita está descansando y en un rato le voy a llevar su comida…
Vico: gracias a Dios que está bien… Y hablando de comida, ya ví lo que estás cocinando…
Ref: (jalándolo hasta donde estaba la cazuela) ay tesoro, no me lo vas a creer pero hoy en la mañana tu hermana me dijo que soñó que regresabas y decidí hacer esto de comer… Myriam se va a poner feliz cuando te vea…
Vico: (nostálgico) mi hermana, mi bebé, cómo está, está en su cuarto…
Ref: no hijo, su novio pasó por ella porque tenía que ir a ver unas calificaciones a la escuela, pero no debe tardar porque me dijo que venía a comer… “Su novio...” fue lo último que Víctor escuchó porque la ira y la decepción le impidieron oír todo lo demás...
Vico: su qué…
Ref: su novio hijo, te acuerdas de Roberto, pues es su novio…
Vico: ese tipo, mamá, cómo es posible que le permitas a Myriam que ande con él…
Ref: jajajajaja, ay tesoro, tú siempre tan celoso con tu hermana… Roberto es un buen muchacho y… Celos de hermano?, definitivamente no. Myriam le había mentido, le había prometido que lo querría siempre y ahora resultaba que era novia del más estúpido de los hombres, maldita fuera su suerte de amar a un pecado… hijo, me estás escuchando…
Vico: discúlpame mamita… Voy a ver a mi papá… subió las escaleras enceguecido por la ira pero sabía que nada podía hacer.
El encuentro con su padre también fue algo muy hermoso, platicaron de cómo les había ido en la vida y hasta derramaron algunas lágrimas por el gusto de estar de nuevo juntos… Un rato después Víctor se instalaba en su habitación y abrazaba al muñeco de peluche que había tomado de la cama de su hermana; de repente escuchó que un auto se estacionaba afuera de la casa, se asomó por la ventana y la vio… No era justo que tanta hermosura estuviera en una sola mujer y que alguien que no era él tuviera el placer de ofrecerle su mano para ayudarla a bajar del auto; en ese momento odió a Roberto, odió a Myriam por traicionarlo y al destino por haberlo hecho enamorarse de su hermana y haberlo sentenciarlo a vivir en el pecado de adorarla en silencio, quiso salir corriendo para quitársela de los brazos cuando Roberto la jaló y la besó en la boca en señal de despedida, esos labios le pertenecían porque Myriam en su mente, siempre sería su mujer, y el seria el unico hombre en la de ella… Myriam entró en la casa con el desgano que la caracterizaba desde que su hermano la había abandonado, sabía que era una locura pero le tenía mucho resentimiento por haberla abandonado sintiendo lo que ambos sentían, seguro él ya había encontrado una mujer y se había dado cuenta de que el supuesto amor que sentía por ella, sólo era amor de hermano mal entendido; sin embargo ella lo amaba ya sin ninguna duda y ese amor combinado con la culpa la acompañaban cada día de su vida… Sabía que sus sentimientos la condenaban para siempre pero hubiera preferido vivir mil años en el infierno con él que con esa tristeza…
Ref: tesoro, qué bueno que llegaste, cómo te fue…
Myri: hola mami, bien gracias… Cómo está mi papá…
Ref: bien hija pero te tengo una sorpresa, sube y verás qué es… Myriam subió desinteresada las escaleras, lo mismo le daba vivir o morir porque de todas formas nunca podría estar con él, cuando entró a su habitación él ya la esperaba, se paró en seco cuando lo vio parado al pie de la cama...
Myri: Víctor… Él la miró de frente estupefacto, su mirada dulce y esperanzada le hizo recordar a la niña que había sido su hermanita, la bebé de su corazón, pero su cabello rojo a los hombros, su cuerpo perfectamente formado y la blusa descubierta que le resaltaba los pechos lo enfrentaron por primera vez a la mujer que amaba, él había dejado a una quinceañera y se encontraba con ella…Para Myriam el impacto no fue menor, Víctor se había convertido en todo un hombre y ella supo en ese instante que era verdad que lo amaba aunque fuera su hermano… Estaba más guapo de lo que lo recordaba y por la forma como la miraba fijamente, sintió que se derretiría de la emoción y a la vez de la frustración de saber que su amor era un sacrilegio…
Vico: bebé, mi bebé…
Cuando las lágrimas comenzaron a rodar por las blancas mejillas de Myriam, Víctor estiró los brazos para que se acercara, ella cerró la puerta con seguro y obedeció lentamente porque por un lado lo amaba y ya no había duda de ello, pero a la vez lo odiaba por haberla dejado y de alguna u otra forma lo odiaba porque amarlo era un pecado… Cuando se tomaron de las manos una corriente eléctrica los recorrió a ambos, fue el rencuentro de dos hermanos que se querían y también de un hombre y una mujer cuyo castigo por amarse sería nunca poder consumar ese amor porque los unían lazos de sangre inquebrantables… El momento en que finalmente se fundieron en ese abrazo fue sencillamente sublime, Myriam lloró la frustración acumulada por 5 años mojándole la camisa, mientras él le recorría la espalda y le revolvía el cabello… Cuando se tranquilizó, se apartó de él como asustada porque algo le decía que si se quedaba cerca no podría controlar la tentación de rogarle que la besara, lo miró a los ojos como recriminándole todo el tiempo transcurrido sin él pero Víctor lloraba desconsolado y toda su voluntad se quebró… Myriam le rodeó el cuello con un brazo mientras su otra mano le reconocía el rostro…
Myri: (tocando su cara) déjame tocarte Víctor, te he extrañado tanto…
Vico: Myriam, mi amor, mi bebé…Víctor se llevó sus propios dedos y besó cada uno de ellos para luego acariciar los labios de Myriam… Como no puedo besarte me conformo por lo menos con hacer esto… Le acercó los labios a la cara y comenzó a recorrer cada una de sus femeninas facciones… perdóname Myriam pero te amo…
Myri: yo también a ti… Bésame, te lo suplico…
Vico: pero…
Myri: ya sé, ya sé que es un pecado pero no me importa, por favor bésame Víctor…
Vico: (alejándose bruscamente) no Myriam, no me pidas eso…
Myri: (susurrando) por favor… lo intentó, en verdad lo intentó pero la voz ronca de Myriam lo hizo caer en la tentación, la apretó toscamente y se apoderó de sus labios, aunque los había probado sólo una vez ya se sentía adicto a ellos y por su parte Myriam correspondía como toda una mujer; las lágrimas de ambos se confundían y ese beso sabía salado como recordatorio del pecado que anidaba en su corazón… La húmeda caricia se fue intensificando y Víctor buscaba saciarse de ella con desesperación, jugueteaba con su lengua y le daba pequeños mordisquitos que les producían a ambos un placer culposo incomparable…
Myri: auch… Víctor se separó de ella...
Vico: te lastimé…
Myri: me está sangrando el labio… Víctor le pasó un dedo por la herida humedeciéndolo con las gotitas de sangre…
Vico: maldita sea Myriam, Perdóname, perdóname por esto, por amarte y por herirte, perdóname porque aunque sea lo que más deseo yo nunca podré hacerte feliz porque nada entre tú y yo es permitido… Myriam se soltó y sin decir más salió corriendo de su propia habitación, lo que acababa de pasar era un error, pero la calidez de Víctor la invadía ya como un veneno que no mata pero que la hacía más débil y vulnerable ante él; ya no era la niña de 15 años que tal ves confundía el cariño de hermano con el amor de un hombre, era una mujer que tenía un corazón enloquecido por el que era su hermano y un cuerpo necesitado de su ardor…
A partir de ese día ya nada pudo ser igual, casi no se hablaban para evitar que al encontrarse sus miradas, se delataran a sí mismos porque si tan sólo sus padres lo supieran se quedarían horrorizados de saber lo que pasaba entre sus hijos; sin embargo, cada noche Myriam visitaba la habitación de Víctor cuando ya todos dormían en la casa, entraba intentando no despertarlo y lo observaba con adoración entre la obscuridad, él fingía que dormía pero se conformaba con mirar la sombra de su perfecta silueta proyectada en la pared… La vida era injusta porque su amor era como una blasfemia pero si el castigo era el infierno, seguramente sería mejor que vivir añorando una felicidad que nunca llegaría; Víctor había buscado en muchas mujeres eso que lo había hecho enamorarse de su hermana pero con cada nueva conquista confirmaba lo lastimosamente perfecta que podía ser ella y Myriam por su parte había intentado hacerse a la idea de que ese amor que decía sentir por su hermano no era más que el espejismo de una quinceañera pero ese beso que él le había regalado antes de irse estaba adherido a su boca y a su corazón… Ya habían pasado casi dos semanas desde que Víctor había regresado, cuando sus padres hicieron un anuncio estando toda la familia reunida…
Sr. V: hijo, ya te he dicho que tu madre, tu hermana y yo estemos felices de que hayas regresado…
Vico: gracias papá…
Sr. V: Myriam y tú saben que todo lo que hemos trabajado es por ustedes y nos da mucho orgullo verte a ti hecho todo un hombre de bien y a ti hija, que además de estar tan chula vas por muy buen camino con tus estudios…
Myri: todo te lo debemos a ti papá…
Sr V: pero la verdad es que su madre y yo ya estamos cansados, ahora que me vi tan enfermo me di cuenta de que es momento de que disfrutemos lo que hemos trabajado, ya es hora de que descansemos porque quiero estar bien sano y bien fuerte para verlos triunfar y para cuando alguno de ustedes haga su vida, se casen y me den un nieto… Myriam palideció, ese momento nunca llegaría porque el amor de su vida estaba sentado junto a ella apretando su pierna por debajo de la mesa y además, era su hermano… yo creo que tú hijo ya estás en edad de hacerte cargo de la administración de la empresa…
Vico: papá, es que yo he pensado que quiero regresar a México…
Sr. V: no Víctor, tu familia te necesita aquí, sobre todo tu hermana porque tu mamá y yo hemos decidido hacer un viaje por Europa y ella no puede quedarse sola… No, su papá estaba equivocado, no era Myriam quien lo necesitaba, era él quien sentía una escandalosa necesidad por acercarla a su cuerpo y besarla hasta que el destino, el amor y la pasión los llevara a algún sitio donde pudieran amarse sin prejuicios.
Vico: pero papá…
Sr. V: hijo, sé que es difícil pedirte que renuncies a la vida que tienes hecha en México, pero por lo menos quédate al frente del negocio durante los dos meses que durará nuestro viaje… Vaya que sería difícil pensó Myriam, porque amando a Víctor como lo amaba tendría que reprimir el deseo de implorarle que cayeran en el infierno juntos y con las dedos y las piernas entrelazadas… Víctor agachó la mirada mientras Myriam le apretaba la mano que él posaba sobre su rodilla, se sintió reconfortado en la vorágine de sus sentimientos, él le había prometido que la cuidaría siempre y se encargaría de que fuera feliz, si su amor la hacía infeliz por lo menos se aseguraría de su bienestar los próximos dos meses… El día del viaje llegó y Víctor y Myriam se quedaron solos en esa casa que resguardaba sus risas de niños y que ahora escondía entre las paredes su secreto que era un pecado mortal…
Víctor trabajaba incansablemente para no tener que sufrir la hermosa compañía de su bebé y ella salía lo más posible con sus amigas para despejar un poco su ya de por sí turbada mente… Esa tarde Víctor regresaba más temprano que de costumbre y cuando escuchó el auto del novio de su hermana estacionarse frente a su casa el coraje se hizo presa de él, aunque sabía que sería absurdo salir a reclamarle al estúpido que se atrevía a ponerla las manos encima a la que por un error del destino era su hermana y no su mujer… Se asomó por la ventana y otra vez vio cómo la ayudaba a bajar del auto; Roberto se acercó para besarla y ella recibió el beso con el mayor desgano posible, ya ni siquiera su cuerpo podía negar que amaba a Víctor y eso le desarrolló a él un sentido de posesión que no había experimentado nunca antes: Myriam era suya en un plano mucho más profundo que el físico, era su mujer porque así ella lo había decidido aunque eso implicara que de saberlo, la gente los señalara para siempre… Myriam entró en la casa esperando no encontrarlo, sin embargo ahí estaba sonriendo resignado, ahora él sabía que había perdido la batalla consigo mismo porque por mucho que intentara nunca dejaría de amarla y de desearla como ahora y a pesar de condenarse en el infierno, ya no estaba seguro de querer reprimir esos sentimientos…
Vico: hola bebé…
Myri: hola…
Vico: ya te he dicho lo hermosa que estás… Eres como un ángel… Myriam arrojó su bolso a la cama y su rostro desencajado le indicaba a Víctor que ni siquiera había escuchado el cumplido…
Myri: te equivocaste Víctor…
Vico: qué…
Myri: (enojada) que te equivocaste, quisiste creer que mi amor por ti no era más que una obsesión y te fuiste para que yo me diera cuenta de ello, ojalá así hubiera sido pero no, la única diferencia es que entonces te amaba como una niña y ahora…
Vico: (levantándose de la cama y tomándole las manos) ahora qué Myriam…
Myri: que ahora te amo como mujer pero de cualquier forma sigue siendo un pecado… Además ahora te odio por haberte ido porque no sabes todas las noches que lloré por ti y todas las veces que le rogué a nuestro papá que me mandara contigo porque quería ir a buscarte para que me ayudaras a cargar con este amor…
Vico: Myriam, perdóname, si me fui fue porque lo nuestro no puede ser, ni antes ni ahora ni nunca y yo no sabía si podría aguantar sin besarte, sin tocarte sin gritarte que te amo, porque te amo Myriam y ya sé que eso nunca a va a cambiar… Myriam se sentó en el borde de la cama con los ojos llenos de lágrimas…
Myri: cambiar, eso es lo peor de todo, que ni siquiera quiero cambiar lo que siento por ti, sólo deseo poder amarte sin que nadie nos juzgue, sin que eso nos condene para siempre… Víctor se hincó frente a ella tomándole las manos…
Vico: Myriam, mi bebé, mi amor… Dime por favor que tú me perdonas por amarte, porque aunque el mundo nos juzgue por esto yo me conformo con tu perdón… Myriam lo miró, de pronto le pareció ver de nuevo su carita de niño cuando le contaba emocionado alguna historia fantástica, le sonrió con ternura y con tristeza a la vez porque ya le era imposible verlo como su hermano mayor, aquél con el que había compartido una infancia feliz, ahora representaba al hombre que amaba y por cuyo amor a todo estaba dispuesta; ya no le importaba gritárselo, porque el odio que sentía no era más que otra representación de ese amor prohibido que la consumía por dentro…
Víctor se puso de pie y la levantó a ella también, se miraron fijamente hasta que ya no pudieron contenerse; él le paseó los labios por toda la cara como queriendo absorber su delicioso aroma hasta que tomó posesión de sus labios cálidos y trémulos… Myriam suspiró largamente cuando se aproximó el contacto y recibió la tibieza de la boca del hombre que amaba abriendo la boca y rodeándole el cuello con los brazos, la lengua de Víctor libraba una batalla con la de ella imitando la que libraban en su mente que los obligaba a decir no, en su corazón donde anidaba el amor que sentían el uno por el otro y en su cuerpo que les iba exigiendo a cada momento un poco más… Víctor se separó sobresaltado, reuniendo toda la sensatez que le quedaba…
Vico: Myriam, esto no puede ser, no debe ser…
Myri: ya sé, pero ya no quiero detenerme, no puedo dejar de amarte y tampoco quiero hacerlo… Cómo negarse a esa mirada con la que años atrás lo había convencido de compartirle de sus dulces, a esos ojos amielados y a ese cuerpo deliciosamente bien formado que se apretaba fuertemente contra él como reclamando lo que había añorado durante 5 años.
Vico: Myriam...
La besó nuevamente pero ahora de forma posesiva mientras metía su mano por debajo de la blusa para acariciar la blanca piel de su espalda, Dios Santo, esa sensación era incomparable, nunca antes la piel de su hermana le había parecido tan tersa pero vaya que si lo era, era simplemente preciosa… Bajó sus labios hasta besarle las venas punzantes de su hermoso cuello mientras las tímidas manos de ella se aferraban a su camisa como tratando de convencerse de que lo que estaba por venir era sólo la demostración física de un sentimiento arraigado por mucho tiempo… De repente le desabrochó el sostén y aunque ella sintió un poco de temor, su mirada tierna le dio todo el valor que necesitaba para seguir adelante en la consumación de ese amor que era una maldición… Comenzó a acariciarle lentamente la cintura subiendo por su vientre plano al tiempo que la blusa lo acompañaba en su recorrido, cuando logró quitársela junto con el sostén le pareció que tenía frente de sí a la creación más perfecta que había hecho Dios, con toda precaución le acarició uno de sus redondeados pechos deleitándose con el calor que emanaba su suave piel, cuando las manos de él comenzaron a desabotonarse su camisa y abandonaron el cuerpo de Myriam, ella soltó un quejido de insatisfacción que les hizo saber a ambos que ya no habría vuelta atrás… Myriam lo ayudó con toda su inexperiencia hasta que logró arrojar su camisa hacia algún lado de la habitación, así comenzó a explorar su pecho lentamente rasgando suavemente con sus largas uñas causándole un cosquilleo que lo recorrió de los pies a la cabeza y que lo hacia temblar de ansiedad… Víctor la fue empujando hasta que ella sintió el borde de la cama golpear suavemente sus carnosos muslos, sin más ni más la recostó con todo cuidado sobre esa suave cama que ya antes habían compartido como hermanos… Cuando la tuvo tendida debajo de él enterró sus dedos entre su cabello rojo y ella lo miró conmovida hasta las lágrimas, unas lágrimas que no eran de culpa sino de amor puro…
Myri: (acariciándole la cara) te amo Víctor, te perdono por esto porque yo también te amo… Víctor se deslizó en bajada sobre el cuerpo de esa mujer a la que tanto amaba, cuando se topó con sus senos acarició uno con una mano mientras que con la boca se deleitaba con el sabor acaramelado del otro, con la mano libre le hizo cosquillas en los costados y ella no pudo evitar reír y retorcerse pecaminosamente entre sus brazos… jajajaja, no niño, cosquillas no…
De repente regresó a besarle la boca, una boca que ya lo esperaba ansiosa para que juguetearan juntos; ella le tomó los brazos y se los mimó pausadamente hasta llevar las grandes palmas de su mano a su propio vientre para que se lo acariciara… Víctor se incorporó de repente, la ropa que aun traían puesta se estaba convirtiendo en un impedimento para amarse a plenitud, se sentó entre sus piernas sonriéndole y comenzó a desabrochar la hebilla de su femenino cinturón mientras se agachaba para besar su estómago provocándole grandiosas contracciones involuntarias… Myriam levantó la cabeza para poder ver lo que él hacía, Dios mío, estaba haciendo el amor con su hermano, si se escuchaba así parecía aterrador, pero peor aún sería para ella no olvidarse de los malditos prejuicios para entregarse al hombre que amaba como a nada en esta vida, a partir de ese momento se dedicaría a disfrutar de la consumación de ese pecado que a cada momento adquiría un sabor más dulce… Víctor le abrió por fin el pantalón y se levantó de la cama para jalarlo por sus pies, cuando se lo quitó por completo dedicó largo rato a acariciarle los pies, después fue subiendo de nuevo mientras devoraba ansiosamente la piel de sus piernas, sin duda alguna nadie con quien él hubiera estado antes tenía esas piernas tan perfectas y preciosas y sin duda también ella era de todas la mujer que más lo enloquecía, a la que más deseaba y sobre todo a la única que había amado en un hermoso y escandaloso sentimiento que se había gestado muchos años atrás… Se topó con una tanga en colores lila y azul, recordó que alguna vez cuando vivía en la Ciudad había visto una parecida que le había encantado para que ella la usara, ahora no sólo tendría el placer de ver que efectivamente le sentaba perfecta, sino que ella le había reservado a él el honor de despojarla de ese pequeño pedacito de tela para luego hacerla mujer…
Se recostó de nuevo completamente sobre ella y encontró su carita completamente sonrojada por las sensaciones que sus continuos roces le estaban provocando, de repente ella se zafó de la presión de su cuerpo para quedar recostada sobre él, enterró sus uñas en el cabello negro de él mientras con ternura y paciencia le besaba los ojos y las cejas, de ahí fue bajando poco a poco besando su pecho y su abdomen, y succionando cada parte de su piel hasta dejar marcas rojizas de su paso por cada lugar, cuando llegó al ombligo lo dudó un poco pero introdujo su lengua en el pequeño orificio girándola hasta provocar que él susurrara su nombre seguido de un Te Amo Bebé; de su hermanita con la que platicaba de sus personajes favoritos de Disney, sólo quedaba la mirada y la misma hermosura pero ahora salpicada de curvas perfectas, ahora era una deliciosa y excitante mujer que a pesar de no saber nada de sexo, le desabrochaba los jeans haciéndolo sudar de pura anticipación… Al cabo de un rato los dos quedaron desnudos por completo, Myriam se asustó al verlo completamente desnudo y preparado para hacerla suya hasta aferrarse a las sábanas de la cama, pero cuando él entrelazó los dedos con los suyos supo que ese momento lo había esperado desde hacía ya mucho tiempo… Y así fue, después de recorrerse y explorarse mutuamente, de balbucear de forma agonizante palabras de amor y ruidos de deseo, de visitar juntos un mundo pleno de sensaciones antes desconocidas, de formar un solo cuerpo moviéndose al unísono rítmicamente para poder mirar de cerca la radiante luz de las estrellas, de amarse hasta sudar para demostrarlo, Myriam se convirtió en la mujer de Víctor y él en el único hombre que de ahí en adelante podría hacerla feliz… Cuando todo llegó a su fin la abrazó por la espalda acurrucándola en su pecho, supo que ella lloraba porque una gotita le cayó en el antebrazo…
Vico: mi amor, por favor, no llores…
Myri: (volteándose para verlo de frente) sólo lloro porque te amo y porque esto es lo más maravilloso que me ha pasado en toda la vida…
Vico: Myriam, siempre lo supe, eres simplemente perfecta, y sí, yo también te amo…
A partir de esa tarde inolvidable en que se entregaron en cuerpo y alma, les fue imposible seguir escondiendo su inevitable amor, para el resto del mundo seguían siendo los hermanos García que tan sólo se adoraban como sus lazos de sangre lo exigían, pero despertar juntos y desnudos sabiendo que compartían el más hermoso de los pecados y luego bañarse abrazados como para limpiar sus propias culpas era el regalo más preciado que tenían… Así pasaron las semanas, amándose sin culpa y sin medio al castigo divino, el día del regreso de sus padres estaba cerca pero ya nada importaba porque una cosa era segura, ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar de recibir el calor del otro… La noche antes al regreso terminaban de hacer el amor, Víctor abandonaba la calidez de su cuerpo y ella se sentía como perdida, pero luego la estrechaba contra sí y ella se sentía en el lugar más seguro del mundo… Una vez que recuperaron el ritmo normal de sus respiraciones…
Vico: (acariciándole el cabello húmedo y despeinado) te amo tanto Myriam, tanto…
Myri: mi niño, yo también te amo… Sabes qué, dicen que cuando te vas al infierno tu castigo es repetir toda la eternidad el pecado por el que te has condenado…
Vico: pues no me importaría tener que hacerte el amor durante toda la eternidad y gritarte que te amo hasta cansarme…
Myri: a mí tampoco, si me prometes que vas a cuidarme, contigo sería capaz de ir al mismísimo infierno…
Vico: escúchame bien Myriam, una vez como hermano te dije que yo iba a estar siempre contigo, ahora como el hombre que te ama te lo vuelvo a prometer, yo siempre te voy a cuidar y si es necesario luchar contra el mundo, lo haremos pero siempre juntos…
demasiado buena la novela.... mañana el ultimo cap...
Carole- VBB JUNIOR
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Edad : 43
Localización : Venezuela
Fecha de inscripción : 22/06/2008
Re: PECADO MORTAL...
GRACIAS POR EL CAPÍTULO, ME ENCANTO
mats310863- VBB PLATINO
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Fecha de inscripción : 01/06/2008
Re: PECADO MORTAL...
Muchas gracias por los capitulos, muy buena esta novela.
alma.fra- VBB DIAMANTE
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Fecha de inscripción : 25/06/2008
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